Drunk

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—Quiero tener un bebé—. Mencionó mientras le daba una mordida a su sándwich.

Había quedado con Frank, su mejor amigo para ver un juego juntos, ¿de qué? Bueno, ni siquiera lo sabía por que los deportes no eran de su interés pero Frank los amaba y no quería rechazar su invitación, al menos el sándwich sabía bien y no podía quejarse de la compañía.

—¿Qué?—. La atención del tatuado abandonó rápidamente la pantalla en la que de transmitía el juego y pasó directamente a Gerard y sus palabras. —¿Un bebé?—.

—Creo que es lo que más quiero en este momento de mí vida—. Respondió, ignorando intencionalmente la sorpresa en el rostro de su amigo. —Pero ya sabes que mis relaciones siempre han sido una mierda y no quiero tener un bebé así, no quisiera poner un bebé dentro de una dinámica tan horrible como lo han sido mis últimas relaciones así que el bebé sería solo para mí—.

—Siempre eliges a tus parejas jodidamente mal, no te entiendo—. Respondió con burla. —Tu próximo novio será directamente un ladrón de bancos y tú tendrás que pagar su fianza cuándo lo arresten, es más, deberías conseguir un abogado antes de involucrarte con tu próximo novio—.

—Cierra la boca—. Una risa abandonó sus labios, golpeándolo con uno de los cojines del sofá. —Pero hablo en serio sobre el bebé—.

—Lo sé, lo sé—. Murmuró controlando su risa, recargando su cabeza en el sofá para poder volver a ver el juego, llevando una de las frituras a su boca. —Bueno, hoy en día hay diferentes opciones para tener un bebé sin la necesidad de tener una pareja o sin tener que follarte a alguien para conseguirlo... Aunque si lo que quieres es hacerlo de la manera tradicional no voy a juzgarte—.

—Frank, literalmente eres la persona que menos puede juzgarme, no te encuentras en posición de hacerlo cuándo ambos sabemos  lo que tú has hecho así que no te preocupes, ni siquiera se me cruza por la cabeza que vayas a juzgarme—.

—Vaya, creí que dirías algo lindo cómo que soy tu mejor amigo y confías plenamente en que no te juzgaré por que soy una persona muy buena y tu persona favorita en el mundo—.

—Deliras—. Respondió con seriedad aunque era obvio que aún estaban bromeando. —Ahora dame una de esas papas—.

Frank sonrió con maldad y metió su mano al tazón lleno de papas para triturarlas y después lanzó un poco en dirección a su mejor amigo. —Ahí tienes—.

—Eres una horrible persona—.

—Así te gusto—. Alzó los hombros y mantuvo su sonrisa.

(...)

El juego había terminado pero Gerard seguía en casa del tatuado, pasando ma tarde entre cervezas hasta que ambos acabaron prácticamente ebrios.

Frank tenía su cabeza en el regazo del ojiverde mientras lo molestaba con la última relación romántica que había tenido y que por cierto había sido un total fracaso, el tipo vivía prácticamente de Gerard y mantenía su hogar siempre desordenado y sucio, ni siquiera era capaz de cocinar o hacer cualquier cosa por Gerard aunque fuera mínima, una vez incluso dejó que Mitch, el gato de Gerard, escapara de casa así que Gerard lo llamó casi al borde del llanto y tuvo que conducir hasta dónde vivía para así poder ayudarlo a encontrar a su mascota. Afortunadamente el gato estaba bien cuándo lo encontró y pudo llevarlo de vuelta a casa, después de eso Gerard cortó con ese tipo, al parecer dejar escapar a Mitch había sido su límite.

—Hey...—. La voz del mayor sonaba torpe y arrastraba las palabras. —¿No te gustaría ayudarme a tener un bebé?—.

Frank levantó la mirada, observándolo para saber si hablaba en serio o solo estaba intentando hacer una broma. —¿Yo?—.

—Sí, tú—. Sintió al tatuado levantarse de su regazo y lo escuchó reír. —Te lo digo en serio... Si tu eres su papá será un bebé lindo—.

—Tonto—. Frank le dio un pequeño empujón en el hombro y ambos rieron. —Claramente los dos estamos demasiado ebrios para tener esta conversación—.

—Dame un beso—. Hizo el intento por acercarse pero Frank le detuvo, poniendo una mano en su cara para alejarlo y hacerlo  recostar la cabeza en el respaldo del sofá, haciendo a Gerard reír mientras la mano del tatuado cubría todo su rostro.

—Nah—.

—¿No te gustaría besarme?—. Hizo un pequeño puchero y apartó la mano ajena para poder verlo.

—Me encantaría... Pero quiero que podamos recordarlo y justo ahora apenas puedo hablar, además quiero que estés seguro—.

—¿Mañana también podemos hablar sobre tener un bebé?—.

—Si tú quieres—. Sonrió y apoyó su cabeza en el hombro ajeno. —Ahora es mejor que vayamos a dormir o terminaré muerto en la piscina—.

—No quiero que me culpen de homicidio—.

Ambos terminaron levantándose, entre tropiezos y risas subieron las escaleras a la habitación del tatuado.

Gerard se dejó caer en la cama y Frank a su lado, metiéndose debajo de las sábanas. El silencio duró poco hasta que Frank lo rompió.

—¿Puedo abrazarte?—.

—Sip—. Claro que podía.

Frank se acercó un poco más, abrazandolo mientras cerraba sus ojos. —Esto es jodidamente gay—.

—Frank, literalmente soy... Somos gays—.

—Yo no soy gay—. Respondió el tatuado con una sonrisa. —Soy bisexual—.

—Es igual de gay—.

—Hora de dormir, señor gay—. Murmuró soltando un pequeño suspiró y se quedó dormido en ese mismo instante.

Gerard permaneció despierto unos minutos más, sonriendo mientras sentía como seguía abrazandolo, pronto terminó igual o más profundamente dormido que Frank.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora