34 FERNANDA

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- Necesito sentir tu piel, necesito tu calor - Mi pulgar recorre su boca entre abierta - Necesito saciar la sed que tengo de tu boca, necesito probarte.

- Y yo necesito que lo hagas - susurro.

Eso fue lo último que necesite para lanzarme a su boca, inicie un beso tranquilo, no tenía prisa, quería saborear cada parte de ella. Su boca se abrió dándole un acceso total a mi lengua, mis manos se colaron debajo de su blusa iniciando un lento recorrido por su cintura que fue subiendo hasta quitársela.

Sus manos, que hasta ahora se habían mantenido al margen, subieron a mi camisa y comenzó a desabotonarla de forma lenta. Esta vez ambas íbamos despacio, queríamos disfrutar un poco más. Una vez mi camisa desapareció, la tomé de la cintura y la dejé sobre la cama con delicadeza. Mis besos bajaron por su mandíbula hasta su cuello, me detuve en esa parte por un rato mientras desabrochaba su pantalon, a la vez que mis besos bajaron por su clavícula, por en medio de sus pechos y su abdomen, mis manos se encargaron de dejarla en ropa interior. Me alejé de ella para poder verla y detallar su cuerpo. Sus ojos verdes oscurecidos por el deseo me veían con intensidad, su boca entre abierta jalaba aire, su pecho subía y bajaba, su abdomen ligeramente fortalecido,  sus piernas largas que caían por el borde de la cama.

- Si te digo que eres perfecta me quedo corta - Dije mientras me acercaba a su rostro para volver a besarla.

Ale levanto un poco su espalda dándome acceso al broche de su sostén que quite de inmediato, baje a sus pechos y comencé a estimularlos, su pesada respiración pronto se convirtió en gemidos, gemidos profundos que salían desde el fondo de su garganta y llegaban hasta mis oídos.

Baje una de mis manos a su entrepierna, comencé a rosar su ropa interior con mi dedo índice, podía sentir su humedad, era demasiado exitante. Sus caderas buscaban más de mi contacto pero se lo negué, una vez más recorrí su abdomen con mis labios mientras mis manos se encargaban de dejarla completamente desnuda.

Me arrodille quedando a sus pies, mis manos se encargaron de poner sus muslos sobre mis hombros, comencé a dar besos por el interior de sus piernas, besos lentos y húmedos.

- Fernanda - La escucho gruñir un poco frustrada.

- Paciencia cariño - Digo calmada.

- Por favor - Suplica. Veo una de sus manos arrugar las sábanas.

Acerque mi rostro con lentitud, un escalofrío recorrió el cuerpo de Ale cuando sintió mi respiración sobre sus labios, con ayuda de mi nariz abrí sus labios y con mi lengua comencé a estimular su clitoris, sus piernas se tensaron y su abdomen se contrajo. Su sabor inundó mis sentidos en cuestión de segundos.

- Ah... Fer - Su espalda se arqueo.

Estaba explorando un poco su sona, era la primera vez que hacía esto y no tenía muy claro el lugar exacto que le gustaría, pero me lo aclaro cuando su mano se enredo en mi cabello he hizo una ligera presión para evitar que me moviera.

- Ah... ahí- Dijo con dificultad.

Lo que usted diga patrona.

Sus caderas comenzaron a marcar el ritmo, su mano hacia más presión y sus piernas comenzaron a apretar mi cabeza.

- Yo... Ah... Voy... - Me quedaba claro lo que intentaba anunciar.

Su abdomen comenzó a contraerse, sentí como intento alejarse pero la detuve tomando sus piernas y pegando más mi rostro a su intimidad. Al segundo siguiente sentí sus fluidos llenar mi boca acompañado de un liberador gemido por parte de Ale. Me encargue de limpiar bien sus jugos y me fui alejando con delicadeza de ella, baje sus piernas de mis hombros con cuidado y me puse de pie. Aún algunos espasmos recorrían su cuerpo, su piel sudaba y su pecho subía y bajaba, sus ojos estabas cerrados y su boca entre abierta, se veía demasiado sexy.

SABOR A MI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora