Mi ángel rizado PARTE II

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Lionel Messi estaba encantando con su nuevo amigo y ni hablar del pequeño Julián que no soltaba la mano de su "ángel", desde aquella tarde donde ambos se conocieron Messi no quería alejarse del mexicano y Guillermo, al principio se mostraba un poco inquieto ante ello. No mal entiendan, solo no estaba acostumbrado a estar con otras personas ya que su circulo social se limitaba en Rafael Márquez y Andrés Guardado. Así que cuando la arañita lo invitó a su fiesta de cumpleaños se encontró en una gran odisea, la mayor de toda su existencia − ¿Qué chingados se le regala a un niño? – se preguntó así mismo mientras se observaba en el espejo de su propio baño. Solo sabía que le gustaba el hombre araña y nada más, así que soltó un largo suspiro antes de salir de compras en esa fría tarde en busca de algo que pueda agradarle al pequeño.

Su mente en todo el trayecto se preguntaba que era lo que le sucedía, no podía dejar de pensar en su lindo padre − ¿Lindo? – se preguntó mientras se detenía abruptamente por unos momentos y sentía sus mejillas arder.

Aunque no era el único nervioso ante ese pensamiento ya que cierto argentino preparaba la cena de su pequeño sin perder su diminuta sonrisa, al saber que Guillermo había confirmado su asistencia en la fiesta de su hijo. Apenas tenían algunas semanas conociéndose, pero siempre con la compañía de Julián que no se despegaba del mexicano, buscando escuchar sus latidos bajo el argumento de recordarle mucho a su mami que estaba en el cielo. El argentino sentía una bonita paz estando con él y le encantaba como cuidaba de ellos cuando lo invitaba a cenar a su casa o de esa bonita sonrisa que le aliviaba el alma por completo – ¿Qué te pasa Lio? – se dijo así mismo inquieto.

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Julián estaba emocionado por su fiesta de cumpleaños con temática del hombre araña, aunque su tío estaba preocupado por la cantidad de gente que no llegaba – Lio ¿No invitaste a nadie más? – preguntó Sergio en un tono enojado y Messi, solo soltó un largo suspiro de frustración.

– Invité algunos de sus compañeros del colegio y solo ha llegado ese chico Erling... – respondió en un tono triste hasta que observó como ambos pequeños jugaban en el jardín, entre risas suaves hasta que su celular sonó y sus mejillas se tornaron rojas al escuchar aquella voz que le hacía sentir como una colegiada – Hola Guille – dijo tímidamente.

– Hola Lio, llegaré un poco tarde... estoy saliendo de mi trabajo ¿Cómo esta todo por ahí? – preguntó, aunque sintió una leve punzada al escuchar la historia de desplante que le habían hecho a tan solo un niño – ¿Es enserio? – Messi solo se quedó en silencio unos segundos hasta que una gran idea llegó al mexicano – Bueno, entonces espérenme... llegaré con unos colados demás ¿Va? – fue lo único que dijo antes de colgar dejando confundido al argentino y Sergio solo alzó ambas cejas al notar la actitud de su querido cuñado – Es solo mi amigo, es todo, no empieces a imaginarte cosas – fue lo único que le dijo antes de salir huyendo al patio con los dos menores y Sergio solo reía divertido.

Algunas horas pasaron y Julián no dejaba de preguntarle por Guillermo hasta que el timbre por fin sonó y el menor salió disparado hacia la ventana para comprobar si era su ángel que había llegado, una risa fue la respuesta que obtuvo el padre de familia para abrir la puerta nervioso y contuvo la respiración al verlo. Era la primera vez que un hombre le parecía tan atractivo que extendió su mano de forma tímida para saludarlo, su perfume le hacía divagar por unos momentos hasta que dos menores aparecieron de la nada – Son mis ahijados, Kevin y Diego... tienen la misma edad que Julián creí que sería bueno que se hicieran amigos, tranquilo están vacunados contra la rabia – expresó con todo el afán de molestar a los menores que empezaron a quejarse mientras hacían leves pucheros.

Julián miraba todo de forma curiosa, aunque tímida hasta que Kevin se acercó para presentarse junto con Diego para irse al jardín con Erling que fruncía el ceño al notar como uno de los mexicanos no dejaba de abrazar a su mejor amigo. La tarde transcurrió entre risas suaves y algunas botanas que llevó Guillermo para presumir la gastronomía de su hermoso México hasta que la noche cayó y con ello una fuerte lluvia en España – Pueden quedarse a dormir, no hay problema... – dijo Messi y aunque Ochoa se mostraba renuente ya que no quería incomodarlos, Sergio se encargó convencerlo.

