27 ALEJANDRA

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- ¿Estas bien? - Fer me pregunta cuando sale del baño.

- ... ¿Recuerdas que te dije que eres la única persona con la que he disfrutado tener sexo? - Jugaba con el borde de la almohadaque descansaba en mis piernas con desesperación y miraba fijamente el estampado que cubría la cama.

- Si... - Murmura. Se sienta sobre la cama quedando frente a mi - ¿Quieres contarme algo al respecto? - Pregunta con cautela.

Asiento aun sin mirarla. Toma mi mentón y me hace mirarla, me veía con preocupación pero me regalo una media sonrisa.

- Te escucho - Dice con suavidad.

Toma mi mano que removia con un poco más de brusquedad el borde de la almohada, con el fin de liberar mi ansiedad, pero ella la calma comenzando a acariciarla con suavidad.

- Mi padre era una persona alcohólica y ludopata - intento sonar calmada y acomodar mis ideas - Todas las tardes, después de trabajar se iba a tomar con sus amigos y hacían apuestas en juegos de azar - Me tome un momento para respirar - Su alcoholismo comenzó a ser más frecuente, hasta el punto en que lo corrieron de su trabajo, siguió jugando en distintos casinos hasta que le prohibieron la entrada por que les debía demasiado, tuvo que hipotecar la casa para pagar las deudas y no ir a la cárcel. Sin lugares a donde ir a jugar, comenzó a reunir a sus amigos en la casa, pasaban horas jugando y bebiendo hasta que no podían más. El no era el típico alcoholico, el nunca golpeó a mi madre, incluso en sus pocos momentos de sobriedad me decía que el alcohol era la cosa más horrible del mundo, que nunca lo bebiera, el sabía que lo que hacía estaba mal pero aún así no dejaba de hacerlo - Solté un gran suspiro y volví a agachar la mirada observando nuestras manos - Una noche, como varias los amigos de mi padre estaban jugando en la planta baja mientras yo dormía en mi habitación - intenté que no se me quebrara la voz - Cuando desperté sentía un gran peso sobre mi, abrí los ojos y vi su cara, estaba sudando, sus ojos reflejaban lujuria y tenía una sonrisa siniestra que lo hacía ver aterrador. Ese es el único recuerdo que tengo de ese momento, lo siguiente es verlo tirado en el suelo con mi padre sobre el golpeándolo hasta no poder más, mi madre me abrazaba mientras gritaba cosas que no recuerdo - la barrera que tenia entre mis sentimientos y mi voz comenzaba a romperse - Después otra laguna mental y lo que sigue es despertar en una cama de hospital. Tenia algunos moretones y rasguños y según la revisión de los doctores si hubo penetrasion - Una lagrima se escapo de mis ojos y rodó por mi nariz hasta que callo sobre la mano de Fer.

Con temor alcé mi cara para encontrarme con la de Fer. Su rostro reflejaba horror y tristeza, de sus ojos se reflejaba la tristeza que sentia de sus labios intentaban salir palabras.

- ¿Que... Que edad tenias? - Susurra.

- Doce - La barrera que contenía mis sentimientos se rompió con esa última palabra y me solté a llorar.

Fer se acercó a mi cuerpo, lo tomó con delicadeza y me envolvió entre sus brazos como si quisiera protegerme.

- Cariño... - La escuché decir cerca de mi oído - Ven aquí, linda - Me ayudo a acostarme sobre su pecho en medio de la cama - Calma...

Me aferre a su cuerpo con fuerza mientras escuchaba los latidos de su corazón que ayudaban a calmarme, acariciaba mi espalda, daba pequeños besos sobre mi cabeza y de vez en cuando sonltaba un "Tranquila"

Me sentí en paz, en paz con ella y conmigo misma, como si el peso de mis hombros desvaneciera, me sentía libre y tranquila de poder decírselo, de por fin soltarlo, su suave voz y sus calmadas caricias me trnaquilizaron hasta quedarme dormida.

- Ale - Escuche su suave voz entre sueños - Cariño.

Comenzó a repartir besos por mi cara haciéndome despertar. Al abrir los ojos me tope con su rostro alegre sobre mi y la habitación a media luz.

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