James
¿Cómo tendré que comportarme frente a la familia de Carolina? Su madre me odia, su padre odia a los chicos que lleva a casa, es decir, que también me odiará, y su hermano va a interrogarme.
Por esa parte no quiero que llegue el viernes, pero por otro lado estoy deseando, ya que tengo que presentarle a Carolina mis padres. Solo espero que todo vaya bien.
Son las nueve de la noche, así que voy a llamar a mis antiguos colegas de Florida para quedar con ellos. Estoy tumbado en la cama, busco su número y me llevo el móvil a la oreja.
- Hey Josh, ¿qué pasa? - pregunto con una sonrisa.
- ¿James? ¿Eres tú, colega? - pregunta asombrado.
- Sí tío, el mismo.
- ¿Qué tal estás? ¿Has sentado ya la cabeza con la carrera o sigues siendo tan "bueno" con las mujeres? - pregunta recalcando esa palabra para que me de cuenta de que es ironía.
- Ya he sentado la cabeza, creo que ya tocaba - comento algo serio.
- ¿Qué tía te ha hecho sentar la cabeza?
- Carolina - respondo, y espero su reacción. Sigue sin responder - ¿Josh? - pregunto ya preocupado.
- ¿Carolina? ¿La del Instituto? - pregunta con tono de sorpresa.
- Claro.
- ¿Qué te ha hecho para caer en sus redes? - pregunta con doble sentido.
- Nada, nos reconciliamos y ahora estamos juntos - respondo con simpleza.
- Espero que no te utilice otra vez - añade serio.
- No lo hará - miento, ya que en realidad nos estamos utilizando el uno al otro.
- ¿Cuándo vendrás? - pregunta cambiando de tema.
- Este viernes voy para allá - respondo con una sonrisa de satisfacción.
- ¡Qué bien! Avisaré a Chad - dice antes de colgar.
Me quedo mirando el teléfono con una tonta sonrisa en la cara.
Tocan a la puerta y levanto mi cabeza en su dirección.
- ¿Quieres cenar algo? - pregunta Carolina asomando la cabeza.
- Claro, ¿te ayudo? - pregunto levantándome de la cama.
- ¿A pedir pizza? - pregunta riéndose.
- Es verdad, si no hemos comprado nada de comida - comento abriendo la puerta del todo y saliendo al pasillo con Carolina.
- ¿De qué quieres la pizza? - pregunta una vez que estamos en la cocina.
- Me encanta la de cuatro quesos - confieso.
- Igual que a mi padre - añade.
- ¿De qué la quieres tú? - pregunto para que no piense mucho en lo lejos que está su familia.
- Me da igual - responde sin ganas.
- Vale, entonces una de cuatro quesos y la otra de...¿queso de cabra? - pregunto dudando.
- ¿Cómo has sabido que me encanta ese queso? - pregunta con una sonrisa.
- No lo sé, simplemente lo he citado - digo encogiéndome de hombros.
- Voy a llamar a la pizzería - añade cogiendo el teléfono.
Cuando se levanta y se va al salón a hacer la llamada, no puedo evitar dirigir mi mirada a su culo. ¿Qué me está pasando?
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Un amor no tan fingido
RomanceNunca llegué a pensar que mi novio Daniel, un chico con el que había estado desde los 16 años, podría hacerme tal cosa. Lo que jamás me habría imaginado es que volvería a hablar y a mantener una "relación" con James, un chico de mi pasado que tambi...