Memory Loss

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Frank y Gerard encontraron la felicidad juntos. Su relación siempre había sido perfecta y estaban seguros de haber encontrado a su alma gemela en el otro.

El bebé que esperaban solamente los ayudaría a poder complementar su familia y se encargarían de proveerle del mismo amor que había entre ellos. Tener un bebé los emocionaba así que tan pronto como supieron que Gerard estaba embarazado, hicieron varías compras para conseguir las cosas que el bebé necesitaría e incluso comenzaron a decorar su habitación con toda la ilusión que tenían.

Lamentablemente surgió un pequeño accidente que afectó directamente a Gerard  y lo hizo perder la memoria, borrando los recuerdos de los últimos años, incluyendo todos los que involucraban a Frank.

No podía recordarlo, así que técnicamente no lo conocía pero el hombre comprobó que estaban casados, incluso los propios padres de Gerard se lo confirmaron y su sorpresa aumentó al saber que además de estar casados durante ya varios años, ahora estaba embarazado y esperaban a su primer hijo juntos.

—¿Estás seguro de que ese es mí esposo?—. Aún no estaba convencido y ya era la tercera vez que le hacía la misma pregunta a su hermano.

—Gerard, si no fuera tu esposo no estuviera aquí diciéndote esto, ¿por qué iba a dejar a mí hermano con un extraño?—.

—Es solo que... Creo que no me cae bien—.

—Bueno, dile eso al Gerard enamorado que eligió casarse con él... Además Frank ha sido muy lindo contigo todo el tiempo y tú siempre decías que era tu otra mitad—.

—¿Tengo algo en común con él? ¿Por qué me casé con él?—.

—Supongo que tienen algunas cosas en común—. Alzó los hombros y revolvió un poco el cabello del mayor. —Creo que descubrirás más cuándo vuelvas a casa con él, no seas demasiado cruel y si tienen alguna emergencia llámame de inmediato... ¿Aún recuerdas cómo llamar?—.

—Claro que recuerdo cómo hacerlo, deja de burlarte—.

(...)

Cuándo lo dejaron salir del hospital fue acompañado por su familia a su casa aunque tampoco podía recordar el lugar.

—¿Quieres que te de un recorrido rápido?—. Frank aún se encontraba aturdido por toda esa situación pero estaba intentando ser tan amable y comprensible como le era posible, no quería que Gerard lo viera como un loco y estaba dispuesto a darle su espacio todo el tiempo que necesitara hasta recuperar sus recuerdos.

Gerard lo observó con algo de duda y después miró a sus padres como si buscara de ellos alguna señal de aprobación para poder ir con Frank.

—Creo que sería bueno si Frank te enseña rápido el lugar, al menos así sabrás a dónde ir—. Respondió su madre a lo que el ojiverde asintió un poco.

Siguió al tatuado por la casa mientras este le indicaba como llegar a la habitación, al baño y a la cocina principalmente, mostrándole después la habitación que sería para el bebé. También le presentó a sus mascotas, entre ellas habían dos gatos que al parecer eran suyos y sus nombres eran Mitch y Lotion.

—Este es tu estudio—. Abrió la puerta de otra de las habitaciones de la casa, dejándolo entrar primero. —Sueles pasar tu tiempo pintando aquí—.

—Me gusta—. Se adentró, viendo la decoración y algunos instrumentos de pintura esparcidos por el lugar. —¿De cuándo es esta foto?—. Se dio la vuelta, mostrándole al mayor una fotografía enmarcada de ambos.

—Oh, es de hace un par de años... Pasamos las vacaciones en una casa de playa, ojalá puedas recordarlo pronto, siempre dijiste que fueron tus vacaciones favoritas—. Suspiró tomando la foto para observarla un momento antes de volver a colocarla en su sitio.

Pasaron los primeros días y Gerard se comportaba algo arisco con él. Le recordaba a sus gatos cuándo no querían ser cargados y se resolvíanhasta que los bajaban.

Le daba todo el espacio que podía pero también necesitaba estar al pendiente del embarazo así que era un poco difícil intentar hacer ambas cosas a la vez.

Debía admitir que le parecía algo gracioso que al "nuevo Gerard" no le agradará tanto pues se trataba de una misma persona, era la persona con la que se había casado y de la que estaba sumamente enamorado pero ahora no le agradaba y lo demostraba algunas veces.

Por momentos Gerard parecía volver un poco en sí y actuaba ligeramente más cariñoso o al menos no tan gruñón con él.

—Gerard, el desayuno está listo—. Lo llamó mientras colocaba la comida de ambos en la barra del desayuno, esperando hasta que llegó. Observó su vientre un momento y sonrió.

Le gustaba tocar su vientre y hablar con el bebé pero desde el incidente que hizo a su esposo perder la memoria no había podido hacerlo.

—¿Qué pasa?—. La voz algo irritada del ojiverde llamó su atención.

—O–Oh, perdón... Sólo extraño tocar tu vientre—. Apartó su mirada y le dio una pequeña sonrisa. —Es una tontería mía, me gustaba hacerlo—. Explicó, moviendo hacía atrás el asiento para que su esposo pudiera sentarse.

La mirada de Gerard se mantenía fija en él y por un segundo temió que fuera a reclamarle algo, tal vez había abierto la boca de más, ya no estaba seguro con "el nuevo Gerard". Sus pensamientos se disiparon cuándo lo sintió tomar su mano y apoyarla en su vientre de manera delicada.

—Oh cielos, muchas gracias—. Una sonrisa adornó su rostro y acarició el vientre de su esposo. —Hey... Aquí está papá—. Murmuró en dirección a su vientre.

Gerard mantuvo su mano sobre la del tatuado, observándolo hablar con el bebé. Tal vez ahora entendía porque había elegido casarse con él después de todo.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭'𝐬 𝐌-𝐏𝐫𝐞𝐠 | 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora