🌼 XXXI :《Carta 3》

65 17 11
                                    

Queridos míos:


Me he encontrado trabajando duro estos últimos meses. Comencé vendiendo de a poco los animales de cría para no dejarlos a la deriva las semanas de más ausencia, hasta que finalmente quedaron solo los necesarios para mi propio sustento.

Los Alvear me estuvieron ayudando mucho con los movimientos administrativos y cordialmente me dan la mano derecha que necesito aún si no se la pido. Incluso pude volver a entablar conversación con la señorita Carmen y ella misma se ha ofrecido a adoptar a todos mis perros, así que puedo quedarme tranquilo de que ellos tendrán un lugar amoroso donde estar durante mi ajetreada falta personal. A veces el tío Antonio me invita a quedarme a dormir, mas trato de no molestar a la familia demasiado, suficiente ya cuidan de mí.

Por cierto, la estancia parece juntar capas y capas de polvo en cada una de mis visitas. Día tras día, también, se ve más espaciosa, las cosas van desapareciendo, las deudas se van pagando; y así, cada amanecer es un nuevo respiro de alivio.

Me siento muy apenado aún de los problemas que causé como hijo de Fernández. Prometo que sigo esforzándome por completar todo y mantener vuestra reputación limpia en la Élite. Lo medité demasiado, y acepto lo descuidado que fui. Así que estoy dando lo mejor de mí mismo para satisfacer mi falta de responsabilidad para con ustedes.

Me está yendo bien y deduzco que en un par meses podré terminar con las reparticiones, y aunque todavía no tengo ni un poco pensado ir a descansar a Montevideo con ustedes, quiero que sepan que los extraño muchísimo.

Los libros que me prestaste, Nerina, los mantengo bien cuidados, y me encantaron los que ya tengo leídos, aunque tengo algunos otros para terminar todavía.

Cornelia, aún no me he enfermado, podés quedarte tranquila. Tomo mi té caliente, me abrigo y respiro. Y no llores, Tucu, te prometo que no se me olvida ninguno de tus cuidados.

Ivonne, pequeña, espero que estés haciendo hermosos recuerdos nuevos ahora que tenés la oportunidad. Que sigas siendo tan simpática y soñadora y que nadie allí te apague esa hermosa luz interior. Sos fuerte, niña mía. Vales mucho.

Rafael, nunca dejes de hacerme sentir orgulloso, mi muchacho... Estoy seguro de que pronto escucharé alguna canción que me haga acordar a vos, y espero que sea una tuya... Lo ansío...

No estoy seguro cuándo tendré tiempo de pararme a escribirles de nuevo, ojalá que sea pronto.

Los quiero muchísimo. 

Gracias por todo.


David Fernández. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Una de mil • [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora