11 ALEJANDRA

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Una mañana más estaba esperando el café que le llevaría a la arquitecta y el mío, esta vez lo necesitaba con urgencia, había pasado una mala noche. Una vez que tenia los cafés camine hasta el alto edificio de la constructora De Luque, al entrar al ascensor fui invadida por los pensamientos de el día anterior y los que después se hicieron presentes en mi insomnio. Viendo el café ajeno que llevaba en la mano me confirmaba lo que tanto había analizado la noche anterior, la arquitecta me gustaba y la verdad no me sorprendía, la verdadera pregunta seria ¿A quien no le gustaría alguien como ella?
Las puertas se abren, después de saludar a Majo entro a mi oficina para dejar mis cosas y después ir con la arquitecta.

- ¿Esta la arquitecta en su oficina? - Pregunto llegando al escritorio de Majo.

- Si Ale, pasa - Me responde con una sonrisa.

Entro sin tocar intentando no hacer ruido.
Y ahí estaba, una mujer con su traje negro que hoy lucia más informal, su saco colgaba de la parte trasera de su silla, las mangas de su camisa blanca estaban dobladas hasta por arriba de sus codos, sus lentes que usaba cuando estaba frente al computador complementaban sus ojos y su cabello oscuro caía sobre sus hombros.

- Buenos días arqui, le traje su café - Comienzo a acercarme.

- Buen día, puede dejarlo sobre el escritorio - Dice seria sin despegar sus ojos de la pantalla.

- ¿Como amaneció? - Pregunto con una sonrisa.

- Bien gracias - Dice aun sin mirarme - Necesito que me ayude con una cotización para un proyecto, le envíe la lista a su correo - Mis ojos se encuentran con los suyos por unos mínimos segundos antes de que vuelva a desviar la mirada.

-...Claro arqui, en seguida se los mando - Me quedo un segundo mirándola y después salgo hasta mi oficina.

Genial, ahora te molesta que tu jefa se comporte como tu jefa... que estúpido.

Comenze con la lista de cotizaciones intentando no pensar en la extraña actitud de mi jefa, me convencí a mi misma que solo había tenido un mal día y continúe con ni trabajo, una vez que termine se lo envíe por correo, continúe ahora realizando pedidos de material para la construcción de mi proyecto y en eso se me fue parte del día hasta que una llamada me interrumpio, en la pantalla vi el nombre de Ernesto, el jefe de obra encargado de supervisar mi proyecto, según lo que me explicó la arquitecta, era un estudiante de universidad que hacía sus practicas profesionales y le daban cosas pequeñas para que se fuera adaptado.

- ¿Si? - Respondo.

- Arqui, buenas tardes - Saluda cordialmente.

- Buenas tardes Ernesto, dime.

- Arqui, si no es mucha molestia quisiera pedirle que venga - Dice algo apenado.

- ¿Paso algo? - Pregunto algo preocupada.

- No estoy completamente seguro, por eso me gustaría que viniera.

- Salgo para allá - Cuelgo la llamada y salgo de mi oficina.

Para mi mala suerte Majo no estaba en su escritorio así que tendría que avisarle yo misma a la arquitecta. Me acerco a su puerta y escucho a la arquitecta dejarme pasar.

- Perdón que la interrumpa, venia a avísale que saldré a obra - digo seria.

- ¿A obra? - Pregunta extrañada mientras me mira por primera vez en el día.

- Ernesto me llamo, dijo que al parecer hay un problema - Explico un poco cortante.

- Yo la llevare - Dice mientras se levanta.

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