Cuanto más me acercaba a el imponente edificio, más nerviosa me ponía, sentía que en cualquier momento el café en mi mano se caería, estaba peor que la primera vez que entré a estas oficinas y todo por culpa de una bella mujer que, increíblemente, correspondía mis sentimientos, aún no lo podía creer, todo lo que pasó en su departamentos pareció muy irreal, sentía que al entrar a su oficina todo volvería a ser como al principio, yo volvería a ser Díaz y ella la arquitecta De Luque. Cuando menos pensé las puertas del elevador se abrían para dejarme ver a Majo sentada en su escritorio.
- Buenos días Majo - Saludo con una sonrisa.
- Hola Ale.
- ¿La arquitecta está en su oficina? -Pregunte intentando sonar calmada.
- Si, pero me pidió no dejar pasar a nadie, creo que no está se buen humor - Dice con una mueca.
- ¿Por? -Pregunte curiosa.
- No estoy segura, hace un rato salio un hombre de su oficina, no se si tenga que ver con el - Me explica.
- Entiendo, solo pasare a entregarle su café -No sabía si eso era una buena idea, pero antes de seguir analizándolo ya habia hablado.
- ¿Segura? - Me mira no muy convencida.
- Si - Intente ocultar mi nerviosismo.
Tome el pomo de la puerta y después de un largo suspiro la abrí intentando no hacer ruido. Parada frente al imponente ventana estaba una elegante mujer con su pantalón de vestir y camisa blanca, simplemente observando la ciudad. Al cerrar la puerta hizo ruido que le anunció mi presencia.
- Majo, te pedí que no... - Comenzó a decir pero se detuvo al verme.
- Buenos días arqui - Dije con un poco de temor.
Su expresión dura cambio al verme, lo cual me tranquilizó un poco, volvió su expresión calmada y tranquila que tenía cuando estábamos en su departamento.
- Le traje su café - Dije con una pequeña sonrisa mientras se lo extendía.
- Gracias - Tomo el café y después mi mano, jalandome para quedar muy cerca de su cuerpo - Buenos días - Susurro sobre mis labios y una sonrisa boba se me formó.
- Buenos días - Le regrese el saludo con mi corazon latiendo muy fuerte.
Aún aquí, estando tan cerca de ella en la soledad de su oficina todo me parecía irreal, no me pude resistir y termine con la distancia de nuestros labios, eran suaves y carnosos, simplemente me encantaban, su sabor era exquisito y la forma en la que me besaba, perfecta, su mano libre rodeo mi cintura y yo tome su cuello, besándola con lentitud y dulzura.
- Que buena forma de iniciar el día - Dice mordiendo un poco sus labios.
- Espero poder haberlo mejorado un poco - Acaricio su mejilla con mi mano.
- ¿Quien dijo que era malo? -Pregunta confundida.
- Majo me dijo que un hombre salió de tu oficina temprano...
Soltó un largo suspiro
- ¿Hay algún problema? - Pregunte.
- Si, pero se me olvidó en cuánto entraste - Lo dijo de una forma tranquila y cariñosa.
- Arqui - Laregañe con la mirada.
Hizo una mueca de resignación para después soltar mi cintura y caminar hasta su silla.
- ¿Que paso? - Pregunto sentándome frente a ella.
Soltó un largo suspiro y su expresión volvió a ser seria.
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SABOR A MI
RomanceAle solo buscaba un trabajo para saldar sus deudas y poder ayudar a su madre. Fer solo buscaba un arquitecto innovador que la ayudara a obtener la presidencia de la empresa. Y sin saberlo ambas se encontraron.