CAPÍTULO 30

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Carolina

Dios mío, no creía posible que el padre de James se me apareciera en pesadillas y menos en una tan desagradable.

- Carolina, mírame - suplica James arrodillado a mi lado en el suelo.

Dejo de mirar a su padre y me centro en él.

- No era real, solo era una pesadilla - asegura mirándome.

Asiento no muy convencida y me levanto del suelo.

- ¿Estás bien cielo? - pregunta Mel acercándose a mí.

- No te preocupes mamá, está bien - responde James.

Dirijo mi mirada al lugar donde estaba sentado el padre de James hace unos segundos, ¿dónde habrá ido?

- ¿Estás malita tata? - pregunta Angela tirando de mi pantalón.

Me fijo en la niña, me agacho y la alzo en mis brazos.

- No, estoy bien, solo tengo miedo de algo - respondo sincera.

- ¿De las personas? - pregunta jugando con mi cabello.

- Amor, ¿podemos hablar un momento? - pregunta James mirándome serio.

- Claro - respondo depositando a Angela en el suelo. - Después hablamos, ¿vale peque? - pregunto a la vez que le doy un toque con el dedo índice en la nariz.

- No tardes, quiero que me hagas una trenza - pide pasando una mano por su corto cabello rubio.

- Vale - finalizo separándome de ella para seguir a James hasta lo que parece ser un despacho.

- Siéntate en una de esas sillas - pide mientras cierra la puerta de la habitación.

Hago lo que me pide y él me imita sentándose a mi izquierda.

Estoy nerviosa, ¿a qué viene todo esto? No me siento cómoda, aunque la habitación en la que estoy, emana lo contrario.

Es un lugar grande, espacioso. Tiene una gran mesa de madera en el centro. Detrás de esta se encuentra un gran sillón, y delante, las confortables sillas en las que estamos sentados. Todo tiene un aspecto antiguo, lo que le da un toque de misterio. Hay estanterías en una de las paredes y cuando miro hacia atrás para seguir inspeccionando, veo algo que me aterra.

En la pared que está a la derecha de la puerta, hay un terrario con una enorme serpiente en su interior.

El sonido de la puerta cerrándose me despierta de mi momento de pánico.

Dirijo mi mirada a la persona que ha entrado y resulta ser el padre de James, mi "suegro".

- Amor, mi padre tiene que decirte algo - anuncia James mirándolo.

- James, sal de la habitación - le ordena su padre mirándolo con intensidad desde el sillón que hay detrás de la mesa.

James se levanta sin rechistar y le lanzo una mirada de terror.

- Estaré fuera por si acaso - susurra mi "novio" antes de irse.

No quiero estar con su padre en una habitación a solas por nada del mundo.

- Tranquila, no voy a matarte - dice al ver que estoy temblando.

Puede que no me mate, pero mi pesadilla puede hacerse realidad y eso no me gustaría nada.

- Quería...pedirte perdón por lo de ayer - murmura sin mirarme. - Sinceramente me pasé demasiado, pero hay una razón por la que te dije todo aquello - dice con las manos entrelazadas apoyadas en la mesa.

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora