CAPÍTULO 11

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Emma

Estoy sentada en el suelo de la habitación de Alex esperando que Carolina nos cuente qué es lo que le pasa. Estoy nerviosa, nunca la había visto tan mal. Sus ojos verde oliva están apagados, está más blanca de lo normal, tiene ojeras, los ojos rojos de tanto llorar y le tiemblan las manos. Parece que le cuesta hablar, aunque por fin decide hacerlo.

- Sé que ya lo suponéis, pero que yo me encuentre en este estado tiene que ver con Daniel – dice mirando sus manos, nerviosa.

- Solo queremos que sepas que nos tienes aquí para lo que sea – dice Amber agarrando una de sus manos para tranquilizarla.

- Ya lo sé. Todo empezó hace una semana. Dani y yo íbamos a ir a la playa y me estaba probando unos bikinis cuando él entró en el baño. Me agarró por la cintura y yo enrosqué mis piernas a la suya. Me besaba el cuello y jadeé. En ese momento llegó Alicia a la habitación y se acabó lo que estábamos haciendo o lo que estábamos por hacer. No estaba preparada para nada de eso y tuve que decírselo. Se lo tomó mejor de lo que pensaba. En la playa tuvimos otro momento así y... menos mal que fui capaz de pararlo, sino, no sé qué hubiera pasado. Después de eso me desmayé porque no había comido nada en todo el día.

- Espera, ¿te desmayaste? – pregunto exaltada.

- Sí, me desmayé – responde mirándome a los ojos.

- Pero... tú nunca te habías desmayado, ¿no es así? – pregunta Alex.

- No, que yo recuerde. Bueno como os iba diciendo, me desperté al cabo de unos 20 minutos. Después de eso, nos bañamos una vez más y nos fuimos a la residencia. Cuando llegamos le di las gracias y nos abrazamos. Llegué a mi habitación y me quedé dormida. Durante toda esta semana apenas lo había visto, así que decidí llamarlo. Me cogió el teléfono, pero tenía una voz agitada – en ese momento para y se limpia una lágrima. – Me dijo por teléfono que me dejaba. Con el carácter que yo tengo, fui a su habitación y me lo encontré en la cama con una chica. Estaban haciéndolo – dice mientras otra lágrima rueda por su mejilla y forma puños con las manos.

- ¡Basta! No quiero oír más – exclama Amber.

- ¡No! Hay más – contraataca Carolina. – Ayer, fue cuando me dejó y mi vida comenzó a ser un infierno. Esta mañana me lo he encontrado en el ascensor y el muy imbécil se ha atrevido a hablarme. Solté los bolsos y le di un manotazo en toda la cara. Y hasta aquí mi desastrosa vida – dice antes de romper en llanto.

- ¡Lo mato! – gritamos Alex y yo, a la vez que nos levantamos.

- Chicas no es momento – nos regaña Amber, a la vez que nos indica con su mirada que nos acerquemos para tranquilizar a Carolina.

Está temblando y no para de llorar. No sé cómo puedo calmarla, porque nunca se me han dado bien situaciones como esta.

Amber es la que la tiene entre sus brazos apoyándola contra su pecho. Alex abraza la por la espalda y yo no tengo más remedio que abrazar a las tres a la vez.

Sé que mi mejor amiga, Carolina, lleva tres años con Daniel. Han tenido sus altibajos, pero sinceramente nunca me la habría imaginado así. Esta chica a la que quiero tanto, esta chica que me defendió tanto de sus amigos, esta chica a la cual también defendí, esta chica que ahora mismo tengo delante, no parece ella. Está destrozada. Juro por lo que sea, que la paliza que le meta al muy hijo de perra ese, será épica e inolvidable.

Carolina

Después de que mis amigas me estuvieran tranquilizando, me quedé dormida en la cama de Alex. He tenido un sueño muy raro. He soñado con un amigo del instituto del que estuve enamorada hasta que conocí a Daniel. Se llama James, aunque no sé por qué ahora sueño con él.

Cuando me levanto de la cama, me doy cuenta de que mis amigas no están. Bajo las escaleras y me las encuentro en el salón. Emma está viendo la tele, Amber está dormida en el sofá y Alex está con su portátil.

- Hola chicas, – saludo al entrar – ¿qué hora es? – pregunto bostezando.

- Son las 12:30 – responde Emma.

- ¿Te encuentras mejor? – me pregunta Alex, apagando el portátil.

- Sí, ahora estoy más descansada. Gracias por todo de verdad – digo mirando mis pies descalzos.

- ¿Gracias por qué? – pregunta Alex.

- Por ser vosotras, por estar siempre a mi lado, por quererme tanto, por ayudarme cuando lo necesito, por tranquilizarme cada vez que lo paso mal, pero, sobre todo, por ser mis mejores amigas – confieso con lágrimas en los ojos.

- Oh vamos, por eso no tienes que darnos las gracias – dice Emma levantándose del sillón para abrazarme.

- Tiene razón – dice Alex, que también se une al abrazo.

- Lo único que te pido es que no quiero volver a verte en ese estado, y menos por culpa de un tío como lo es él – dice Emma levantándome la cara para que la mire.

- Lo intentaré – dije abrazándola de nuevo.

- No, no lo intentarás, lo harás – dice Alex y comienza a hacerme cosquillas.

Intento escapar, pero no puedo. Emma no me ayuda, está de pie sonriendo, mientras yo me muero de la risa a causa de las cosquillas de Alex.

- ¡Alex para, por favor! – grito revolviéndome para que me suelte y me deje libre.

- ¿Qué es lo que está pasando? – pregunta Amber, que se acaba de despertar.

- ¡Hombre, por fin despiertas! – exclama Emma.

- Si paras, os cuento con quién he soñado y la idea que tengo para vengarme de Daniel – le digo a Alex con la esperanza de que pare, y lo hace.

Amber se incorpora en el sofá para dejarle sitio a Emma y a Alex, mientras que yo me siento en el sillón individual.

- Desembucha – dice Emma impaciente.

Bueno, ¿quién será ese amigo de nuestra protagonista con el que ha soñado?

¿Tendrá algo que ver con la venganza de Carolina hacia Daniel?

Espero que les haya gustado el capítulo.

Si es así, voten y comenten.

Hasta la próxima.

Kisses de xlocatisx

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora