CAPÍTULO 14

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James

Cuando Carolina me llamó por teléfono ayer por la tarde, me puse nervioso. Llevábamos tres años sin hablarnos después de lo que le hice. Sé que estuvo mal, pero creo que le ha servido para no confiar en una persona a la que apenas conoces.

 Ella estaba muy enamorada de mí y yo solo supe aprovecharme. Era una chica muy dulce y cada día me sorprendía con algo nuevo, dedicado exclusivamente para mí. Cuando la conocí me dejé llevar, pero me dí cuenta de que estaba haciendo el ridículo con una chica dos años más pequeña que yo, así que decidí desprenderme de ella de la peor forma posible.

Nuestros labios se rozaban, pero justo antes de que se pegaran por primera vez, le dije lo que pensaba de ella. Aquella tarde sobre el césped de su parque favorito, fue cuando le arrebaté su sonrisa y su ilusión por mí. Intentó ocultarme las lágrimas, pero no fue capaz y se marchó corriendo. Esa fue la última vez que estuve con ella. Desde aquello me odia, y no creo que me perdone en la vida.

Carolina

Esta mañana me he levantado más temprano de lo normal porque estoy nerviosa. Tengo ganas de vomitar, me tiemblan las manos y me duele la cabeza. Todo esto me pasa porque hoy es cuando tengo que empezar a fingir tener una relación con James. No sé cómo lo haremos, pero lo que sí sé es que tengo que poner celoso a Daniel como sea.

Ya me he arreglado y he preparado la mochila para hoy.

- ¿Te queda mucho Alicia? – pregunto impaciente.

- Ya estoy – responde saliendo del cuarto de baño. - ¿Tú estás lista? – pregunta mientras se coloca delante de mí.

- Estoy súper nerviosa – respondo con voz temblorosa.

- Tranquila – me calma pasando la mano izquierda por mi brazo derecho.

- Lo intentaré – digo con una sonrisa tímida. En ese momento miro la hora en mi móvil y me doy cuenta de que vamos tarde. - ¡Quedan 5 minutos para que empiece la primera clase! – exclamo abriendo la puerta de nuestra habitación.

- ¡No llegaremos! – grita Alicia mientras corremos por los pasillos.

- Que sí – digo girando mi cabeza hacia atrás para mirarla.

Cuando vuelvo la mirada hacia delante para seguir corriendo, me choco con alguien y me caigo al suelo. La persona con la que he chocado me ofrece su mano para levantarme, y cuando lo hago, veo a un sonriente James.

- ¿Por qué tienes esa sonrisa? – pregunto enojada.

- Porque eres muy despistada – responde riéndose.

- No me hace ninguna gracia – digo sacudiendo mi ropa.

- No la tendrá para ti, pero para mí sí la tiene – dice todavía con una sonrisa.

Suena el timbre, el pasillo se vacía de alumnos y me percato de que Alicia también se ha ido. Me he quedado sola con James y noto que los nervios se instalan otra vez en mi cuerpo. Tengo las mismas sensaciones, dolores y temblores de antes, pero tengo que empezar la conversación que ayer no nos dio tiempo a entablar.

- James tenemos que acordar cómo fingiremos, delante de quién fingiremos, cuándo fingiremos...- digo enumerando con mis dedos de la mano.

- Vale pero antes podemos ir a la cafetería y ya lo hablamos allí – propone.

- Está bien – respondo muy a mi pesar.

En el trayecto a la cafetería ninguno de los dos habla. Entramos, nos sentamos uno en frente del otro y pedimos lo que queremos tomar.

- No me gusta perder clase, así que solo tenemos esta hora para acordar cómo lo haremos – digo apoyando mis manos en la mesa delante de mí entrelazándolas.

- A mí tampoco me gusta perder clase, pero para esto merece la pena.

- Ya, ahora respóndeme a lo que te he dicho antes y me voy – digo cortante.

- Primero: relájate. Segundo: repíteme lo que me has dicho antes porque no me acuerdo – dice mirándome a los ojos.

- Qué mala memoria tienes – bufo. – ¿Cuándo fingiremos?

- Fingiremos siempre, para no levantar sospechas – responde serio.

- Me parece bien, ¿cómo fingimos? – pregunto retirando las manos de la mesa para que la camarera ponga nuestros desayunos sin problemas. – Gracias – le dedico una sonrisa y dirijo mi mirada a James.

- ¿Eso es lo que te vas a tomar? – pregunta señalando mi colacao.

- ¿Algún problema? – pregunto enarcando una ceja.

- Ninguno, solo que creo que debes tomarte algo más, ya que el desayuno es la comida más importante del día – dice levantando ambas manos.

- ¿Hace tres años te desprendiste de mí como si fuera una colilla, y ahora te preocupo? – pregunto poniendo mis manos en la mesa. – Vete a la mierda – digo recostándome en mi asiento.

- Está bien, como no me necesitas, me largo – dice levantándose.

- Espera – suplico agarrando su fuerte brazo. – Lo siento, es que no creo que pueda olvidarlo – digo bajando la mirada.

- Me quedo, pero no saques más ese tema – dice sentándose de nuevo.

- Gracias. No lo volveré a sacar, te lo prometo.

- No prometas algo que no puedas cumplir – dice negando con la cabeza.

- Tienes razón. Si vuelvo a sacar el tema intentaré no ser tan brusca, aunque es lo que te mereces – digo.

- Vale, ¿en qué estábamos? – pregunta dándole un bocado a su sándwich.

- Te estaba preguntando que cómo fingiremos – digo mientras le doy un sorbo a mi colacao.

- Simple, si tenemos la oportunidad de pasar algo de tiempo juntos iremos de la mano o te agarraré por la cintura, cuando nos veamos por los pasillos nos saludaremos con un beso y quedaremos cada dos días – explica con la cabeza apoyada en la mano derecha.

- Vale, lo único que no me gusta es lo del beso. Será en la mejilla no en los labios – digo antes de terminar mi colacao.

- Vale, pero conforme vayan pasando los días, como se supone que la relación va avanzando, el beso tendrá que ser en los labios, ¿de acuerdo? – pregunta enarcando una ceja.

- De acuerdo, no tengo más remedio.

- ¿Preparada para la acción? – pregunta mientras paga los desayunos.

- Más o menos – respondo saliendo del lugar.

Cuando estamos los dos fuera, me da la mano. Miro nuestras manos unidas, sabiendo que esto es lo que me espera durante las dos próximas semanas.

Carolina y James siguen llevándose mal, pero deben fingir lo contrario cada vez que esté uno delante del otro durante dos semanas.

¿Aguantarán o se rendirán?

Voten y comenten.

Espero que les haya gustado.

Hasta la próxima.

Kisses de xlocatisx

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora