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.𖥔 ݁ ˖ 𝖉𝖔𝖓'𝖙 𝖇𝖑𝖆𝖒𝖊 𝖒𝖊 ✦
،، necesitaba dinero. necesitaba mantener a su familia, a pesar de que ella, la hija mayor de aquel matrimonio, no fuera la más apta para proveerles alimento. desesperada, toma una decisión que...
Los besos repartidos por su cuello la hacían sentir bien, pero rara. Sus labios estaban tan calientes que había dejado su piel rojiza por la irritación, ya que realmente se estaba tomando su tiempo. Sus piernas temblaban ligeramente ante la presencia demoníaca tan cerca que se fusionaba con su ser completamente puro.
—Por favor...
—Suplica lo que quieras. Nada cambiará.
Algo hizo "clic" en ella. Fue cerrando los ojos poco a poco mientras sentía que perdía fuerzas, probablemente él chupó algo de su energía para que se relajara y claramente no iba a devolvérsela. Eso lo fortalecía después de todo. Cuando sus ojos se cerraron completamente, lo sintió alejarse.
Se sintió tan necesitada de él, no quería que se alejara. Algo dolió en su pecho cuando lo hizo. Intentó abrirlos nuevamente pero su acción fue detenida al de pronto sentir su aliento cálido demasiado cerca de su oreja, lo cual hizo que la sensación extraña fuera en aumento. El misterioso hombre detrás de todo eso le dio un cuidadoso beso en la coronilla y le preguntó con voz gruesa.
—¿Seguirás renegando? — negó casi imperceptiblemente con la cabeza, sintiendo pesar incluso estando tan nublada. — Qué bien, porque hicimos un trato y lo cumplirás.
Interpretó ese corto mensaje como «tu alma me pertenece ahora, hagas lo que hagas te encontraré». Esa era la cruda realidad y tenía que enfrentarla: hiciera lo que hiciera, básicamente era suya. Los demonios como él podían sentirle. Podían verle. Él podía verla.
Él sabía que su fe se mantenía, pero era bastante frágil. Y también sabía que no tenía fuerza física, era una flacucha y aunque no tuviera la apariencia de anoréxica, no tenía resistencia. Incluso si su fuerza de voluntad le pudo haber jugado en contra, simplemente su fe en todo era bastante inestable. Eso le facilitaba las cosas a ese engendro.
Continuó con las caricias indecentes, haciéndola jadear y hasta gemir, sin vergüenza alguna aparentemente. Eso no podía excitar más al hombre que las perpetraba. Ambos evidentemente querían llegar más allá, ahora era asunto de dos el inconveniente bulto que se estaba formando en la entrepierna del muchacho.
Ella preguntó por lo bajo con un tono distante, sintiéndose como una niña pequeña ridículamente inocente. Y considerando que tenía al mismísimo diablo frente suyo: lo era. — ¿Vas a ser malo?
Él esbozó una sonrisa maliciosa. Le respondió con ligereza antes de despedazar con aparente facilidad la chaqueta negra que tenía puesta para evitar el frío de la noche y amasar sus senos.
Ahora nada la protegía.
—Depende de tu disposición.
★⸃𓄴 ︶⊹︶︶⠀୨୧⠀︶︶⊹︶ 𑄽𑄺 ˚ PORTADA UNO
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