Conociéndote

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Parte 8

Javier Hernández jamás juzgaba a las personas ni siquiera cuando se trataba de una pareja que todo el mundo conocía, por ser infieles entre sí y es que sabía perfectamente el origen de ese matrimonio desastroso, aunque claramente no se quedaría con la duda del motivo u origen de lo que observaba.

¿Por qué Scaloni abrazaba a Rafael mientras dormía?

¿Por qué Guillermo estaba de cucharita con Lionel?

Muchas dudas y más nacía en él y Cristiano no dudó en tomar una fotografía para molestarlos todo el día.

— ¿Deberíamos despertarlos?  — preguntó Cristiano.

— Nah, déjalos. Mientras vamos a desayunar lo que compramos, los tamales de doña pelos calientitos son bien ricos — respondió Javier y el portugués no objetó bajo el último argumento mencionado, regresaron a la pequeña mesa tratando de ser lo más silenciosos posibles y echaron a reír un poco ante la locura que veían en toda la situación.

Rafael Márquez sintió un peso sobre su pecho y abriendo sus ojos lentamente se percató del sol alumbrando el techo de la habitación e iba a levantarse, pero un fuerte olor peculiar le hizo despertar por completo — ¿Qué diablos? — susurró al encontrarse con una persona sobre de él, notando a Scaloni removerse suavemente sin soltarlo y su corazón latió con emoción ¿Qué debería hacer? Ni siquiera podía pedirle ayuda a su amigo, lo encontró de cucharita con Lionel bien dormido.

Un caos en una pequeña habitación.

Guillermo Ochoa por otro lado disfrutaba de un aroma que no reconocía, pero le ayudó a dormir toda la noche tranquilamente y entre sueños abrazaba con emoción esa extraña almohada que ronroneaba, no se inmutó por ello; al abrir los ojos se quedó frío al notar la posición en la que estaba con Lionel Messi durmiendo, notando como encajaba perfectamente entre sus brazos y cuerpo.

Tan pequeño

Tan delicado

— Tan hermoso — susurró y sonrió apenado cuando Rafael le dirigió la mirada sorprendiéndose de la situación de su amigo.

¿Qué diablos debían hacer?

Ochoa trataba de alejarse, pero Lionel no soltaba su brazo por ningún motivo.

Scaloni dejaba caer su peso sobre Rafael para seguir disfrutando de su aroma.

Los argentinos ni siquiera tenían el descaro de disimular su emoción cuando fingieran despertar, Ochoa sentía su brazo entumido por culpa de Messi y Rafael se mareo por el fuerte aroma de Scaloni; Messi fue el primero en sentarse mientras se estiraba como si fuera algun tipo de felino y Guillermo agradeció ese gesto — Buenos días, Guille — susurró solo para él y sin decir nada más, le plantó un besito en la mejilla.

Y ambos se quedaron como dos bobos mirándose fijamente a los ojos.

— Voy al baño — expresó apenado Guillermo y corrió hasta dicho lugar sintiéndose nervioso, Messi se levantó al notar a su esposo sobre Rafael y como ambos dormían plácidamente.

No era idiota y Lionel sabía que su esposo solo se aprovechaba del momento para tener a Rafael junto a él, así que decidió irse a la cocina encontrándose con el matrimonio desayunando para luego unirse con Guillermo; Rafael abrió los ojos de golpe cuando Scaloni empezó alejarse un poco mientras bostezaba y después de unos largos segundos se volteó hacia al mexicano sonriente — Buenos días, Rafa — dijo alegremente el argentino y no dudó en darle un beso cerca de sus labios aunque sus ojos se desviaron al cuello del omega provocando un poco de pavor en el mexicano.

Rafael la cubrió de inmediato con una de sus manos mientras desviaba la mirada — Buenos días — Se limitó a responder y prefirió levantarse para salir de la habitación, o al menos eso pensó hasta que fue detenido por el alfa.

— Lo siento, no quise ser muy atrevido... con el... —

— Tranquilo, todo esta bien. Solamente... — y soltó un largo suspiro para evitar el amargo recuerdo de su vida amorosa — Es el miedo... — Scaloni se fue acercando al omega, abrazándolo por detrás y recargando su cabeza en uno de sus hombros provocando en el mexicano una extraña paz.

— ¿Todo bien, Rafa? Sabes que puedes contar conmigo, soy... tu amigo. —

— No quiero molestarte con mis problemas —

— Yo debería decirte eso — respondió Scaloni entre risas y abrazo con más fuerza al mexicano para pegarse más a él — Estoy aquí dando molestias por culpa de mi extraña familia —

— ¿Extraña familia? Es la familia de tu esposo y tuya... —

— No mal intérpretes, es una larga historia... —

— Puedes decirme... jamás te juzgaría —

— Lo sé — se limitó a responder mientras se alejaba del mexicano y volteó al mexicano para que quedará frente suyo, sostuvo una de sus manos con cuidado para darle un suave apretón — Te contaré si tu lo haces, no me gusta esa mirada triste — susurró mientras se acercaba al rostro del mexicano.

Rafael no lo detuvo y fue cerrando sus ojos ante esa cercanía.

Sus labios se unieron un beso que fue profundizándose y el alfa sostuvo el rostro del omega con cuidado para evitar que se alejara, ni siquiera se percataron de que Lionel estaba boquiabierto mirando todo desde el umbral de la puerta y claro que Guillermo regresó a la habitación para buscar a todos, sintió sus dedos helarse al notar como Messi observaba como su mejor amigo se besaba con su esposo.

— Eres un maldito... — expresó Lionel de la nada atrayendo la atención de todos e inclusive de Javier que, al escuchar el jadeo de su amigo, no dudó en jalar a su esposo para saber del chisme encontrándose con la escena.

Lionel Scaloni solo cruzó sus brazos molesto al ser interrumpido.

— No... no... no espera, no es lo que... — Rafael tartamudeaba al notar toda la audiencia a su alrededor y más al tener al esposo frente de él, pero no esperó el siguiente comentario.

— Eres un maldito suertudo ¡No es justo! ¡Yo igual quiero besar a Guille! — confesó con las mejillas sonrojadas y Ochoa bajo su mirada a ese chaparrito extraño mientras su lobo ronroneaba de felicidad ante esas palabras.

— ¿qué? — fue lo único que pudieron decir ambos mexicanos y Javier echó a reír ante las miradas confusas de sus dos paisanos.

Vaya, un desayuno interesante

Pequeños cortos Mechoa y demás shipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora