Su cumpleaños número treinta había pasado apenas unas semanas atrás y el sentimiento de estar envejeciendo y de que le quedaba poco tiempo estaba consumiendolo.
Estaba sólo, ninguna de sus relaciones había funcionado así que simplemente dejó de intentar y puso todos sus esfuerzos en su carrera musical, logrando el éxito pero aún así se sentía sólo. Había obtenido todo lo que siempre había querido pero el vacío era persistente.
Entonces el pensamiento de tener un bebé se metió en su cabeza. Al inicio intento no prestarle mucha atención y pensó que sería uno más de sus planes estupidos que jamás llevaría a cabo aunque cada vez le parecía menos una tontería y comenzaba a considerarlo como una opción que tal vez no era tan loca como le había parecido.
Terminó investigando las maneras que tenía disponibles para conseguir un bebé y terminó llamando a una agencia para contratar un vientre de alquiler. No sabía en que momento decidió que esa era su mejor opción pero ya no iba a arrepentirse, la idea de cargar a un pequeño bebé en brazos y de encargarse de su crianza le parecía que completaría su vida.
Estaba seguro de que así lograría ser feliz pues ya tenía todo lo que necesitaba, excepto ese bebé con el que podría formar su propia pequeña familia.
Gerard había decidido ofrecer su vientre en alquiler después de una mala racha. Estaba teniendo problemas y las deudas comenzaban a acumularse, le quedaban pocas opciones y una de ellas era ese empleo. Si tenía suerte sería contratado con rapidez y el dinero que ofrecían era bastante bueno.
Sumado a eso se encontraba el hecho de que él no tendría que pagar por nada del embarazo. Los servicios médicos eran proveídos por la misma agencia o, en otro caso, serían pagados por la persona que lo contratara. Estaba puesto en el contrato, técnicamente le darían todo lo que necesitara durante los nueve meses y además le darían su pago completo.
Tuvo que pasar por varios controles pues la agencia necesitaba asegurarse de que no tuviera ningún problema de salud.
Poco después de terminar su registro y ser aceptado recibió una llamada. Había una persona interesada en contratarlo así que no lo dudó y acordó encontrarse con la persona en la agencia para poder conocerse un poco y así llegar a algún acuerdo.
Permaneció dentro de la oficina, viendo los documentos que le habían entregado al llegar. Era un contrato lleno de cláusulas que debía leer y firmar si lograba ponerse de acuerdo con las persona que le daría su vientre en alquiler, además se describía el proceso y se pedía el consentimiento de ambos.
Se levantó para saludar al chico que entró por la puerta, acompañado por uno de los empleados del lugar.
—Él es Gerard—. Indicó, dejando que se dieran un apretón de manos como saludo.
—Me llamo Frank, gracias por venir—. Dijo la única cosa que se le ocurrió en ese momento, no sabía bien que decir si era sincero.
Gerard le sonrió, se sentía igual de confundido y no le salían las palabras.
—Bien, hablaremos del contrato, como saben es un procedimiento delicado y necesitamos que ambos estén seguros de querer hacerlo—. Explicó el empleado, sentándose con ellos para poder dar inicio al tema por el que estaban ahí.
(...)
Estuvieron viéndose durante algunas semanas hasta que estuvieron lo suficientemente informados del tema pues era un requisito para la contratación.
Finalmente Gerard pasó por el proceso de fertilización y estuvo asistiendo a las revisiones a las que era llamado. Sorprendentemente Frank lo acompañaba, ilusionado por enterarse tan pronto como fuera posible si su sueño de convertirse en padre se haría realidad.
Le parecía algo adorable que estuviera tan involucrado en el proceso y estaba seguro de que sería un buen padre si la fertilización tenía éxito. Se sentía un poco feliz de poder ayudarlo a conseguir un bebé, hasta dónde había podido conocerlo le parecía que era un tipo agradable, amable y bromista.
Recibió su pago apenas Frank lo contrató y pagaba la mejor clínica de la ciudad para que pudiera asistir a sus chequeos, además algunas veces hacía las compras por él, tal vez como un acto de cuidado.
