Saitama y Fubuki despertaron al mismo tiempo.
Fubuki sentía como si su cuerpo hubiera sido completamente apaleado, todo en ella se sentía adolorido y la respiración se sentía pesada. Tatsumaki se acercó a ella de inmediato y la ayudó a sentarse.
Siendo consciente del sueño en el que había salido, ahora el mundo real se mostraba ante sus ojos de una forma mucho más iluminada y definida, más firme, más sólida y ruidosa.
Ella se giró lentamente y miró al rostro de Saitama, la serenidad en su rostro se esfumaba mientras él arrugaba su frente y movía su cabeza con ligereza.
Estaba despertando.
—¡Maestro! —Gritó Genos, luego inmediatamente se puso de pie y corrió hacia la cocina.
Saitama soltó un quejido grave desde su garganta seca, intentó abrir sus párpados pero volvió a cerrarlos con rapidez, los talló un poco con sus manos y luego intentó abrirlos de nuevo con más lentitud y cuidado.
Fubuki sabía lo que le venía encima a Saitama, sus ojos le arderían lo suficiente como para tener que esperar unos segundos para poder abrirlos por completo y probablemente su cabeza se sentiría como si todo estuviera dando vueltas, doliendo un poco, luego demasiado, confundiéndolo a más no poder.
Pero él estaría bien, Fubuki lo sabía porque ella ya había pasado por eso.
Fubuki escuchó a King suspirar aliviado de forma sonora al ver a Saitama abrir sus ojos y mirar a los alrededores. Ella sonrió sin poder evitarlo, la felicidad colmándola y apaciguando toda su preocupación, un gran peso cayendo de sus hombros.
Saitama había despertado.
Él parecía haberse tomado las cosas con más calma de lo que había hecho ella, él no decía nada, se veía demasiado cansado. Había ojeras bajo sus ojos y su cuerpo permanecía inmóvil.
Genos entonces volvió y se acercó rápidamente a él con un vaso de agua. —Debe estar sediento. —Dijo.
Los ojos de Saitama parecían ligeramente nublados, se sentó sobre el futón y miró a Genos irse, a King, a Tatsumaki y después pasó a mirar a Fubuki y se quedó ahí de forma fija, aún en silencio.
Su rostro denotaba calma y cierta curiosidad.
Fubuki se sintió nerviosa bajo su vista. Los ojos de Saitama eran cafés y profundos, inexpresivos como siempre.
Fubuki sintió su frente sudar porque Saitama sólo estaba ahí sin hacer nada más que respirar y contemplar, sin decir nada, sin mostrar alguna clase de reacción.
De todas formas, ¿qué podría decir él?
Fubuki no tenía idea de qué clase de comentario podría romper el incómodo silencio por el que Saitama y ella estaban atravesando. Habían sido quince años de relación, amistad, amor, familia, guerra; todo eso fue una vida compartida y eso fue tan íntimo y sagrado y extraordinario como para ser mencionado en voz alta.
Y Saitama lucía demasiado tranquilo ahí, quieto, rompiendo el contacto visual después de unos minutos, dándose el tiempo de mirar alrededor de su habitación, tomar el vaso que le ofrecía Genos con gentileza y beberlo entero de dos tragos.
Pero Fubuki no podía permitirse estar bien con eso, ella no era así de conformista y tranquila. Ella tenía que tomar las riendas del problema y hacerse cargo de sus crímenes, se había prometido a sí misma resolverlo una vez que estuvieran afuera y eso es lo que haría.
Genos se puso de pie y se dirigió nuevamente a la cocina. Fubuki decidió aprovechar el momento para acercarse a Saitama.
Sus pasos eran dubitativos pero su mirada era determinada. Ella se acercó a Saitama y se arrodilló a su lado, admirando su perfil, su respiración calmada, sus ojos nublados. Era como contemplarlo por primera vez.
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Habitaciones Cuadradas (Saibuki)
FanfikceSaitama ha caído en un sueño profundo y ninguna cosa lo ha podido despertar, Fubuki está dispuesta a salvarlo a toda costa siguiendo su plan, pero, ¿cómo podrá lograrlo en un mundo donde sólo existen ellos dos? Sin querer, Fubuki termina volviéndose...