En el viaje de camino a la residencia estuve dormida casi todo el tiempo. Dani me despertaba de vez en cuando para asegurarse de que no me había vuelto a desmayar y la última vez que me despertó fue cuando llegamos.
- Amor, ya hemos llegado – me dijo con una voz dulce.
- Te amo – le digo abrazándole – gracias por todo lo que has hecho por mí hoy y por todo lo que haces siempre – le digo mientras seguíamos abrazados.
- No hace falta que me des las gracias, yo también te quiero – dice separándose de mí para desabrocharse el cinturón.
Una vez que sacamos todas las cosas del coche, llegué a mi habitación y me tiré a la cama. Empecé a recordar todos los momentos en los que se había preocupado Daniel por mí a lo largo de estos tres años. Recuerdo la primera vez que me dio dos besos, cuando nos presentaron en el instituto, y apenas dos meses después me pidió salir. Tampoco se me olvidará el primer beso que me dio cuando por culpa de una de mis amigas me caí encima de él. Lo quiero tanto, nunca llegué a pensar que iba a querer tanto a una persona que no fuera un familiar.
Después de tener estos recuerdos tan bonitos en la mente, me quedo dormida.
La semana pasaba como si nada, había tenido un examen de ecuaciones y me había salido fenomenal, ya que se me dan súper bien ese tipo de operaciones.
Llegó el bendito viernes y quería quedar con Dani porque apenas habíamos cruzado palabra en toda la semana.
Cojo mi Samsung Galaxy Core Prime y marco su número, que por cierto me lo sé de memoria.
- ¿Hola? – pregunta Dani con la respiración agitada.
- Dani soy yo, Carolina, ¿estás bien? – pregunto nerviosa.
- Sí, tengo que decirte algo – dice cortante.
- Dime – digo esperando a que no sea nada malo.
- Bueno que te dejo, nuestra relación se acabó, adiós preciosa – dice y cuelga.
Esto no me puede estar pasando a mí. Simplemente no puede estar pasando. ¿Por qué me deja?, ¿qué es lo que ha tenido que pasar como para que de un día para otro eche a perder los tres años que llevábamos de relación?
Decido ir a su habitación y preguntarle sobre lo que me acaba de decir.
Cuanto más me acerco a la habitación, la ira comienza a subirme por todo el cuerpo a la vez que la tristeza. ¿Qué habré hecho para merecer esto?
Toco la puerta y no me responde nadie, aunque hay un murmullo. Empiezo a tocarla más fuerte y escucho algo que me deja de piedra. Una chica ha preguntado "¿Quién es?", más en un gemido que en otra cosa.
Por acto reflejo abro la puerta y me encuentro con una escena que no querría haber visto en mi vida. Esa tal chica está en ropa interior encima de la cama de Dani, tiene las bragas por las rodillas y mi ahora ex, está entre sus piernas con la parte delantera del bóxer bajada.
Me doy la vuelta y salgo corriendo directa a mi habitación para que nadie vea que estoy llorando, ni siquiera me he dado cuenta cuando he empezado a hacerlo.
Entro en mi dormitorio, cierro la puerta y me deslizo sobre ella hasta llegar al suelo. Intento parar de llorar, pero no puedo. Todavía estoy asimilando lo que acabo de ver.
Noto como intentan abrir la puerta, alguien no es capaz. Me retiro muy despacio y cuando veo quién es y Alicia ve cómo estoy, no necesitamos palabras ni nada para que yo me levante y entierre mi cabeza en el hueco de su cuello.
Me acuesto en la cama, pero sigo temblando y es entonces cuando Alicia accede a quedarse conmigo hasta que me duerma. Intento calmarme, pero me es imposible, ya que esa imagen se reproduce en mi mente una y otra vez. La forma en la que pronunció "Adiós preciosa" me dan ganas de vomitar. Por eso tenía una voz agitada cuando lo llamé hace un rato.
Me doy media vuelta para quedar cara a cara con Alicia. Ella me mira con tristeza, nerviosismo y furia y yo a ella la veo borrosa debido a que las lágrimas empapan mis ojos.
- No me gusta verte así, sé de sobra quién ha podido hacerte lo que sea que haya hecho para que estés... rota – me dice mi compañera de habitación con dulzura.
- Ha sido Daniel – digo antes de que broten más lágrimas de mis ojos.
- Lo sé, Carolina, lo sé – dice mientras me pega a ella para abrazarme.
Alicia siempre me dijo que no le gustaba mi novio Daniel, decía que había algo en él que no le convencía. Yo le decía que eran imaginaciones suyas, pero ahora veo que tenía toda la razón del mundo.
Las dos estamos tumbadas en mi cama, de costado, una frente a la otra. Ella está del lado de la pared y yo estoy del otro. Sé que se preocupa por mí y que ahora mismo estará preguntándose qué es lo que ha pasado para que esté así, pero también sé que si se lo digo, irá derecha a la habitación de Dani y le pegará hasta que esté en el suelo agonizando a causa del dolor.
Necesito contárselo y desahogarme, necesito que me diga qué debo hacer ahora y que me tranquilice con sus palabras, porque no creo que yo sola lo logre.
- Lo he llamado hace unas dos horas y me dijo por teléfono que me dejaba, que nuestra relación se había acabado. No me lo podía creer, así que fui a su habitación para que me lo dijera a la cara. Había alguien dentro, pero no abría. Escuché a una chica gemir y abrí la puerta – digo recordando el peor momento de toda mi vida. – Estaban ahí, encima de la cama de Daniel haciéndolo. Me di la vuelta, corrí hacia aquí y me puse a llorar hasta que has llegado tú – digo abrazando a Alicia más fuerte, buscando ayuda para salir del infierno en el que se ha convertido mi vida hace tan solo dos horas.
Holaaaaaaa, hemos superado los 400 leídos y seguimos aumentando.
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Sé que a muchos no les gustó, pero es fundamental para que empiece realmente la historia.
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Quierodedicarle este capítulo a una de mis BFF: @ainoa_montero.
Me dio ideas de cómo hacer este capítulo que me encantaron.
Bueno hasta la próxima chic@s.
Kisses de xlocatisx
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Un amor no tan fingido
RomanceNunca llegué a pensar que mi novio Daniel, un chico con el que había estado desde los 16 años, podría hacerme tal cosa. Lo que jamás me habría imaginado es que volvería a hablar y a mantener una "relación" con James, un chico de mi pasado que tambi...