12 FERNANDA

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- ¿Como van las cosas? - Pregunta una voz clara al otro lado del teléfono.

- Bien, la construcción va más avanzada de lo que planeamos y no hemos tenido contratiempos - Digo en un tono serio.

- Me parece bien, pero necesito que avances más antes de tu nombramiento, no quiero que Octavio pueda apelar por ningún motivo - Dice firme - ¿Como vas con la casa de Guillermo?

- Bien, hace unos días me reuní con el, hizo modificaciones mínimas así que en unos días inicio la construcción.

- Perfecto. Llego en un par de días con tu madre, espero encontrar todo en orden - Sin dejarme pronunciar palabra cuelga la llamada.

- Yo también te quiero padre - Le reprocho al celular sin evidente respuesta.

Si mis días ya estaban siendo agotadores, ahora comenzaban a ser peores, en cuestión de días sería oficialmente la presidenta de la compañía, mis padres no tardaban en regresar a la ciudad, necesitaba que absolutamente todo estuviera bajo control y yo no podía ni controlar mis propios sentimientos, esto estaba siendo un desastre y todo por culpa de unos ojos verdes que me habían quitado el sueño desde hace varios días, los mismos ojos a los que había estado evitando, la misma mirada que cada vez que me la encontraba me hacía darme cuenta de lo débil que era. Estos días habían sido terribles, intentaba mantenerme alejada lo máximo posible de ella, su mirada me intimida al mismo tiempo que me atria y lo peor es que la necesidad de estar con ella era cada vez mayor.

- Esto es una mierda - Susurro en el silencio de mi oficina.

Hoy en especial no tenía demasiado trabajo, pero para no pensar demasiado en mis sentimientos comencé a avanzar en la casa de Guillermo y hacer otros avances innecesarios.

- Hola guapa - Esa voz grave interrumpe mi concentración.

- Hola Hector - Digo sin dejar de ver mi computadora.

- Vine a disculparme - Dice afligido - La última vez que hablamos estaba un poco alegrado y te hable mal.

- No te preocupes - Continuo sin mirarlo.

- Claro que me preocupo, no quiero tener problemas - siento como voltea mi silla haciéndome quedar atrapada entre esta y su cuerpo - No me gusta que estemos enojados.

¿Enojados? Si yo ni recordaba su berrinche.

- No te preocupes, esta todo bien - intento darle una sonrisa amable.

- Para compensarte... - Comienza a acercar demasiado su rostro a mi - ¿Por qué no te invito a comer? - Susurra haciéndome sentir su aliento.

Mi día ya fue lo suficientemente malo como para ahora aguantarte.

- Lo siento Hector, tengo mucho traba...

- No, ya no acepto la excusa del trabajo - Dice con tono seductor - Vamos linda, te llevare...

- Arqui, le traje....

Esa voz, no necesitaba voltear para saber quien estaba parada en mi puerta.

- Alejandra! - Me levanto de inmediato empujando a Hector ligeramente - Yo... Ha... Dígame.

- Creo que mejor luego - Dice nerviosa dudando en salir de la oficina.

- Mejor - Dice Hector con recelo.

- No - Digo firme viendo a Hector - Como te decía, tengo trabajo, hablamos después.

Noto como su rostro pasa por enojo pero se recompone rápidamente.

- Esta bien guapa, nos vemos luego - Pasa por mi lado y me da un beso en la mejilla - Con permiso - Dice saliendo por fin.

- Arquitecta... yo... perdón... yo... no era mi intención... - Comienza a decir nerviosa.

SABOR A MI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora