CAPÍTULO 21

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James

Tengo que reconocer que no creía que la segunda vez que probase los labios de Carolina iba a ser por petición suya, aunque solo fuera por culpa de Daniel.

- Besas bien, ¿lo sabías? – pregunto con la intención de besarla otra vez.

- Aquí no ha pasado nada – dice dándome un abrazo rápido como despedida.

- Pues no es lo que demuestran nuestros labios hinchados y rojos – comento enarcando una ceja.

- Te recomiendo que no es buena idea que me enfades, hoy nos mudamos y no querrás tenerme de morros – me avisa con una sonrisa traviesa.

- Es verdad, ¿por qué no nos vamos ya? – pregunto dándole la mano.

- Porque todavía tenemos clase, así que, adiós mi amor – se despide y separa nuestras manos.

- Yo no me he despedido – digo a la vez que la cojo de la cintura y le doy un dulce beso en los labios.

Como la primera vez que la besé, no corresponde porque no se lo esperaba, pero esta vez el que se sorprende soy yo al darme cuenta de que me está siguiendo el beso.

- Le estás cogiendo costumbre a esto, ¿lo sabías? – pregunta separándose.

- ¿En serio? – pregunto haciéndome el ofendido.

- Bueno, ahora sí que me voy.

- Adiós Carolina.

Carolina

Vale, entiendo que haya tenido que besar a James cuando tenía a mi ex detrás, pero ¿por qué ha vuelto a besarme? Y lo que es peor, ¿por qué le he correspondido? Ah sí, ¡porque estamos fingiendo!

¡Qué asco! Voy a tener que fingir durante dos semanas. No creo que pueda aguantar, James me pone de los nervios en muchas ocasiones.

Voy a tener que responder al interrogatorio que va a hacerme Alicia sobre lo que ha pasado ahora mismo. Debo enfrentarme, pero...agg no puedo hacer nada para librarme de ella.

- Os he visto ahí fuera, estabais muy acaramelados – dice Alicia cuando me siento a su lado, ya que no hay más asientos libres.

- No quiero hablar del tema – bufo mirando hacia delante.

- No te estarás enamorando, ¿verdad? – pregunta con una sonrisa pícara que puede verse a kilómetros de distancia.

- No me estoy enamorando, lo sabes de sobra. Alicia no quiero hablar ahora de eso – pido con una mirada de súplica.

- Está bien.

Menos mal que no me ha preguntado nada más, porque sino, no creo que hubiera aguantado por mucho más tiempo la impotencia que estoy reteniendo. Le hubiera gritado y me hubiese salido de clase a tranquilizarme un poco.

Las clases van avanzando y cuando me percato de la hora, salgo corriendo a mi habitación para coger mis cosas y mudarme con James.

- No puedo creerme que vayamos a separarnos – dice Alicia entrando por la puerta.

- Ni yo – sollozo abalanzándome sobre ella para abrazarla.

- Ey, tranquila – me calma acariciando mi pelo.

- No me quiero separar de ti y tampoco quiero irme con James, pero debo hacerlo para seguir con mi vida – digo separándome un poco para mirarle a sus ojos azules oscuros.

- Todo saldrá bien, además nos seguiremos viendo en las clases y podemos hablar todos los días – se le escapan algunas lágrimas y yo las limpio rápidamente con mis pulgares.

- Alicia, no me llores por favor – sollozo para abrazarla de nuevo.

- Ahora tienes que ser fuerte, no te dejes engañar por las acciones de James. No sé qué te hizo, pero estoy segura de que te dañó. ¿Sabes? Si proteges tu corazón y no dejas que nadie entre en él, nadie lo destruirá – me aconseja al oído.

- Muchas gracias, y tú sabes que te quiero como a una hermana, ¿verdad?

- Claro, somos hermanas separadas al nacer – se ríe separándose de mí.

Mi móvil empieza a sonar y lo cojo.

- Estoy esperándote – dice James molesto.

- ¡Déjame un momento para despedirme de mi amiga! – grito antes de colgar y tirar el teléfono encima de la cama.

- Si no supiera que me quieres como a una hermana, saldría corriendo – se burla.

- Es que no me deja ni un momento, es una pesadilla.

- Escucha, debes relajarte, porque sino, puede irse todo al garete.

- Lo sé, debo aprender a controlar mi carácter, pero él no me ayuda.

- Cuando te encuentres en una situación en la que te saque de tus casillas, respira hondo y cuenta hasta calmarte.

- Vale, seguiré todos tus consejos hermana. Te quiero muchísimo Alicia – digo dándole un beso en la mejilla a la vez que le doy un fuerte abrazo.

- Y yo a ti. Ahora vete con tu amado – me chincha deshaciendo el abrazo.

- Te llamaré en cuanto haya colocado todas mis cosas – le anuncio justo antes de salir por la puerta con mis dos maletas.

Cuando llego abajo, James me está esperando con su coche en la puerta.

- ¿Te ayudo a subirlas? – pregunta señalando las maletas.

- Puedo sola – digo cargando la primera, que es la menos pesada.

- ¿Segura? – le dedico una mirada amenazante y retrocede. – Sí, estás muy segura – añade y se monta en el coche.

Gracias a lo tozuda que soy y que seré siempre, me está costando mucho subir la otra maleta, en la que llevo toda la ropa que pude traerme de Florida. Por fin consigo subirla y me monto en el asiento del copiloto.

- Por lo que veo sigues siendo igual de cabezota que antes – comenta James arrancando el coche.

- ¿Puedes callarte? – pregunto mirándolo. Fija su mirada en la carretera y no dice nada. – Gracias.

Ya estoy arrepintiéndome de haberle planteado lo de vivir juntos para que fuera más creíble. Me acabo de montar en el coche y ya estoy harta.

¿Qué les está pasando a estos dos que no paran de besarse?

¿Es James o a Carolina también le agrada besarse con él?

¿Qué les ha parecido la despedida de Alicia y nuestra protagonista?

¿Tanto odio siente Carolina hacia James como para hablarle así?

Voten y comenten.

Hasta la próxima.

Kisses de xlocatisx

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora