¿Para siempre?

Capítulo 14

Es una realidad que nunca seremos capaces de enterarnos de todo lo que sucede en el mundo, está el dicho de que cada cabeza es un mundo, hay personas que creen en cosas que algunos otros pueden encontrar ridículo, no importa que tantas similitudes tengamos los seres humanos, siempre existiría algo que nos diferencie de los demás, hasta los gemelos idénticos tienen diferentes personalidades y eso está bien, eso es lo que le da el balance a la humanidad, has pensado alguna vez, ¿Qué aburrido seria si todos fuéramos iguales?

Sin embargo se dice que hay algunas cosas que todo ser humano comparte, una de esas cosas es el llamado sexto sentido, así se le dice a esa capacidad que tiene el ser humano de sentir cuando algo andaba mal, de sospechar cuando le mienten, existen personas que dicen que incluso sentían cuando algo iba a suceder, sea bueno o malo, la verdad era que no había manera de saber si todo lo antes dicho era cierto, pero en una encuesta la mayor parte de los entrevistados aceptaron haber experimentado algo parecido o por lo menos relacionado donde al final todo lo que presentían terminaba siendo cierto.

Cierto o no, algo parecido le estaba sucediendo a Mary, durante la noche se había despertado de golpe, no sabía porque, no recordaba estar soñando, simplemente se despertó muy agitada, sentía muchas ganas de llorar, pero logro contenerse, estaba tan nerviosa que tuvo que hacer ejercicios de respiración para calmarse, miro la hora dándose cuenta de que había dormido poco, quiso llamar a Dani, pero ella quizás estaba dormida y no quería despertarla.

Con el menor ruido posible para no despertar a su compañera calentó un poco de agua en una tetera eléctrica que tenía y se preparó un té de tila para que la ayudara a dormir, al terminar volvió a acostarse para tratar de volver a dormir, estaba más calmada pero aun sentía algo parecido a la angustia en su pecho que no se iba con nada.

Al despertar en la mañana aún se sentía igual, de hecho paso todo el día sintiéndose así, tan pronto la hora era apropiada llamo a Alice y Liam para asegurarse de que estuvieran bien, vio a Héctor en su camino a su primera clase y hablo con sus madres después de esta, incluso llamo a sus primos pero todos estaban bien, con la única que no se había podido comunicar era con Dani, pero eso era normal los viernes, a veces no podían hablar hasta que llegaran a la práctica o a casa, pero en las últimas semanas Dani había buscado un hueco para mandarle por lo menos un mensaje al dia, pero eso no habia sucedido hoy.

Mientras iba a una de sus clases se topó con una chica que sabia iba a una de las clases de Dani, le pregunto por ella, no escucho bien lo que le decía, pero entendió que dijo que creyó verla en su última clase, la chica iba rápido y no pudo decirle más, pero eso le basto a Mary para estar tranquila durante el resto del día.

Al terminar sus clases busco sus cosas y se fue a casa, le envió un mensaje a Dani pero le extraño que se enviaba pero no aparecia recibido, pensó que quizás lo había apagado para evitar alguna distracción, el viaje a casa fue tranquilo, decidió irse por la ciudad porque al parecer había más tráfico en la carretera, al llegar encontró la casa vacía, sabía que sus madres llegarían más tarde y Héctor debía de estar con Ari, se sentó en el salón y puso una película mientras trataba de no pensar en aquella molesta sensación que tenía desde la madrugada, sin darse cuenta poco a poco se fue quedando dormida.

Pasaron algunas horas y en la habitación 309 del hospital central un enfermero que llevaba una mascarilla se encontraba inyectando algo en el suero de la paciente que desde su llegada al hospital en la madrugada había estado inconsciente, al terminar el enfermero estaba guardando sus cosas cuando otro enfermero entro a la habitación.

- Disculpa, pero esta habitación me tocaba a mi — Dijo el enfermero que recién había llegado.

- El doctor me ha enviado a mi — Dijo el otro enfermero sin mirarlo.