Amor de infancia Parte II

246 31 0
                                    

Lionel Messi tenía el corazón latiendo con fuerza ante la noticia que tenía ¿Cómo se supone que debería actuar? ¿Debería irse de la casa por unos días? Sabía de antemano que Guillermo no quiere verlo por lo suscitado hace algunos años y no se atrevía a estar ahí, ya habían pasado 3 años desde que la familia vio a su pequeño alfa triunfando en el mundo del fútbol – Bueno querido... Memito llega mañana y viene con un amigo así que deberíamos terminar de acomodar todo –

"Vendrá con un amigo"

Su corazón no pudo evitar latir con miedo ante esa frase y es que había imaginado encontrarse con él, pedirle disculpas por todo lo que había pasado con ellos, pero... ¿Será que podrá ser perdonado? Solo sonrió un poco y cargó a su cachorro – Vos podés llamar a mi cachorro, como Mateo... no quiero que sepa que... su primero nombre es el de él... por favor – El patriarca miró a su esposa unos segundos y sonrió para tranquilizarlo un poco, el omega estaba bastante sonrojado por ello y desvió la mirada por completo. Dentro de él una sensación amarga lo invadía y si... ¿No era un amigo? ¿Era más bien su omega? Aunque le duela el corazón, tendría que aceptar esa idea de una vez – Jamás podré estar con vos... − susurró para sí mismo, sintiendo como su mundo se iba tornando más gris.

.

.

.

El pequeño Mateo miraba a Guillermo con mucha curiosidad y el rizado, para ser sincero no sabía como actuar con el infante. No sabe ni siquiera en que momento apareció en su habitación y Robert no pudo evitar cargar al pequeño que empezó a reír un poco – Te traje unos bonito recuerdos pequeño Mateo, tus abuelos jamás dejan de mencionarte – dijo aquel omega en tono tierno, sintiendo como su lobo interior le demandaba tener cachorros propios – Es adorable ¿No crees Guillermo? – Robert soltó un suspiro cuando notó como lo ignoraba y procedió salir de la habitación, observando como doña Natalia buscaba al menor – Aquí esta – dijo Robert entre risas.

− Gracias cariño, es muy travieso y eso que solo tiene tres años – expresó entre risas la omega – Es una lástima que a su padre no le hayan autorizado sus vacaciones, le he dicho que puede renunciar para que regrese al fútbol, pero... no quiere. – Soltó un largo suspiro y le dio un besito al cachorro para tomarlo entre sus brazos, mimándolo – Perdón Robert, ignora lo que dije... ve a descansar yo los llamaré cuando esté listo la comida − 

Robert no dijo nada y regresó donde estaba su amigo terminando de arreglar todo en el cuarto, no era nada tonto y en su mente tenía la teoría que Lionel ni siquiera intentó pedir los días por miedo de verse con Guillermo o tenerlo cerca ni hablar del estado en que estaba su amigo, aunque no se lo dijera o tratara de ocultar le afectaba estar bajo el mismo techo que él − ¿Todo bien? – preguntó curioso al ver como buscaba algo con desesperación algo.

− No encuentro mi playera del América, juró que no la llevé conmigo... ¿Será que la perdí? – se preguntó algo inquieto y Robert solo soltó un largo suspiro para ignorarlo. Solo contaba el tiempo para ver como todos se iban a reunir.

Pablo Gavira apostó que todo terminaría en una fuerte discusión

Robert Lewandowski apostó que terminaría en una reconciliación en la habitación de Guillermo.

.

.

.

Lionel caminaba de regreso a casa con muchos nervios que podía jurar que en cualquier momento iba a colapsar, los pasos eran lentos y tortuosos para el joven omega además de que mentirle a Doña Natalia y a Don Guillermo sobre el tema de sus vacaciones le hacía sentir peor pero no tenía los huevos suficientes para ver todavía a amor imposible sumando el hecho que deseaba evitar alguna tensión pero para su mala pinché suerte sus padres adoptivos habían hecho una cena familiar donde él junto con su pequeño eran invitados – Debí tomar el turno de 12 horas... − dijo para sí mismo cuando de detuvo justamente en la entrada por unos largos minutos.

Pequeños cortos Mechoa y demás shipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora