I'm a God

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Gerard solía pasar mucho tiempo viajando a diferentes partes del mundo buscando inspiración para escribir sus diferentes historias y recolectando nuevas experiencias.

Era un escritor bastante famoso así que constantemente necesitaba aprender algo nuevo algo que lograra maravillar a sus lectores como la primera vez. Así fue como terminó viajando alrededor del mundo visitando desde los lugares más habituales y famosos para el turismo hasta zonas que prácticamente estaban a alejadas de la mano de Dios.

Eso le agradaba, desconectaba su cerebro de la realidad y de las cosas que pasaban en el mundo. Por un momento podía sentirse libre y despreocupado de todo lo que sucedía a su alrededor no tenía que esforzarse por ser alguien que no era, podía sentir la libertad que tanto anhelaba.

Eran solo él, su equipaje, un lapicero y una libreta para tomar nota de las diferentes ideas que surgían en su cabeza así como para llevar un registro de lo más relevante de sus viajes.

Así fue como terminó en un pequeño pueblo de Italia, donde escuchó historias acerca de un Dios al que una tribu de la zona veneraba. Inmediatamente pensó que solamente se trataba de algún charlatán que se aprovechaba de las personas para su propio beneficio pero después de escuchar la misma historia en las diferentes zonas del pueblo a las que iba y de diferentes personas, su curiosidad terminó por despertarse.

Quiso saber dónde encontrarlos y afortunadamente una persona del pueblo se ofreció a llevarlo hasta la tribu, claro que no sin antes acordar un generoso pago por el servicio. Gerard accedió a ello pues parecía no tener más opción que aquel hombre, el resto de las personas en aquel pueblo no parecían muy interesados en ayudarle mientras que otros pocos parecían intimidados por el tema y le habían dicho que preferirían no tener nada que ver con lo que estaba buscando a pesar de ello su alma aventurera pudo más que cualquier advertencia que le hubieran dado.

Había tomado una decisión y quería ver con sus propios ojos a ese supuesto Dios tal vez sería interesante tal vez incluso podría terminar escribiendo algo bueno de esa pequeña aventura.

-Bien, aquí estamos-. Dijo el hombre mientras estacionaba su auto antes de entrar a un amplio campo de hermosas flores.

-¿Es aquí?-. Preguntó Gerard. No sabía si estaba sorprendido o confundido por la ubicación a la que lo había llevado.

Se había esperado una cosa totalmente diferente a lo que estaba viendo. En su cabeza había pensado que se trataría de alguna clase de iglesia o una secta más bien, una más del tipo de las que te lavan el cerebro y te hacen creer cosas que no son reales, una en donde los líderes se aprovechan de los creyentes en puestos más bajos, de todas las maneras imaginables.

-Sí, es aquí-.

Lo dudó un poco pero terminó abriendo la puerta del auto y bajando, de todas maneras ya estaba ahí, ¿qué tenía que perder?

-Llámeme o envíe un mensaje cuando necesite que lo recoja-. Le hizo saber el hombre. -Caminé a través del campo, encontrará algunas casas blancas al bajar de la colina, ese es el lugar-.

El pelinegro simplemente asintió y comenzó su camino. Era un lugar realmente hermoso, el aire llenaba sus pulmones con un aroma floral que lo relajaba.

-Bien, si muero al menos lo haré en un lugar lindo-. Dijo para sí mismo mientras comenzaba a descender la colina de manera cuidadosa. Agradecía que no fuera demasiado empinada lo que facilitaba bastante su caminata.

Después de avanzar unos cuantos metros más pudo ver a lo lejos varias casas levantadas adornando el paisaje verde. Eran de color blanco, algunas más grandes que otras pero todas le parecían sumamente adecuadas para la zona y le daban un toque diferente y especial al lugar. Por más extraño que sonara para tratarse de una zona con tanta naturaleza aquellas casas parecían no estar fuera de lugar.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora