𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝

Brother

El funeral de sus padres fue bastante duro. Habían fallecido en un trágico accidente de autos, el otro conductor había bebido así que sus padres fueron sus víctimas. Un dulce matrimonio que no merecía haberse ido de esa manera pero decidió que no viviría hundido en el odio y resentimiento que había sentido en un inicio pues aún había alguien por quien debía preocuparse, se trataba de su hermano menor, Mikey quién también estaba sufriendo esa pérdida, tal vez incluso más que él. Pues aún era pequeño, demasiado pequeño aún como para haber perdido a sus padres pero así eran las cosas ahora.

Afortunadamente Gerard ya era mayor y podía hacerse cargo de él, no quería que nadie más tuviera su custodia, no quería que los separaran así porqué sabía que una de las posibilidades era que enviarían a su hermano a un hogar para niños y jamás se perdonaría si eso pasara, así que decidió luchar para que pudieran dejar a Mikey a su cargo y sorprendentemente lo logró.

Ñas autoridades aceptaron que él mismo cuidara de su hermano aunque tuvo que pasar por varias pruebas tanto psicológicas para poder asegurar que era una persona estable y que podía cuidar bien de un niño así como varias revisiones para revisar que tenía un lugar apto para él y por supuesto el dinero suficiente, un trabajo estable que le permitiera mantener al menor correctamente. Había sido difícil y cansado pero lo logró al final y estaba feliz por eso, estaba feliz de poder cuidar de su hermano.

Entendía que se trataba de una responsabilidad muy grande pero estaba dispuesta a asumirla para darle al menor la mejor vida que pudiera tener, para intentar ayudarlo a sanar la herida que la partida de sus padres había dejado. Sabía que Mikey lo necesitaba más que nunca y no pensaba abandonarlo por nada en el mundo así que puso todo su esfuerzo en conseguir su custodia.

Los primeros meses fueron los más difíciles para ambos pues aún intentaban procesar que sus padres no volverían jamás y que ahora debían seguir adelante sin ellos. Fue sumamente difícil para el mayor tener que ver a su hermano pequeño  llorar casi todas las noches y escucharlo decir cuánto extrañaba a sus padres. Sabía que no importaba cuánto lo intentara jamás reemplazaría a sus padres y tampoco quería hacerlo, simplemente quería ver a Mikey bien pero traerlos de vuelta era algo que no estaba en sus manos y dudaba que alguien pudiera hacerlo, sabía que era algo imposible así que solo intentó hacerlo seguir adelante.

Habló con él todo lo que pudo pero supo que eso no era suficiente para el chico así que decidió que lo mejor era enviarlo a terapia y recibir el consejo de un profesional para poder enfrentar la situación tan bien como pudieran.

Entonces las cosas parecían estar mejorando, poco a poco volvió a ver a su hermano sonreír y eso le daba tranquilidad. Sabía que estaba haciendo bien las cosas, sabía que estaba ayudándolo a estar mejor y eso hacía que todas las peleas que había tenido que enfrentar para conseguir que se quedara con él habían valido la pena. Amaba a su hermano, realmente lo hacía y no había nada en el mundo que no haría por él.

Aunque aún debía aceptar que intentar ser un hermano y un padre a la vez era algo complicado pero no se rendiría tan fácil no cuando lo veía mejorar.

Uno de esos días en los que pasaba por Mikey a la escuela conoció a un hombre bastante agradable llamado Frank.

Era el padre de uno de los compañeros de su hermano, otro niño llamado Miles del que su hermano hablaba de vez en cuando pues solían jugar juntos. Resultó que Frank era un padre viudo pues la madre de Miles había fallecido durante el parto así que el niño nunca había tenido la oportunidad de conocerla, tristemente.

No tardó mucho en caer totalmente enamorado del hombre y decidieron que empezar una relación en secreto era lo mejor para Mikey y para Miles. No querían darles la noticia como algo oficial pues aún no estaban seguros de que aquello fuera a durar a largo plazo por ello preferían mantener a los niños fuera de su relación por ahora aunque debían admitir que ambos estaban bastante encariñados tanto con los niños como él uno con él otro.