Fubuki lo miró con sorpresa y miedo, porque eso fue algo que no debería de suceder, Saitama no debería tener la fuerza suficiente para romper su barrera.
Fubuki alzó su mano con rapidez pero no pudo dejarla caer, las personas la habían tomado de los brazos y comenzaron a arrastrarla fuera de la casa. Fubuki no podía moverse, sentía que la estaban asfixiando, su vista estaba bloqueada.
La lluvia no se detenía.
Los niños comenzaron a removerse en el aire y Saitama llegó a ellos tomándolos con la suficiente fuerza como para romper el agarre del aura antes de que Fubuki pudiera reaccionar.
La gente gritaba llena de ira a su alrededor.
—¡Esto está mal! ¡Ellos son sólo unos niños!
—¡Tranquilícese, señora!
—¡¿Cómo puede hacerle eso a sus propios hijos?!
Fubuki se cubrió con su barrera en cuanto tuvo la oportunidad, alejándose de todos, sintiendo que no podía más.
Tomó a todos con sus poderes y comenzó a destruirlos moviendo su brazo frenéticamente de un lado a otro.
Las explosiones de sangre espesa bañaron el lugar, los trozos de carne comenzaron a deshacerse y evaporarse; por el rabillo del ojo pudo ver a Saitama correr con los niños a cuestas.
Fubuki lo detuvo tomando su capa y lo hizo caer y enterrarse sobre el suelo, todo con la intención de paralizarlo. Los niños cayeron al suelo, se levantaron y comenzaron a huir del lugar por órdenes de Saitama, entonces Fubuki se aseguró de bloquear todas las ventanas y puertas en su dirección. Dejándolos encerrados dentro de esa casa.
Fubuki estaba colocando más capas al escudo cuando Saitama consiguió liberarse y correr hacia ella con la intención de golpearla.
El escudo se activó al instante protegiéndola, pero Fubuki no pudo evitar salir volando fuera de la casa.
Ella apenas pudo recomponerse cuando Saitama volvió a golpear su barrera haciéndola retroceder y alejarse cada vez más de la casa, de los niños.
Saitama no se detenía, era colisión tras colisión, se podía percibir la angustia en cada movimiento, el dolor, la confusión y la desesperación por aventar lejos a Fubuki.
—Si te acercas a ellos, te mataré.
—No eres capaz. —Dijo Fubuki sin dudar, casi sonriendo de forma ladina. —Si en verdad quisieras matarme, ambos sabemos que ya lo hubieras hecho.
La mirada de Saitama flaqueó ligeramente, pero trató de recomponerse entrecerrado sus ojos y apretando los puños.
—¡Lo voy a-!
—¡Te digo que NO lo vas a hacer! —Insistió Fubuki, interrumpiéndolo.
Ella lo miró fijamente y su sonrisa se amplió. A su alrededor habían un gran cúmulo de manchas negras sobre la acera, mismas que alguna vez fueron ciudadanos comunes y corrientes quienes dieron su vida tratando de ayudar al héroe de su ciudad.
Fubuki señaló esas manchas negras. —No lo harás porque tienes miedo de verme morir y que mi cadáver se convierta en eso.
Saitama no dijo nada, él se quedó en silencio, perturbado por lo que acababa escuchar.
Fubuki aprovechó la oportunidad y comenzó a alzar la voz. —¡En el fondo sabes que nada de esto es real pero no quieres aceptarlo!
—¡Ya cállate! ¡No quiero escucharte, sólo quiero a Fubuki de vuelta!
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Habitaciones Cuadradas (Saibuki)
FanfictionSaitama ha caído en un sueño profundo y ninguna cosa lo ha podido despertar, Fubuki está dispuesta a salvarlo a toda costa siguiendo su plan, pero, ¿cómo podrá lograrlo en un mundo donde sólo existen ellos dos? Sin querer, Fubuki termina volviéndose...