Samay Meyer
—¡Corran! —exclamó Henar y nos dimos la vuelta, donde nos encontramos otros diez de esos seres repugnantes saliendo de entre los árboles.
—Corre por el río. —dije y comenzamos a correr, sin embargo, en los lados más adelante ya se encontraban aún más de esas... cosas.
—Se acabó. —pronunció con la respiración entrecortada Adina. Esos alrededor de veinticinco seres ya se encontraban a la orilla del río.
Estaba a punto de tener un ataque de pánico.
—Voy a gritar. —explique, sin embargo, nada salió de mi. Nuestras espaldas chocaron y nos juntamos aún más, intentando buscar un refugio por lo que estaba por pasar.
Los pasos que daban sobre el agua, retumbaban en toda mi cabeza.
Quería gritar, sin embargo nada salía de mi, el miedo me acababa de paralizar.
Segundos después, sentí una mano fría tomándome violentamente y por fin mi voz salió.
Grité con todas mis fuerzas y comencé a forcejear con esa cosa. La cosa abrió su boca y metió su otra mano, intentando hablarme, tras de mí otros dos tomaron a mis amigas, que estaban igual que nosotras.
Los gritos agudos y llenos de terror comenzaron a colmar el ambiente. Mis ojos se acumularon de lágrimas cuando otros dos me tomaron de los brazos y las piernas, intentando colgarse.
Su piel verde y llena de granos con pus, al igual que sus dientes amarillos, una nariz choncha y ojos saltones. No sabía cuán horribles eran hasta que los veo de cerca.
—Aghf. —soltó un sonido espantoso, haciéndome gritar más.
Solté un chillido cuando torció mi muñeca acercándome aún más y tras de mí, me obligaban a inclinar mi cuello, dejándolo a su disposición; sin embargo, me retorcía intentando que no me sostuvieran o pudieran dominarme, sin embargo fue inútil luchar contra sus manos, ya que eran seis contra una.
Rápidamente lograron mantener mi cuello de lado y acercaron su cara. Chillé cuando sus dientes rozaron levemente con mi cuello.
Mierda.
Cerré los ojos, moviéndome aún más desesperada, intentando encontrar la forma para librarme, que hasta me tire al agua, soltandome de sus manos, sin embargo no preví que se acercarían más y que ahora literalmente, ellos eran los que me dominaban.
Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando sus inexpresivos ojos, me miraron dispuestos a saltarme encima y devorarme. Sin embargo, antes de que pudieran saltarme encima cinco disparos se deshicieron de mis agresores y todo lo que parecían sus órganos, me saltaron encima.
Ni siquiera sé en qué momento dos brazos me abrazaron con demasiada fuerza, ya que estaba tan asustada y con demasiado miedo como para ser consciente de mi alrededor. Rodé con mis manos y apreté fuertemente el cuerpo que me apretaba.
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5 están bien, pero, ¿15?
De TodoSolamente buscaba mi libertad. Quería ser libre. Pero gracias a ese estupida prueba que me obligaron a presentar, los encontre. Volví a ser encarcelada. Y ahora, con el triple de dolor. Era como... una flor marchita. .-.-.- Espero y que la disfrut...