La situación avanzó con normalidad y poco después la noticia que Frank tanto deseaba llegó a ellos. El proceso había tenido éxito y el embarazo de Gerard estaba más que confirmado.
—Dios... Gracias—. Le tomó con sorpresa cuándo el tatuado lo rodeó, abrazandolo. —Voy a tener un bebé gracias a ti—.
—Oh... Sé que serás buen padre—. Susurró correspondiendo al abrazo con una pequeña sonrisa.
—¿Podríamos mantener el contacto como hasta ahora?—. Se separó suavemente, observando al de mayor estatura. —Me gustaría estar presente mientras el bebé crece—.
—Por supuesto, no veo porque no—.
Siguieron pasando el tiempo juntos, yendo a las revisiones médicas e incluso para comprar las cosas del bebé.
Gerard le hizo compañía y lo ayudó con la decoración de la habitación que Frank estaba preparando para su bebé. Seguía pensando que era adorable todo el esfuerzo que Frank ponía en eso, no recordaba haber visto a alguien tan feliz al saber que se convertiría en padre.
—¿Ya tienes un nombre?—. Preguntó mientras pegaba en la pared algunas estrellas de plástico que brillaban durante la noche.
—No, no todavía—. Dirigió su mirada a Gerard, observándolo un momento. —Bueno, en realidad tengo algunas opciones pero no estoy seguro—.
Faltaba poco para que el bebé naciera, ya sabía que era un niño pero aún no elegía un nombre para él pero esa era la menor de sus preocupaciones en ese momento.
Estaba enamorado. Se dio cuenta de que estaba enamorado de Gerard, tal vez había sido inevitable con todo el tiempo que pasaban juntos. Ya no se sentía tan sólo y disfrutaba de su compañía como nunca lo había hecho.
La situación le había permitido conocerlo mejor y había terminado profundamente enamorado del chico al que había contratado para que llevara a su hijo en el vientre.
—¿Quieres decirme las opciones? Tal vez pueda ayudarte—.
—Frank está descartado, ya hay demasiados en mí familia—. Se acercó a él, ayudándolo a pegar las estrellas. —Anthony es una posibilidad, también pienso en Tim, Eddie y Miles, esos me gustan—. Acortó un poco más la distancia, viendo como Gerard le sonreía.
—Mí favorito es Miles—. Respondió tomando la última estrella y pegandola en la frente del tatuado. —El nombre que elijas sé que será lindo y será un bebé afortunado—.
—¿Lo crees?—. Soltó una pequeña risa cuándo pegó la estrella en su frente, intentando quitársela.
—Te lo dije—. Tomó sus manos, evitando que quitara la estrella. —Sé que serás un buen padre—.
—Creo que lo único que no me agrada de esta situación es que no volveré a verte cuándo Miles nazca—. Suspiró y su mirada se volvió un poco triste. —Me gustaría que fuera diferente—.
—¿De qué hablas?—.
—Me... Gustas, creo que he sido bastante obvio con eso—. Murmuró acariciando una de sus mejillas, acercándose un poco más. —Y no solo me gustas, te amo—.
—¿Estás jugando? Si estás jugando te juro que me iré ahora mismo—.
—No, no estoy jugando... Por favor quédate con nosotros, quédate conmigo—.
Gerard tomó su rostro y simplemente unió sus labios.
La situación había sido bastante inusual, jamás se había imaginado que terminaría enamorándose con la persona que lo contrató para poder tener un hijo pero fue lo que sucedió con ellos.
—Sí, me quedaré contigo—. Murmuró al separarse del beso.
Frank sólo había querido un bebé pero agradecía haber conseguido una relación con el mayor y formar una familia los tres juntos. Al final Gerard tenía razón, Frank había resultado ser buen padre.
Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras veía a su hijo jugando con su esposo con los cachorros que tenían en casa. Quedarse había sido la mejor decisión de su vida.
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𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝
FanfictionColección de One Shot's Frerard con temática M-Preg. Aportación a la dinámica de Ilitia Forever: Agosto de M-Preg 11 de agosto de 2023: 1° en #frankieroandgerardway 23 de agosto de 2023: 4° en #mcr