Los menores durmieron en una sola habitación para poder ver sus caricaturas favoritas y Sergio junto con Ochoa fueron a dormir a la habitación de huéspedes que tenía dos camas. La cena transcurrió de una forma curiosa desde el punto de vista de Sergio que los observaba de forma disimulada.

Notando como rozaban sus manos de forma "accidental"

Aquellas sonrisas coquetas que se regalaban

Esos ojos brillosos que tenían al mirarse entre sí

De como Guillermo de forma suave, le alejaba las botellas del alcohol para remplazarlo con algún refresco

De como Lionel solo decía un suave sí cuando el mexicano se acercaba para susurrarle algunas palabras para confortarlo y calmar los pequeños espasmos que sentía al no probar ninguna gota.

Aquella actitud protectora que tenía Ochoa con Messi

De Lionel encantándole ser mimado por Guillermo

Ochoa disfrutando de como Lionel le sonreía

A mitad de la noche cuando los pequeños ya estaban dormidos pudo escuchar algunos ruidos en la cocina, un par de voces y ver la cama vacía del mexicano le hicieron levantarse de forma sigilosa para averiguar que pasaba. Su sonrisa se formó al notar como Ochoa abrazaba a Lionel por detrás, un pequeño llanto de su cuñado le hizo alarmase e iba caminar hasta ellos hasta que... – Vamos Lio, todo estará bien... es normal sentirse así los primeros días, una vez que tu cuerpo se acostumbre a vivir sin una gota de alcohol te sentirás muy bien. Estoy aquí, no estarás solo, confía en mí... – Esa frase fue la señal para dejar solo a ambos hombres esa noche.

Ochoa solo miraba como Messi derramaba todas esas botellas de alcohol por el lavabo de la cocina mientras era mimado por el mexicano. El resto de la noche estuvieron sentados en el sofá mientras se miraban a los ojos de forma tierna – Tal vez podemos encontrar la forma de calma esa ansiedad, he leído que las personas.... Que tienen algún problema con algún tipo de droga, alcohol, tabaco... suelen cambiarlo por café o chicle. Es un poco más sano – Messi se quedó meditando unos segundos hasta que le robó un beso al mexicano tomándolo por sorpresa, se alejó un poco por los nervios.

– Si es así... tal vez pueda acostumbrarme a probar tus labios – susurró con una leve sonrisa y se acercaba para volver a besarlo, aunque la mirada de Ochoa junto con el largo silencio lo detuvo por completo empezando a sentir culpa – Yo...lo siento... mal... interprete todo, disculpa Guille – dijo agitado.

El cerebro de Guillermo estaba echo un caos en ese momento al sentir los labios de Messi sobre los suyos, su corazón latió con fuerza y emocionado e imaginó miles de escenarios mientras le miraba a los ojos. Probar esos bonitos labios fue la gloria, tan especiales y preciosos que ansiaba más y al ver su miedo, prefirió callarlo con otro beso mientras lo recostaba en el sofá mientras se acomodaba sobre de él sin alejarse – Perdón... no quise darte entender nada malo... es que... es que me apendejaste Lio, acostúmbrate lo quieras, pero solo deseo que pruebes únicamente mis labios – confesó con una leve sonrisa y Messi solo ocultó su rostro en el cuello de Ochoa para soltar varias lágrimas – Solo te confesaré que tengo nula experiencia con hombres... Eres él primero que me atrae. – dijo divertido.

– Yo...yo... también Guille.... – respondió Messi provocando risas en Guillermo.

– Será divertido y especial – fue lo único que dijo Guillermo antes de abrazarlo con fuerza y ambos cayeron dormidos sin percatarse que, al salir el sol, los cinco infantes estaban mirándolos curiosos y en silencio.

Erling abrazó a Julián con fuerza y Kevin no se despegaba de Diego que reía de forma traviesa – Mis papás duermen así, eso significa que mi tío es ahora tu papá, Juli – expresó el pequeño Diego y Julián se emocionó feliz ante esa idea.

— Eso nos hace primos... Geniaaaal — Dijo Kevin feliz.

Sergio solo soltó un suspiro largo ante lo que miraba pero sonreía feliz, después de todo aquel mexicano si era un bonito ángel para su familia.

Pequeños cortos Mechoa y demás shipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora