Carolina
¿Cómo he podido dejarme llevar de tal manera? Lo que ha empezado como unas simples cosquillas para animarme, casi termina en sexo.
Bajo las escaleras y entro en el baño para mirarme al espejo que hay justo encima del lavabo. Mi pelo está algo despeinado y mis labios están muy hinchados.
- ¿Ya puedes hacerme la trenza? - pregunta Angela provocando que dé un respingo.
- Qué susto me has dado peque - comento con una mano en el pecho. - Claro, ¿me dejas un cepillo? - pregunto agachándome para estar a su altura.
- Voy - responde antes de salir corriendo.
Me río al verla subir las escaleras tan rápido. Salgo del baño y voy a la cocina, donde está Mel.
- Hola Mel - saludo sonriente.
- Hola cariño, ¿ya se ha disculpado Rob? - pregunta mientras coloca unos utensilios en su correspondiente lugar.
- Sí, la verdad que no esperaba esa confesión - respondo sincera recordando todo lo que me ha explicado.
- Nadie, excepto tú y yo, sabemos por qué protege tanto a sus hijos, considérate una privilegiada - añade riéndose.
Me uno a sus risas y James entra en la cocina. Angela viene detrás, quien trae un cepillo en la mano.
- ¿De qué os reís tanto, amor? - pregunta James acercándose a mí.
- Es un secreto - respondo mirando a Mel con una sonrisa.
- ¿Cómo vas a hacerme la trenza, tata? - pregunta Angela dándome el cepillo.
- Como tú quieras, peque - respondo cogiéndola en brazos para subirla a uno de los taburetes que hay alrededor de la isla de la cocina.
- Angela, cariño, no seas pesada - le regaña Mel.
- No es ninguna molestia - comento desenredando el cabello de la niña.
- Gracias, cielo - agradece mi "suegra".
Le dedico una sonrisa y empiezo a separar los mechones que me harán falta para hacer la trenza.
- ¿Cuánto lleváis? - pregunta Mel mirando a James.
James me mira y se rasca la nuca, nervioso.
- Mañana hacemos una semana - respondo, haciendo que Mel abra los ojos sorprendida.
- ¿Solo? Creía que llevabais más - añade.
- Mamá, la conozco desde que ella tenía 16 años y yo estaba a punto de cumplir los 18 - especifica James.
- ¿Has tardado tres años en pedirle salir? - pregunta su madre riéndose, seguramente por la timidez de su hijo.
- En realidad ha habido un distanciamiento de tres años - confieso comenzando ya a hacerle la trenza a la pequeña.
- ¿Distanciamiento? - pregunta Mel confundida.
- Sí, dejamos de hablarnos por algo que hizo James. Después empecé a salir con un chico y ya no nos veíamos por el instituto - aclaro sin querer dar muchos detalles.
- ¿Qué hiciste? - le regaña a su hijo dándole en la nuca.
- Prefiero no recordarlo - añade James en voz baja.
- ¿Le quitaste la virginidad a traición? - pregunta ella asustada.
- ¿Qué? ¡No! - exclama James. - No quiero hablar de eso, mamá - añade mirando el suelo.
ESTÁS LEYENDO
Un amor no tan fingido
RomanceNunca llegué a pensar que mi novio Daniel, un chico con el que había estado desde los 16 años, podría hacerme tal cosa. Lo que jamás me habría imaginado es que volvería a hablar y a mantener una "relación" con James, un chico de mi pasado que tambi...