CAPÍTULO 26

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Carolina

Me alejo de James, intentando relajarme. Después de lo de esta mañana, no sé si lo del abrazo que acaba de darme es falso. Parecía muy arrepentido, aunque la culpa la tengo yo. Yo fui la que le propuso todo esto, yo fui la que reabrió una herida que ya había sanado. No es culpa suya que me dijera eso. Yo se lo pedí, yo le pedí que fingiera ser mi novio.

Puede parecer que estoy algo loca. Ayer por la noche cuando me dio un beso en la frente, quería pegarle y gritarle, pero esta mañana he estado pensando que en realidad es todo por mi culpa.

Llego a mi coche y me siento en el asiento del piloto. Dejo mi mochila en el asiento de atrás y pongo mis manos en el volante. ¿Qué hago? Puedo seguir con esto, pero solo me causará más dolor.

Dejo de pensar en todo y enciendo la radio. Empieza a sonar la canción de "Demons" de Imagine Dragons. Esta canción me calma mucho en situaciones así.

Cierro mis ojos y empiezo a cantar el inicio. Lágrimas corren por mis mejillas sin nada que las pare. Yo tampoco se lo impido, por lo que tienen vía libre.

Unos golpes en el cristal hacen que abra los ojos y gire mi cabeza hacia la derecha. Y por supuesto ahí está mi ex.

- ¿Estás bien, preciosa?

Me bajo del coche para estar cara a cara con él.

- ¿En serio estás preguntándome eso, Daniel? - pregunto cruzando los brazos sobre mi pecho.

Él simplemente se echa a reír. Yo sigo mirándole a los ojos, aunque con algo de dificultad, debido a algunas lágrimas que aún siguen en ellos.

- Quiero preguntarte algo - anuncio llamando su atención.

- Cuéntame preciosa - sugiere cruzándose de brazos.

- El día que lo dejamos, cuando te llamé por teléfono, ya estabas con Dayana, ¿verdad? - pregunto nerviosa esperando su respuesta.

- Si te refieres a que si ya te estaba poniendo los cuernos, entonces mi respuesta es sí.

No hizo falta nada más para darme la vuelta, montarme en el coche y salir pitando de ese sitio.

James

Todavía no la he visto salir del aparcamiento de la Universidad y estoy empezando a preocuparme.

Sé que dijo que necesitaba estar sola y eso, pero debo llamarla para asegurarme de que está bien.

Busco su contacto y la llamo. Automáticamente me salta el buzón de voz. ¿Dónde estará?

- Acaba de irse - dice una voz detrás de mí.

- ¿Qué le has hecho? - pregunto muy enojado.

- Ha sido ella la que ha preguntado. Yo simplemente he respondido - añade encogiéndose de hombros.

- ¿Qué ha preguntado? - pregunto perdiendo la paciencia.

- Algo de lo que se arrepentirá - responde con una sonrisa maligna.

- Eres un capullo - le insulto antes de salir corriendo a por mi auto.

Este tío es subnormal. No puede ser peor persona. Primero le hace creer que está enamorado de ella para después ponerle los cuernos. Y por sino fuera suficiente, sigue torturándola. La próxima vez que nos encontremos, no creo que salga bien parado.

Entiendo que cada uno puede tener una edad en la que hay un poco de descontrol, porque yo la he tenido; pero una cosa es ser rebelde, y otra muy diferente es jugar con los sentimientos de una persona. Eso es lo que está haciendo Daniel con Carolina. No lo soporto.

Un amor no tan fingidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora