Amor

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Parte 1

Guillermo Ochoa era un alfa que se había divorciado hace un par de años de su pareja Andrés Guardado y es que iniciaron su relación desde una edad muy temprana, desde la escuela preparatoria habían compartido sus vidas pero al pasar los años de percataron que el único vinculo que podrían compartir sería el de una bella amistad; no se arrepienten de nada y agradecieron no tener cachorros en todo esos años juntos. Fue así como a sus treinta años decidió probar suerte en Europa como profesor de un jardín de niños, siempre quiso tener cachorros, pero Andrés tenía otros deseos.

Fue otro motivo de su separación.

— Es hora de intentar algo nuevo, Memito. — expresó Javier Hernández antes de darle un gran sorbo a su cerveza.

— No lo sé, sabes que no me gusta usar mucho esas apps de citas... es algo peligroso ¿No crees? — Ochoa estaba inseguro de la idea de Javier, ambos se habían reencontrado en Madrid y salían casi todas las noches después del trabajo.

— ¡Vamos! Solo inténtalo, verás que todo irá bien — dijo entre risas Javier.

Y Guillermo Ochoa decidió abrir una cuenta en Tinder.

Al principio fue extraño para él interactuar con gente extraña, pero admitía que pasar noches con esas personas sin ningún tipo de compromiso fue lo más genial de todo. Aunque la mayoría de los match eran betas masculinos para evitar algún tipo de sorpresa o cachorro que pudiera atarlo con algún extraño. Deseaba tener un cachorro, pero esperaba a la persona indicada para volver asentar cabeza. Fue así como algunos meses después conoció a un omega muy bonito en uno de sus viajes a Barcelona.

Cristiano Ronaldo era pareja de Javier y había conseguido entradas para el clásico español más importante del país. Barcelona vs Real Madrid y como estarían varios días conociendo la ciudad uso la cuenta de Tinder, era divertido ver como Javier estaba de chismoso junto con su pareja viendo a los chicos que le escribían — Uy Memito, ese chico es muy bonito — dijo Javier.

— Es omega... — dijo apenado el mexicano.

— ¿Algún problema con mi especie? — preguntó enojado Javier provocando alarmas en Guillermo.

— ¡No! Lo que quiero decir es que... ya sabes, no quiero que me apliquen un hijo. Por eso salgo solo con betas, intente con omegas... pero fue incomodo — explicó Ochoa.

Así que, por insistencia de Javier, Guillermo le dio me encanta a su foto e inició una conversación con aquel chico. Por cosas del destino o coincidencia igual iría al clásico español siendo la oportunidad perfecta para conocerse así que poco a poco iban llegando al estadio y el corazón del mexicano empezó a latir con emoción al conocer a ese argentino que tenía varios tatuajes, una increíble barba y el cabello teñido de rubio le queda perfecto.

Ronaldo sonrió divertido al ver la cara de embobado en Guillermo que prefirió adelantarse con su pareja dejando solo a ambos hombres que empezaban a platicar un poco nerviosos.

— Hola Guille... — dijo el argentino mientras apretaba su camisa del Barcelona tratando de mantener la mirada de ese atractivo alfa.

— Hola Lio... ¿Esperaste mucho? — preguntó con una voz nerviosa.

— No, acabo de llegar... — respondió Lionel Messi.

Esa tarde fue perfecta para ambos que sin darse cuenta aun a distancia conservaban una conversación virtual, algunas veces Guillermo viajaba para visitar a su amigo o Lionel pasaba algunos días en Madrid con tal de estar cerca del mexicano. Ambos sin darse cuenta habían creado un vínculo, aunque Lionel Messi guardaba un pasado difícil que aun no se atrevía a contarle a Guillermo por temor a perderlo. Así fue como Messi aprovechó la oportunidad de mostrarle a Ochoa que sentía algo más que una amistad, después de una bonita cena en la casa del mexicano el argentino le robó un beso fugaz al mexicano provocando que sonrojara un poco.

— Me gusta mucho, Guille... en verdad. — susurró el omega y sus ojos brillaban con emoción, que cerró los ojos cuando el alfa sostuvo su rostro entre sus manos para volver a besarlo esta vez profundizando el beso como respuesta.

— También me gustas mucho, Lio... — respondió el alfa sonriente que cargó al pequeño argentino para llevarlo hasta la cama, le hizo el amor toda la noche y disfrutaba de sus gemidos tan bonito y su corazón latía con emoción al ver por fin esa piel llena de tinte realzando su belleza natural.

Le encantaba ese omega, era fuera de lo común, pero a la vez tan tierno.

Messi adoraba como Guillermo tocaba su piel, como lo hacía suyo con tanto cariño, pero a la vez de una forma tan salvaje procurando que disfrutara de ese momento especial que no pudo evitar soltar varias lágrimas mientras se aferraba a la sabanas y caía saliva por las comisuras de sus labios al sentir como se formaba ese nudo en su interior.

Esa noche ambos se volvieron pareja y Lionel Messi sintió que al fin todo se iba acomodando por fin en su vida.

Jamás había dado el primer paso en confesar sus sentimientos, pero por Guillermo haría todo para hacerlo feliz y tenerlo junto a él.

Guillermo Ochoa desístalo, Tinder

Lionel Messi se quedó con la aplicación de Tinder.

Pequeños cortos Mechoa y demás shipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora