Iba saliendo de los juzgados con Mauro, el se había encargado de organizar todos los papeles respecto a la demanda de ese insípido hombre, el muy imbécil acepto un poco de dinero por perjudicar a la empresa y por el nombre y descripción que me dio de la persona no se trataba de Octavio, sería muy estúpido si fuera el mismo quien hiciera este tipo de tratos.
- ¿Necesita mi firma o presencia para algún otro tramite? - Pregunto una vez afuera del edificio.
- No señorita De Luque, yo me haré cargo de darle seguimiento al caso y cualquier cosa yo le aviso - Responde amable.
- Gracias Mauro, mantenme informada - Extiendo mi mano para despedirnos.
- De nada señorita, con permiso - Me regala una sonrisa amable y lo veo alejarse.
Se me estaban complicando las cosas, no es que tuviera más trabajo del habitual, pero mis días se habían vuelto pesados, visitaba constantemente el fraccionamiento, daba visitas inesperadas a un par de obras de Max y a la de Ale, aunque ambos se encargaban de sus respectivos proyectos, me gusta comprobar por mi misma que todo sea correcto. Subí a mi camioneta y me dirigí a la empresa, sería un día bastante ajetreado, no tenía mucho trabajo en la oficina pero iría a visitar las obras así que solo pasaría a cambiarme de ropa.
Deje mi auto en el estacionamiento y subí al elevador, me recargue en la pared del fondo y cerre un momento mis ojos, me sentía cansada pero definitivamente me sentía feliz, toda mi vida había soñado con esto y era perfecto.
Sentí el ascensor detenerse pero aun no era mi piso, si no la primera planta, me reincorpore y adopte una postura sería y formal, las puertas se abrieron y me dejaron sin aliento, una mujer con unos jeans ajustados, camisa blanca, botas de trabajo y su hermoso cabello claro cayendo por sus hombros estaba parada frente al ascensor, sus ojos verdes estaban distraídos en su celular y no se había percatado de mi presencia.- Te ver hermosa - Dije sin poder evitarlo.
Se sobresalto un poco al darse cuenta de mi presencia pero despues me regalo una sonrisa que me hizo sentir los débil que era.
- Buenos días arqui - Termina de entrar al ascensor y las puertas se cierran - Usted también se ve muy bien hoy - Se acerca una poco más a mi pero sin tocarme.
Me mataba cuando hacía eso, ella sabia que me provocaba.
- Le gusta jugar con fuego Díaz - Digo mientras miro sus labios con ganas de volverlos a probar.
- Solo con usted arqui - Siento como se detiene el elevador y se aleja para salir con total naturalidad hacia su oficina.
- Me vas a volver loca Alejandra - Susurro y salgo del ascensor.
- Buenos días arquitecta - Saluda Majo con amabilidad.
- Buen día ¿tengo algo pendiente? - Digo al llegar frente a su escritorio.
- Solo que firme los papeles que están sobre su escritorio.
- Gracias ¿Sabes si Días va ir a supervisar? - Pregunto fingiendo desinterés.
- Desconozco arquitecta ¿Quiere que le pregunte?
-...No, mejor dile que pase a mi oficina - No sabía exactamente para que la quería en mi oficina pero ya habia dado la orden.
- Claro arquitecta.
Entro a mi oficina y el gran ventanal me recibe, siempre había amado las amplias vistas de un ventanal, me hacían sentir paz y al mismo tiempo motivación, era como un recordatorio constante de que había más personas que podían hacer lo mismo que yo hacia, pero yo lo hacía de forma única.
Me quedé mirando un rato más y después comencé a leer y firmar cada uno de los documentos que Majo había dejado sobre mi escritorio, que principalmente eran autorizaciones de pagos y pedidos.
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SABOR A MI
RomanceAle solo buscaba un trabajo para saldar sus deudas y poder ayudar a su madre. Fer solo buscaba un arquitecto innovador que la ayudara a obtener la presidencia de la empresa. Y sin saberlo ambas se encontraron.