CAPÍTULO 7

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Después de estar una hora nadando, decido salir para comer algo, ya que solo tengo un colacao en el estómago.

Cuando llego a la toalla, Dani está boca arriba dormido y se me ocurre tirarme encima de él para que se despierte.

- ¿Pero qué...? – pregunta abriendo los ojos rápidamente.

- Hola amor – digo como si nada.

- Ah con que esas tenemos ¿eh? – dice y en un movimiento rápido me encuentro debajo de él.

- Dani estás ardiendo – me quejo intentando escapar de ahí.

- Y tú estás congelada.

- Te lo mereces por haberme mojado antes.

- Yo creo que no – dice uniendo nuestros labios.

Le sigo el beso y en un abrir y cerrar de ojos me está besando el cuello y yo enrosco mis piernas a su cintura. Dani lo nota y presiona contra mi intimidad, haciendo que se me escape un jadeo.

- Dani, para por favor.

Parece que se da cuenta porque deja de besarme y me mira directamente a los ojos, lo que me permite ver que en ellos hay excitación.

- Lo siento, no era mi intención – se disculpa mientras se aparta y se sienta en la toalla.

- No te preocupes – digo acercándome a él. – Creo que tienes razón, esto no se puede controlar, y menos si es con la persona que amas – digo girando su cabeza para que me mire.

- En ciertos momentos y lugares sí se puede controlar, como en este. Si no me hubieras avisado, estaríamos traumatizando a la gente – dice riéndose.

- Eso es verdad – me río. – Cambiando de tema, ¿tienes hambre? – pregunto rebuscando en la nevera portátil los bocadillos que hemos preparado esta mañana.

- La verdad es que sí, ¿me pasas un sándwich de tortilla? – pregunta alzando la mano para que se lo dé.

- Sí, aquí tienes.

- Gracias amor y si me dieras una Coca-Cola fresquita te lo agradecería también – dice haciendo un puchero.

- Espera – digo mientras la busco – aquí está.

- Gracias – dice mientras me tumbo en la toalla. – Tienes que comer algo Carolina, no has comido desde esta mañana, bueno si a eso se le llama comer, porque te has tomado solo un colacao.

- No tengo hambre y sabes que por la mañana no me entra nada en el cuerpo excepto mi colacao de siempre – digo y me pongo las manos en la cara.

- ¿Qué te pasa?, no será por lo que ha pasado ahora, ¿no? – pregunta antes de que se me empiecen a cerrar los ojos sin poder remediarlo.

Ahora mismo no siento nada, solo escucho unas voces que están algo lejanas. Solo reconozco la de Dani, pero la otra no sé de quién será. Parece que están hablando de mí, y cuando por fin logro entender lo que están diciendo una mano me golpea suavemente en la cara. Poco a poco voy reaccionando y consigo abrir los ojos.

- Carolina, por fin despiertas, ¿te encuentras bien? – pregunta Dani sosteniéndome la cara entre sus manos.

- Me siento rara, ¿qué ha pasado? – digo sin poder moverme.

- No te preocupes, luego te lo explico, pero ahora bebe un poco de esto – dice ofreciéndome un líquido que tiene pinta de ser Aquarius.

- No puedo incorporarme.

- Tranquila, yo te ayudo – dice dándole el Aquarius al hombre que está sentado al lado de él. Me ayuda a incorporarme y bebo un poco de esta bebida dulce.

- Gracias por todo señor – le agradece Dani al hombre.

- No hay de qué – responde el hombre. Después se levanta y se va.

- Cariño, ¿te encuentras mejor? – dice dirigiendo su mirada hacia mí.

- Sí, pero ¿me puedes explicar qué ha pasado? – pregunto, mientras doblo mis piernas para dejarle sitio a Dani y que se siente en frente mío.

- Claro – dice sentándose delante de mí. – Después de decirme que no tenías hambre, te pusiste las manos en la cara – explica y comienzo a recordar. – Al principio creía que me estabas haciendo una broma, pero después de 5 minutos llamándote, te quité las manos y me di cuenta de que te habías desmayado. Gracias a que pasó ese hombre por aquí y se dio cuenta de la situación, ahora estás bien. Estaba, muy asustado porque me dijo el hombre que si no despertabas, tendríamos que llevarte a un hospital. Fue cuando te di en la cara, cuando por fin reaccionaste y te despertaste.

- Oh Dani te amo – digo abrazándolo – siento haberte hecho pasar ese mal rato, prometo que ahora mismo comeré algo – digo llorando.

Él se percata y me dice:

- Tranquila ahora todo está bien, pero come algo por Dios.

Después de comerme el sándwich más grande que había, nos fuimos a dar el último baño antes de irnos.

Recogimos todo y nos fuimos al coche dispuestos a volver a la residencia.

Hoy ha habido doble capítulo, así que no os enfadéis si el domingo no subo o si esta semana no vuelvo a subir. Votar por favor así me daré cuenta de a quien le gusta realmente la historia.

Kisses de xlocatisx

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora