Food

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Llevó hasta su boca unas cuantas pasas, comiéndolas mientras escuchaba a su madre contar las noticias nuevas que una de sus amigas más cercanas le había comentado durante la última vez que se vieron. No le prestaba mucha atención, apenas la suficiente para poder hacer un comentario al respecto en algunas ocasiones, era la típica charla de madre de la que apenas puedes enterarte de lo que está hablando porque ni siquiera conoces a las personas involucradas.

Estaba ahí solo para poder seguir comiendo las pasas. Al llegar a casa de su madre encontró un paquete en la mesa así que se tomó la libertad de abrirlo y comer de el.

—Deberías de dejar de escuchar todos esos chismes, hay cosas tan dramáticas que a veces siento que todo es invento de tu amiga… Como sea que se llame—. Mencionó mientras veía a su hermano menor entrar.

—Oye, ¿qué haces comiendo pasas? Creí que las odiabas—. Señalo mientras se acercaba para saludarlo pues llevaban algún tiempo sin poder verse.

Gerard acababa de mudarse a un departamento con su novio, buscando
establecerse juntos después de pasar los últimos cinco años en una relación. Ambos lo habían hablado y así fue como llegaron a la conclusión de dar ese paso tan importante. Todo había salido bastante bien a pesar de que la mayoría de las relaciones terminaban por arruinarse al mudarse juntos, pero ese no fue su caso, después de todo ya se conocían bastante bien y prácticamente no había secretos entre ellos, se tenían confianza y se amaban así que irse a vivir juntos no fue ninguna molestia y no generó incomodidad entre la pareja.

—Bueno, estas saben bien así que supongo que ahora me gustan—. Respondió sin prestarle importancia.


(...)


—Amor, de camino compré comida tailandesa y también te traje te traje un poco de helado—. Aviso el chico tatuado al escuchar a Gerard abrir la puerta y entrar al departamento al volver de ver a su madre ese mismo día.

—Vaya, que gentil eres—. Se acercó hasta la cocina, saludando a su novio con un breve beso en los labios. —Gracias, podemos comer helado después de cenar—. Se separó, dejando a Frank con una sonrisa en los labios.

Tomó un par de platos para ayudarlo a servir la comida y cuando todo estuvo listo se movieron hasta lo que era su pequeño salón para poder cenar mientras veían un poco de televisión.

—¿Cómo te fue con tu madre?—. Quiso saber, tomando un bocado de su plato
mientras mantenía su mirada en la película de la televisión.

—Estuvo bien, habló casi todo el tiempo de quién sabe qué rumor nuevo que le contaron y también dijo que me extraña en casa, esa clase de cosas, ya sabes—.

—Tal vez quiere que vayas a visitarla más seguido—.

—No puedo ir más seguido y ella lo sabe—. Se encogió de hombros. —Sabe que estoy ocupado y aunque quiera pasar más tiempo con ella es algo imposible justo ahora—.

—Ujum… Tus turnos han estado siendo más largos de lo normal, tal vez deberías descansar un par de días—.

—Me encuentro bien, si no pudiera seguir haciendo esos turnos ni siquiera me hubiese levantado de la cama hoy por la mañana… Lo que en realidad necesito es un poco de ese helado así que iré por el—. Dejó lo poco que le quedaba de su cena y volvió hasta la cocina para tomar el bote de helado junto a dos cucharas para que pudieran compartirlo.

Tomó la primera cucharada y al probarlo hizo un pequeño gesto de disgusto. —Sabe extraño—.

—Déjame ver eso—. Frank tomó una cucharada de la misma manera y lo probó para saber a qué se refería su novio. Vio un poco confundido a Gerard y tomó más helado para seguir comiendo. —A mí me parece que tiene su sabor normal—.

—¿Eso crees? Bueno, tal vez solo ha dejado de gustarme el sabor—. Dejó la cuchara de lado y le entregó el bote de helado al tatuado para que él pudiera seguir comiéndolo pues Gerard ya no tenía intenciones de hacerlo.

Los incidentes con la comida continuaron; comenzó a comer cosas que normalmente prefería evitar a toda costa y algunas de las cosas que amaba comer ahora parecían ser lo que Gerard más odiaba, sin mencionar que había comenzado a hacer combinaciones extrañas como poner mantequilla de maní en papas saladas o la vez que Frank lo atrapó poniendo fresas en su plato con spaghetti.

Frank le dio una mirada, extrañado al verlo comiendo de lo que le parecía una de las mayores cosas sin sentido que su pareja había hecho frente a él hasta el momento.

Sus amigos comenzaban a notar ese extraño comportamiento en él hasta el punto de sugerirle hacerse una prueba de embarazo, aunque Gerard no se lo tomaba en serio y creía que solo estaban intentando hacerlo preocuparse como una manera de bromear con él.

Mantuvo ese pensamiento hasta que Mikey se presentó en su departamento con una bolsa con el logo de una farmacia en sus manos y dentro de aquella bolsa se encontraba una prueba de embarazo totalmente nueva y lista para que Gerard pudiera hacer uso de ella.

—¿Estás seguro de que el resultado es positivo?—. Se acercó para poder leer también las instrucciones que Mikey sostenía y que había estado leyendo para ambos.

—Te lo digo Gerard, las dos líneas significan que es positivo—. Se sentía extraño y no solo para Gerard pues Mikey también se sentía así, aunque ya sospechaba de aquello. —¿Por qué Frank va a ser el padre de mi primer sobrino? Literalmente tenías todas las opciones del mundo para poder elegir—.

—Cierra la boca—.

—¿El padre de qué?—. La voz del tatuado interrumpió, dejando a los hermanos congelados. —¿Gerard?—. Pregunto, intentando averiguar si había escuchado bien o solo estaba volviéndose loco y tendría que pedir que lo metieran a un psiquiátrico.

—Mierda… Tengo que irme—. Mencionó Mikey intentando levantarse del sofá, pero su hermano se lo evitó, tomándolo del brazo para que se quedara.

—Tu no vas a ningún lado—.

—¿Por qué?—.

—Porque tu trajiste esa prueba—.

—Mierda—.

—¿Van a decirme que es lo que acabo de escuchar o vamos a asumir que solo estoy loco?—. Volvió a interrumpir.

—Oh bueno, felicidades—. Mikey le sonrió con diversión. —Oficialmente eres viejo y te convertirás en padre—.

—L–Lo siento—. Los ojos de Gerard estaban llenos de lágrimas mientras observaba al castaño. —No quiero que estés molesto por esto, no era mi intención—.

—Gee, no pasa nada—. Se acercó rápidamente hasta su pareja para poder abrazarlo y consolarlo. —No estoy molesto… Solo sorprendido, pero no tienes que preocuparte por mí ahora, sé que ninguno de los dos ha planeado tener un bebe así que te acompañare y te apoyare en lo que quieras hacer—. Acaricio su cabello y beso su frente. —Todo estará bien—.

Mikey observó a la pareja con una pequeña sonrisa cuando su hermano pareció más tranquilo. Sabía que Frank no mentía y que su hermano estaba en buenas manos con él como pareja.

El embarazo no era planeado y apenas habían comenzado a hacer una vida juntos así que entendía por que su hermano no estaba listo, podía verlo en su mirada por ello escuchar a Frank decir que estaría con a su lado sin importar que decidiera hacer lo mantenía calmado.

Sabía que era poco probable que Gerard quisiera tener un embarazo y un bebe para el que no estaban listos así que no le sorprendió cuando pocos días después recibió un mensaje de Gerard en el que le hacía saber que iba a interrumpir el embarazo.


(...)


Se recostó junto a su pareja, besando su mejilla suavemente mientras le entregaba un plato con algunos bocadillos para que pudiera comer.

Gerard le dio una sonrisa y le devolvió el beso en los labios. —Gracias—.

—Sabes que no es nada—.

Algún día estarían listos para tener un bebe y cuando ese día llegara planearían todo juntos para estar seguros de que era lo que deseaban, pero por ahora estaban bien viviendo sus vidas, querían disfrutar unos años más antes de algo tan importante como tener un bebe.

Por ahora su familia conformada solo por ellos dos eran todo lo que necesitaban y lo que los hacía felices y eso significaba todo.








Estoy hArta de hacer q se queden con bebés no planeados así q aquí no hay bebé.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora