4 FERNANDA

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Y otra vez estaba viendo como amanecía desde el ventanal de mi oficina, había pasado días sin pisar mi departamento, solo pasaba a bañarme y cambiarme de ropa, prácticamente no había dormido y comía una vez al día y solo cuando lo recordaba.
Max había hecho un buen trabajo con las fachadas y la distribución, las propuestas de las casas estaban prácticamente listas y aunque todo parecía estar bien el trabajo no me convencía, no es suficiente, no es perfecto, he revisado cada plano mil veces y hay algo que no termina de gustarme.
Salí de mi oficina rumbo a la maquina de café que aunque es horrible es mejor que nada, regrese a mi oficina con un lamentable café caliente y volví a revisar los planos de las casas, eran modernas, funcionales y se veían bien... Pero me faltaba algo. Me deje caer en mi silla intentando que se me ocurriera algo, repasando mentalmente cada plano.

- Buenos días! - Un alegre saludo me saco de mis pensamientos.

- Buenos días - Saludo seria mientras me reincorporo.

- Le traje su café arqui - Un capuchino frio apareció frente a mi, mientras unos alegres ojos verdes me miran.

- Gracias - digo amable - Me esta mal acostumbrado Díaz.

- Es lo mínimo que puedo hacer, usted no sale de estas cuatro paredes y a mi me queda de paso la cafetería.

- Eso no quita que me esté mal acostumbrado... Pero se lo agradezco.

Era verdad, esta mujer me estaba mal acostumbrado en todos los sentidos, durante estas dos semanas trabajo conmigo sin importar su horario establecido prácticamente tenia que ordenarle que fuera a casa, en varias ocasiones me recordaba que tenía que comer y si fuera poco, había creado la costumbre de traerme café por la mañana y si no lo traía lo conseguía, esta mujer de verdad tiene una lealtad excepcional.

- ¿Que esta revisando ahora? - Pregunta al ver los planos sobre el escritorio.

- Las casas... Otra vez - Digo con cansancio.

- Debería dejar de preocuparse, están bie...

- Pero deben estar perfectas! - Digo exaltada mientras me levanto de mi asiento - Perdon...

- No se preocupe, se que esta bajo mucha presión - Dice comprensiva - ¿Quiere que revisemos una vez más?

- Es que ni siquiera se que estoy buscando o que es lo que esta mal - digo frustrada mientras vuelvo a sentarme.

- Pues entonces busquemos hasta encontrar lo que sea - Propone optimista.

- Bien...

Y así pasamos una hora, dando ideas al aire y haciendo comentarios sin llegar a ninguna parte.

- Tal vez sea tarde para esta idea, pero... - Duda en decirla.

- Dilo - Ordeno,

- ¿Y si colocamos un patio interior?

Me quedé en silencio, comencé a analizar la propuesta.

- Si - Susurre, mi mente comenzó a aclararse y a imaginar los espacios.

- ¿Si?

- Si! - Dije en un tono más alentador - La luz natural y la vegetación darán un buen contraste a la estructura moderna.

- ¿Le parece si hago algunos bocetos y se los muestro más tarde?

- Puedo ayudarte.

- Mejor vaya a desayunar, más tarde le traeré las propuestas y trabajemos en ellas - Se levantó de su asiento y se acercó a la puerta.

- Pero...

- Que tenga buen provecho - Dice con una sonrisa y sale de la oficina sin dejarme terminar de hablar.

SABOR A MI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora