Viajando a Argentina

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#Mechoa #OchoaxEmiliano

Guillermo estaba emocionado de poder viajar hasta Argentina para estar con su novio por varios días. Se habían conocido en un intercambio escolar y desde que cruzaron la mirada ambos supieron que deseaban estar juntos así que Memo ahorro por varios meses, obtuvo dos trabajos para poder pagar el viaje y llevarle un presente.

En estos momentos estaba sentado en una cafetería cercano al aeropuerto, soltó un largo suspiro mientras jugaba con aquella cajita de regalo. Tal vez no era el mejor regalo pero lo había comprado con amor, un bonito anillo de oro que juraba que haría contraste con su piel blanca. Pero las horas pasaban y cada vez oscurecía más, aquel lugar empezaba a quedar vacío provocando temor en el mexicano así que decidió llamarle a su novio.

G: ¿Emi? ¿Todo bien? Llevo rato esperando....

E: ¿Esperando qué?

Guillermo se quedó en silencio y perplejo ante aquel tono frívolo que le respondía, su corazón latió por nervios.

G: Hoy llegué a Argentina, yo... te avise desde hace días y dijiste que pasarías por mí.

E: Oh si, es verdad. Lo olvidé... estoy en el cine boludo, terminando la película iría por ti, no pienso desperdiciar estos boletos. Estoy con... un amigo...

G: ¿Qué? Llevo horas esperándote...

E: Pues tú querías venir, debiste reservar un hotel o algo ¿No crees?

Ochoa soltó varias lágrimas y ni siquiera pudo responder en aquel momento al notar cómo le había colgado sin esperar una respuesta. Mordió su labio inferior mientras llevaba sus manos hasta su cabeza y empezó a llorar de forma baja para no llamar tanto la atención mientras se preguntaba ¿Siempre había sido así Emiliano?

Siempre estaba al pendiente de él y de vez en cuando, muy rara vez lo ayudaba un poco a sobrevivir fin de mes. Le preguntaba sobre su día a día aunque ahora que reflexionaba, había estado muy ausente y le ponía miles de excusas para no responder sus llamadas ni muchos menos realizar videollamadas. Pasaron otras dos horas tratando de pensar en algún plan de contingencia hasta que nuevamente su celular volvió a sonar.

E: Ya salí del cine, pero no podré ir por ti. Pide un taxi o algo, mañana nos vemos.

Y fue ahí donde Ochoa escucho varias voces entre ellas risas de algunos chicos.

G: Vas y chingas a tu madre Emiliano. La neta te podré querer un buen, pero no seré tu pinché pendejo. Hay un límite para todo y neta yo jamás te haría algo así, sabiendo que yo no conozco y sobretodo que habíamos quedado en este viaje desde hace un mes.

E: Pues lo siento, surgió algo y no tengo tiempo Memo. Así que resuélvelo tú solo y fue un placer, he estado con mejores parejas que tú.

Y una pelea dio inició por aquella llamada donde ambos se decían miles de insultos hasta qué Ochoa colgó el teléfono, un mesero se acercó al notar el estado de aquel joven que le dieron un café de cortesía. Emiliano soltó un suspiro cargado de frustración mientras caminaba por aquella plaza con sus amigos donde se burlaban de él por esa situación excepto uno que tenía el ceño fruncido así que todos se detuvieron para comprar algunas hamburguesas — Quiero una coca cola — expresó Lautaro.

— Vayan, yo me quedó aquí... tráete una Pepsi — comentó Lionel Messi. Soltó un largo suspiro y notó como Emiliano había dejado su celular desbloqueado, no quería invadir su espacio personal pero saber que su amigo había plantado a su novio que llegaba de un largo viaje le dio la fuerza para revisar su chat y buscar aquella cafetería junto una foto del mexicano.

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