capítulo 21

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Agarraba el ultrasonido con las manos temblorosas, pocas cosas amedrentaban a Alicia Sierra pero si algo había que le daba miedo era ser madre. No  podía creer que estuviese embarazada, fue algo inesperado y menos en aquel momento. No tenía ni idea de cómo decirle a Germán, ya había pasado más dos meses de embarazo y pronto se le empezaría a notar.

-¿cariño, que ocurre? - le preguntó Germán.

-nada, estaba mirando mi agenda, ya sabes...- contestó ella guardando rápidamente la ecografía en su bolso.

-sí, sé que tienes un trabajo ajetreado- contestó él mientras intentaba poner el brazo recto pero la vía que le habían puesto para el medicamento le dolía un poco.

-¿Estás bien así? ¿Quieres que llame al enfermero? - le preguntó ella mientras se sentaba en frente de la cama de Germán.

-estoy bien, no te preocupes- contestó él.

Era su rutina desde hacía meses, se levantaba, se duchaba, se vestía y directa al hospital. Se sentaba en aquella incómoda silla mientras esperaba a que las sesiones de quimioterapia hiciesen efecto en su marido. No derramaba ni una lágrima delante de Germán ya que todos los días, una hora antes de ir, se dedicaba a derramar las lágrimas posibles hasta que no le quedaban más , de esta manera siempre entraba con una gran sonrisa  y lo primero que hacía al entrar era cambiar el agua a las flores que Germán tenía en su habitación hospitalaria.

- ¿Alicia? Llamó él mientras la observaba desde la cama como colocaba las flores en el jarrón de la mesita.

-¿sí? Dijo ella

-¿me vas a contar ya que pasa?- preguntó él.

-no se a que te refieres-

-Alicia te conozco, sé que te pasa algo-

-tonterias, solo son imaginaciones tuyas-

-que esté enfermo no significa que sea imbécil.

Alicia dejó de colocar las flores de forma repentina  y tomando aire profundamente, miró con una sonrisa a su marido.

-¿Tienes hambre ya? El enfermero me dijo que hoy podías comer algo distinto -le dijo ella ignorando la preocupación de su marido mientras se dirigía a salir de la habitación.

-Alicia joder dimelo!-gritó él de manera desesperada.

Ella armándose de rabia y sintiendo como el dolor golpeaba su pecho se acercó a él seriamente.

-¿Quieres saber que me pasa? Me pasa que estoy enfadada contigo, todavía no me puedo creer lo que me pediste, no me amas.-aclaró ella con los ojos llorosos.

-claro que te amo, no digas estupideces.

-me amarás pero no me podrás quitar el daño que me hiciste al solicitar el divorcio. ¿El mismo día que el doctor nos dijo de tu enfermedad tú te apareces con una solicitud de un divorcio exprés?

-Alicia lo hice porque no quiero que cargues con todo esto, no quiero que sufras esto por mi culpa, por eso solicité el divorcio ¿Y sabes qué? Ojalá lo hubieses firmado porqué no tolero más el que vengas  aquí con una sonrisa fingida mientras veo tus ojos hinchados de llorar. ¿Que crees? ¿Que porqué pongas en la habitación lindas flores y que vengas vestida con colores alegres mejoras esto?

-solo intento que esto sea lo más ameno posible.

-es que es eso precisamente lo que me duele, verte aquí y cómo te esfuerzas en hacer todo esto, no quiero que pases por cosas difíciles que no te corresponden, vete por favor -imploró él con dolor.

Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora