Gerard revisó aquella prueba de embarazo, suspirando al ver que el resultado era negativo de nuevo. La tiró a la basura del baño y se lavó las manos, saliendo para acostarse junto a su esposo en la cama.
El tatuado lo recibió con los brazos estirados y lo acomodó sobre su pecho, acariciando su cabello.
—No pasa nada bebé—. Murmuró con el corazón destrozado al escucharlo llorar. —No pasa nada, sabes que tenemos otras opciones—.
—Lo siento, lo siento tanto—. Era lo único que Gerard podía repetir en ese momento.
Se conocieron en la universidad y desde ese entonces se volvieron inseparables. Primero eran amigos pero pronto sus intereses comenzaron a cambiar y terminaron teniendo una relación que pronto se convirtió en un matrimonio estable y sano en el que ambos estaban felices, hasta que comenzaron a planear el expandir su pequeña familia.
Llevaban ya dos años intentando conseguir su primer hijo pero no lo lograban. Los médicos les decían que ambos eran perfectamente capaces de conseguir un bebé pero de alguna manera no estaban lograndolo, esto estaba hiriendo a ambos pero espacialmente a Gerard quién ansiaba cumplir el sueño de ambos con un pequeño bebé en sus vidas.
—No, por favor no pidas disculpas amor—. Le consoló, abrazandolo más fuerte. —Esto no es culpa tuya, no tiene nada que ver contigo así que te ruego que no te sientas mal por esto—.
Gerard solamente pudo aferrarse a su esposo con fuerza, sollozando. No lo merecía, era demasiado lindo y comprensivo con él aún sabiendo que tenía las mismas ganas de tener un bebé. Lo apoyaba y estaba a su lado cada vez que lo necesitaba.
Intentaron un par de veces más pero simplemente no había ningún resultado que los entusiasmara así que finalmente se decidieron por adoptar ya que les parecía la mejor idea.
Fue un proceso bastante largo pero no se rindieron. Hicieron todo lo que estaba en sus manos para demostrar que eran competentes y cuidarian bien del niño al que adoptarían.
Eligieron a un pequeño de unos cinco años, cabello castaño y ojos marrones que se había encariñado bastante con ellos durante sus visitas al hogar de niños. Se llevaba especialmente bien con Frank, el niño varías veces había mencionado que eran geniales.
Así que hicieron todo el papeleo y el proceso necesario hasta que lograron adoptar al pequeño Miles y llevarlo a su nuevo hogar.
Gerard se sentía completo al tenerlo en casa, sonriendo cuando el niño le pedía que le leyera un cuento para dormir. Amaba a ese pequeño y amaba verlo junto a su esposo.
Ese día se quedó solo en casa con él pues Frank tenía que llevar a una de sus mascotas con el veterinario pues al parecer el cachorro había hecho alguna travesura y se había comido algo que le había hecho mal.
Preparaba el almuerzo con una sonrisa mientras de fondo escuchaba a Miles jugar, probablemente construyendo legos, él y Frank amaban pasar horas armando set's completos. Sintió su estómago revolverse y tuvo que correr al baño para poder vomitar en el inodoro.
Tiró de la cadena, suspirando mientras se lavaba el rostro.
—¿Mamá?—. Preguntó Miles mientras tocaba la puerta, había visto a su madre correr y quería saber que pasaba. —Mami...—.
—Un minuto cariño—. Lavó su boca rápidamente y abrió la puerta, agachandose para tomarlo en brazos y llevarlo de vuelta a la sala.
—¿Te sientes mal?—. Preguntó el niño con curiosidad mientras veía a su madre.
—Solo un poquito pero me pondré bien—. Lo bajó, dejándolo en el sofá. —No te preocupes por mí y sigue jugando ¿sí? No dejes que los gatos te muerdan—. Besó su mejilla con cariño y se volvió a la cocina.
ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝
FanfictionColección de One Shot's Frerard con temática M-Preg. Aportación a la dinámica de Ilitia Forever: Agosto de M-Preg 11 de agosto de 2023: 1° en #frankieroandgerardway 23 de agosto de 2023: 4° en #mcr