Capítulo 11

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Un movimiento constante interrumpió el sueño de Mary, estaba algo desorientada y tardo unos minutos en recordar donde estaba, una sonrisa se formó en su rostro al recordar lo que había pasado horas atrás pero su sonrisa desapareció tan pronto como apareció al darse cuenta de que Dani se movía desesperadamente a su lado, se dio cuenta de que estaba bañada en sudor, se estaba quejando y balbuceaba palabras incomprensibles.

- Amor — La llamo Mary tratando de despertarla, pero ella no respondía — Mi vida despierta por favor — Dijo moviéndola un poco más fuerte pero aún no respondía — ¡Dani! — Grito y la sacudió con fuerza.

Buscando aire con desesperación Dani despertó, trataba de librarse de la sabana y parecía querer salir corriendo, Mary forcejeo un poco con ella mientras trataba de calmarla.

- Respira Dani, respira — Dijo Mary abrazándola mientras Dani empezaba a llorar.

- No puedo — Decía con desesperación Dani — No puedo.

- Si puedes mi amor, vamos has lo mismo que yo — Le dijo Mary mientras la mecía y hacia ejercicios de respiración con ella — Eso es mi vida, tú puedes, estoy aquí contigo, siempre estaré aquí contigo.

Poco a poco la respiración de Dani se fue calmando y su llanto ceso, se relajó en los brazos de Mary que no se separó de ella hasta que estuviera segura de que estaba mejor y solo lo hizo para inclinarse hacia la mesa de noche y tomar una botella que tenía allí para darle un poco, mientras Dani tomaba agua se percató de que hacia una mueca de dolor.

- ¿Qué pasa? — Pregunto Mary — ¿Qué te duele?

- La cabeza — Respondió Dani con voz un poco débil — ¿Me pasas ese frasco de pastillas por favor? — Pregunto señalando con la cabeza a la mesa de noche.

- Claro — Respondió Mary moviéndose para tomar el frasco, pero al hacerlo frunció el ceño — ¿No compraste esto la semana pasada?

- Si — Respondió mientras lo tomaba y sacaba tres pastillas de este.

- Son demasiadas pastillas amor — Dijo Mary tomando dos de las que tenia en la mano.

- Si me tomo una no se me va a calmar el dolor — Se quejo Dani.

- Ya verás que si — Le respondió con voz calmada Mary — Tómatela y recuéstate.

A regañadientes Dani se tomó la pastilla, agradecía que Mary no la sermoneara o interrogara sobre aquello, la cabeza la estaba matando, siguiendo su consejo se volvió a acostar y cerró los ojos tratando de relajarse y de borrar aquel sueño de su mente, sintió como Mary limpiaba el sudor de su cara con delicadeza, luego la sintió acostarse a su lado, pero dándole su espacio, el cual Dani no quería, rodo hacia ella para que esta la abrazara y así lo hizo.

Sentía como el dolor iba aminorando hasta solo ser una pequeña pena, las caricias de Mary la ayudaron a relajarse aún más hasta quedarse dormida, pero por su lado Mary no podía dormir, ver a Dani de aquella manera le había preocupado, sabía que no era buena idea preguntarle sobre aquel sueño en ese momento, tendrían tiempo de hablar de eso en otro momento, eso y sobre las pastillas para el dolor, lo había visto hace poco cuando Dani lo llevo a su casa para darle una a Lissa, para los pocos días que habían pasado tenía considerablemente menos pastillas.

Tenía tantas preguntas y tan pocas respuestas, además de miedo, no sabía que estaba pasando y eso la agobiaba, durante días en su cabeza se habían formado miles de escenarios distintos y muy pocos de ellos eran agradables, quería ser paciente y esperar que Dani se abriera a ella y le contara que estaba pasando, pero no podía dejar de preguntarse, ¿qué pasaría si esperaba demasiado?

¿Para siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora