AMADO ENEMIGO - BELOVED ENEMY

CAPÍTULO 20

Como el cuerpo de Gu Qing Pei todavía se sentía incómodo y su fiebre aún no había bajado por completo, por lo tanto, después de un tiempo, cerró los ojos y volvió a dormir.

Gu Qing Pei no estaba seguro de cuánto tiempo había estado durmiendo, pero el momento en que se despertó fue por una llamada telefónica. Esta vez, fue Yuan Li Jiang quien llamó.

—Hola, Presidente Yuan—. Solo entonces, Gu Qing Pei recordó que Yuan Li Jiang vendría mañana a Hangzhou y lo llevaría a ver un proyecto. Pero con la situación actual de Gu Qing Pei, no quería saber sobre ir ver el proyecto. Incluso si solo se estaba bajando de la cama, Gu Qing Pei no estaba dispuesto a hacerlo.

—Oh, Qing Pei, Yuan Yang me dijo que tienes fiebre y que también parece bastante grave—.

—Todavía puedo manejarlo. La fiebre está bajando, pero no creo que pueda ir mañana—.

—No es necesario, ya no necesitas ir allí. Deberías descansar bien. Llevaré a Yuan Yang allí. Ah, probablemente te has cansado todo este tiempo. ¿Es porque Yuan Yang sigue molestándote? Yo noté que tu cuerpo parece ser del tipo saludable. ¿Por qué de repente te resfriaste en un viaje de negocios?

Gu Qing Pei tosió intencionalmente dos veces y pronunció débilmente —Presidente Yuan, por favor no lo diga así. Siempre he tratado a Yuan Yang como a mi propio sobrino. Hay un proceso en el que los niños están en su etapa inmadura. Creo que después en un corto período de tiempo, se volverá más maduro. Entonces, por el momento, debemos ser pacientes. No importa si sufrí un poco. El futuro de un niño es más importante—.

Yuan Li Jiang suspiró una y otra vez, —Qing Pei, no tengo miedo si te ríes de mí. Realmente no tengo otra forma de tratar con mi propio hijo. Es por eso que realmente necesito que me ayudes. No puedo incluso manejar a mi propia familia y necesito molestar a otras personas para que me ayuden. Esto es realmente una lástima. Te confío a mi hijo, no solo porque te aprecio, sino también porque confío en ti. Tengo la intuición de que puedas educarlo bien. Qing Pei, mientras puedas entrenarlo bien, yo, Yuan Li Jiang, estoy en deuda contigo por el resto de mi vida—.

Gu Qing Pei se burló en secreto y pensó, si Yuan Li Jiang supiera que él y su hijo habían tenido relaciones sexuales, realmente no sabía si el Presidente estaría satisfecho o no con este resultado de "entrenamiento". Sin embargo, en la superficie, expresó sus sentimientos conmovidos y continuó —Presidente Yuan, ¿cómo no puedo entender sus buenas intenciones? El hecho de que pueda entregarme a su hijo es la mayor confirmación para mí. No necesita preocuparse. No defraudaré su confianza. Espero que el Presidente Yuan pueda ver los cambios en Yuan Yang mañana. Este niño ha tenido una gran mejora recientemente —.

—¿Oh? ¿Es eso cierto?— Yuan Li Jiang preguntó encantado —Entonces, lo observaré adecuadamente mañana. Está bien, Qing Pei, deberías descansar bien. Solo vuelve aquí una vez que te hayas recuperado—.

—Presidente Yuan, todavía tengo otra solicitud—.

—Si está bien, dime estoy escuchando—

—Esto... ¿El auto y la casa de Yuan Yang están bajo su propio nombre?—

—Si—

—Actualmente estoy asignando a Yuan Yang como mi conductor temporal. Quiero que comience desde lo básico. Sin embargo, no parece entender mi consideración. No le gusta conducir el automóvil de la empresa e insiste en conducir el suyo propio Hummer. Ese automóvil es genial y a los jóvenes les encanta. Pero la mayoría de las veces, necesito salir por negocios y este tipo de auto no es adecuado para una imagen de CEO —.

—Este niño es realmente...—. Yuan Li Jiang suspiró, —Hablaré con él sobre este asunto—.

—Presidente Yuan, es la mejor opción para usted tomar la custodia de su automóvil. En este momento, todavía tiene una mentalidad rebelde. No me escucha. Es mejor no dejarlo conducir su automóvil—. Después de que Gu Qing Pei terminó de hablar, otro ataque de tos violenta resonó nuevamente desde su costado.