CAPÍTULO 20

147 13 1
                                    

James

Cuando ayer besé a Carolina, se quedó estupefacta. Intenté buscar alguna expresión que me dijera si había hecho bien en besarla o no, pero se bajó del coche y se marchó. Sé que no se lo esperaba, ni yo mismo lo hacía, pero debería de haberme dicho algo.

Hoy es miércoles y tenemos que seguir con el plan. Solo espero que no esté cabreada por lo del beso de ayer. Quiero seguir así con ella, siendo yo mismo. Estoy deseando verla y probar sus labios de nuevo.

Pero, ¿qué estoy diciendo? Se supone que la odio, no puedo dejar que vea mis sentimientos hacia ella.

Hace tres años, cuando le dije todo lo que pensaba de ella, era mentira. Ella ha sido la única chica que se ha preocupado por mí, la única chica que se pasaba todo el día conmigo sin compromiso alguno y la única chica que me ha amado. Con ella estaba muy a gusto y era yo mismo, no tenía que hacerme el duro para ser más guay que nadie. Nos fuimos conociendo y cada vez que quedábamos estábamos más cerca de ser algo más que amigos. Un día mis amigos me hicieron creer que Carolina no era para mí, que ella iba contando por ahí lo que hacíamos cada vez que salíamos, que solo me estaba utilizando para ser la nueva novia del chico más guapo del instituto, así que decidí cortar desde la raíz: diciéndole mentiras sobre lo que pensaba y que solo me había acercado a ella para divertirme.

Eso le destrozó el corazón y, por lo tanto su amor por mí.

El caso es que tenemos que seguir con el plan sin que descubra lo que siento por ella. Me va a resultar difícil porque vamos a vivir en un apartamento, juntos.

Ya lo tengo todo guardado en la maleta para que podamos instalarnos después de comer.

- Realmente os lo estáis tomando en serio – dice Drew, mi compañero de habitación.

- Claro, ¿por qué no?

- Quizás porque lleváis tres días saliendo – responde obvio.

- Tres días saliendo pero mucho tiempo conociéndonos. Me voy a clase – digo antes de salir por la puerta.

Carolina

Hoy me he levantado con una sensación extraña que, seguramente, se deba al beso que me dio ayer James. No dejo de preguntarme si estaría fingiendo o no.

Siempre había querido probar sus labios hasta hace tres años, cuando dejé de amarlo a causa de lo que me hizo.

Sé que voy a tener que probarlos más veces, y no sé si estaré preparada para soportarlo.

- Alicia, ¿podemos irnos? – pregunto apoyada en la puerta de la habitación.

- Sí – dice colgándose la mochila en el hombro derecho.

- Gracias – digo haciendo el mismo gesto, pero en el hombro izquierdo.

- De nada. ¿Qué vas a hacer si vuelve a besarte? – pregunta cuando ya estamos las dos en el pasillo de camino a nuestra primera clase.

- Depende.

- ¿De qué? – pregunta enarcando una ceja.

- Depende de con quién estemos delante. Si tenemos estudiantes delante, tendré que devolvérselo, pero si estamos los dos solos, no creo que le corresponda.

- Lo tienes todo claro.

- Cierto, pero no sé qué ocurrirá – digo antes de que entremos al aula.

La clase se me pasa muy rápido, y cuando ya solo quedan unos minutos para que acabe, mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mis pantalones. Es un mensaje de James, que dice:

- ¿Seguimos con el plan, verdad?

Le respondo con un simple sí y guardo el móvil en el mismo sitio. Vuelve a vibrar y otra vez es James.

- He salido un poco antes de clase, ¿en qué aula estás?

- Estoy en el aula 1.4. Deja de escribirme que van a pillarme.

Y en efecto, en cuanto termino de escribir el mensaje el profesor me pregunta:

- Señorita Carolina, ¿qué tiene debajo de la mesa? – pregunta acercándose a mí.

- Nada, es que tenía un hilo suelto en la camiseta y estaba intentando quitarlo – miento esperando a que se lo crea.

- Está bien – dice antes de que suene la campana.

Todos nos levantamos y salimos de clase, o esa era mi intención, porque el profesor me llama para que vaya a su mesa.

- ¿Ya se ha recuperado? – pregunta sentándose en su silla.

- No del todo. Todavía estoy débil, pero voy recuperándome poco a poco.

- Espero que se recupere y vuelva a tener la misma fuerza que tenía antes en mis clases.

- Gracias, yo también estoy deseando estar de nuevo al 100% en todas mis clases.

- Bueno, le dejo que se vaya a su siguiente clase. Hasta mañana.

- Hasta mañana, profesor – digo saliendo del aula.

Fuera está esperándome James, apoyado en la pared.

- Hola – dice acercándose a mí y rodeándome con sus brazos tatuados por la cintura.

- Contrólate – le susurro al oído a la vez que paso mis manos por su cuello.

- Vale – se separa un poco de mí, pero no retira sus brazos.

Veo cómo los estudiantes pasan cerca de nosotros con prisa, pero uno se detiene detrás de James. Cuando me fijo en quién es, hago una cosa que no pretendía hacer en mi vida.

- Bésame – le digo a James.

- ¿Qué? – me pregunta asombrado.

- Tienes a Daniel detrás, bésame – digo acercando mi boca a la suya.

Su mirada desciende a mis labios y se pasa la lengua por los suyos. Daniel sigue detrás, mirándonos muy atentamente. James une nuestros labios y yo, debo corresponderle. Me pega más a él y después sube una de sus manos hasta mi nuca, para profundizar más en el beso. He cerrado mis ojos sin darme cuenta de cuándo lo he hecho y al abrirlos, Daniel ya no está y James me mira sorprendido sobre lo que acaba de pasar.

Wow, ¿qué les ha parecido la confesión de James?

¿Se la esperaban?

¿Y el beso?

¿Cómo creen que reaccionará cada uno después del beso?

El capítulo va dedicado a mariagalan_4

Pasaros por "Los muertos caminan", que es de una muy buena amiga.

Hasta la próxima.

Kisses de xlocatisx

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora