SABOR A MI

16 FERNANDA

Comenzaba a despertar y tuve un par de segundos de paz para después ser atacada por un fuerte dolor de cabeza que me desoriento, vagos recuerdos de la noche anterior me atacaron pero antes de que pudiera analizarlos siento mi estómago revolverse y esa horrible sensación vuelve a mi. Salgo de mi cama y corro al baño para vomitar, sentía que iba a morir, la luz me lastimaba, me dolía el cuerpo y me costaba hacer el mas mínimomovimiento. Una vez que termine de vomitar de forma automática más que consiente me quite la ropa y me di una ducha, bajo el agua mi mal estar se calmo un poco, comencé a cobrar conciencia y los recuerdos se volvieron más nítidos, el beso con Alejandra me atacó de frente.

- Mierda - Dije como un impulso.

Mi mente continuo con el recuento de la noche anterior y recordaba todo a excepción de algunos pedazos. Recordaba el beso con Hector y estar a punto de golpearlo, subir con Alejandra a mi oficina, después la bese, lo siguiente es llegar a mi departamento y exigirle que se quedara.

- ¡Esta aquí! - Un poco de agua entro a mi boca por la sorpresa haciéndome toser.

Esta aquí, esta afuera.

Salgo de la regadera con panico y me envuelvo en una toalla, voy hasta mi vestidor, tomo unos jeans y una playera blanca simple. Mi corazón latía demasiado rápido.

-Mierda, mierda, mierda - Repetía mientras caminaba por toda mi habitación desesperada.

Aún no sabía que pasaría, no sabía si mis recuerdos me engañaban pero diría que cada uno de mis movimientos y palabras fueron correspondidos, estaba demasiado nerviosa y no quería salir de mi habitación, pero sabía que no me podía quedar ahí para siempre, también sabía que estaba enamorada de Alejandra, que nunca había llegado al punto de querer a alguien de esa forma y quería arriesgarme, sabía que todo podría salir mal, que tal vez todo fuera producto de mi ebriedad pero me daba igual, quería estamparme de frete contra la realidad.

- Al carajo - En un arrebató de valentía tome el pomo de la puerta y la abrí.

Con el corazón martillandome el pecho y las manos sudorosas salí de mi habitación intentando no hacer ruido, camine con cautela hasta la sala y no vi nada extraño, llegué al comedor y no había rastro de nadie, mi pecho comenzó a doler

¿Y si se fue? ¿Y si nunca se quedó?

Ya sin esperanza alguna me asomé a la cocina, donde me encontré una mujer con el cabello claro cayendo por su espalda y la misma ropa de la noche anterior. Alejandra me daba la espalda mientras hacía algo en la encimera, no lograba ver que era, pues su cuerpo me tapaba.

¿Y si esta molesta?
No estaría aquí

Definitivamente me estava volviendo loca.
Con el mayor sigilo posible me acerque a ella quedando a centímetros de su espalda.

- Buenos días - Susurre cerca de su oído.

Dio un pequeño brinco y se dio la vuelta quedando frente a mi, intento dar un paso hacia atrás pero la encimera se lo impide haciendola quedar acorralada en la esquina.

- Arqui - Dice nerviosa - Yo... Ayer... - No logra articular palabra por los nervios.

Si dejar que continúe tartamideando, la beso, hoy que todos mis sentidos estaban alerta se sentia mucho mejor que anoche, siento como mueve sus labios a la par de los mios, la beso con delicadeza y lentitud disfrutando cada movimiento, me acerco un poco más, pongo mis manos sobre su cintura y ella rodea mi cuello con las suyas, un agradable sabor a café combinado con el sabor de sus besos inunda mi boca.

Definitivamente es mi combinación favorita.

Sin poder evitarlosonrio entre sus labios. La beso saboreando cada centímetro de su boca, tratándola con cuidado, si esta era la última vez que probaría sus labios, quería disfrutarlo, no queria detenerme, queria quedarme ahí, en mi cocina, el resto de mi vida.
Con el miedo inundando mi ser, comienzo a separarme lentamente de ella.