Capítulo 10

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-Victoria, venga despierta cariño- dijo Alicia mientras destapaba con cuidado a la niña.
La pequeña se quejó y frotándose los ojos se volvió a tapar con la manta para seguir durmiendo.
-pero Victoria, no puedes faltar más a clase, levanta- le ordenó su mamá mientras la sacaba de la cama quitándole las sábanas.

Ambas fueron al baño y con la ayuda de su mamá la pequeña se lavó la cara y las manos. Sergio estaba preparando el desayuno para todos y él, dentro de ésta situación familiar y doméstica se sentía raro. Había pasado toda la noche pensando en un lugar donde pudiesen vivir tranquilamente Alicia y Victoria, sentía una gran preocupación por la pelirroja y su hija, por muy increíble que pareciese, le había cogido mucho cariño a las dos.
Pensando en el lugar que un contacto suyo pudo encontrar estaba centrado en sus pensamientos hasta que la voz de Alicia le hizo reaccionar.
-Sergio, huele a quemado- gritó Alicia desde el baño haciendo que Sergio saliese de sus pensamientos.
Victoria salió del baño y se sentó en la mesa para desayunar  y la niña al ver el desastre que hizo Sergio preguntó arrugando la cara mientras miraba las tostadas.
-mamá, ¿las tostadas son negras?-
-¿que?- contestó Alicia desde la habitación sin entender su pregunta dirigiéndose hacia la sala de estar.
-Mira éstas tostadas- dijo victoria agarrando una tostada y enseñándosela su mamá.
Ambos rieron mirando a Sergio
-la tostadora que siempre me quema las tostadas- dijo él riéndose
-claro, la tostadora- dijo Alicia de forma graciosa.
-cariño siéntate mientras te preparo leche- le ordenó Alicia.
La niña obedeció y se sentó en el sofá poniendo sus dibujos preferidos en la TV.
-gracias por hacer el desayuno pero no hacía falta- agradeció Alicia.
Sergio contestó con una sonrisa y ambos se quedaron mirándose unos instantes. Alicia apartó la mirada para centrarse en prepararle la leche a su hija, Sergio se dispuso a exprimir las naranjas y los dos estuvieron en silencio.
-¿Hoy vas a quedar con Laura?-preguntó Alicia rompiendo el silencio.
-¿Perdona?- dijo sorprendido por la pregunta de Alicia.
-que luego necesito que alguien cuide de Victoria, tengo que ir a hacer un recado y cómo últimamente solo sales cuando quedas con ella pues te pregunto- explicó Alicia
-pues la verdad es que si voy a salir, ¿Es muy importante el recado que tienes que hacer?- preguntó Sergio
-No, tranquilo- contestó ella mientras le daba la leche a su hija.

Alicia se fue hacia la habitación y sacando su teléfono llamó al que ahora era su única ayuda.
-miedo me dan tus llamadas pelirroja- dijo Palermo al otro lado de la línea
-lo sé pero te sube el ego que te llame pidiéndote ayuda- contestó Alicia soltando una carcajada
-¿Cuando podemos vernos-  preguntó ella.
-hoy por la tarde me puedo pasar por ahi- contestó Palermo
-okey, nos vemos- dijo la pelirroja para después colgar.
Al terminar la llamada se dirigió al salón donde se encontró una escena de lo más tierna y lo que provocó que unas cuantas lágrimas cayesen de sus ojos. Ella sabía que Germán hubiese sido un padre excepcional si estuviese vivo, cada vez sentía más lo injusto de sus vidas y pensó en el día que Victoria preguntará por su padre, todavía no lo había hecho pero Alicia sabía que ese momento se acercaba y no tenía ni idea de que decirle. Fingiendo una sonrisa se acercó a Sergio el cual le estába haciendo unas trenzas a la pequeña.
Alicia le puso la mochila a la pequeña e intentando colocarle bien la chaqueta le dijo
-portate bien y haz caso a la maestra-
-si mama- dijo la niña de forma risueña.
Sergio y Alicia salieron y bajando el ascensor se encontraron a Raúl, el hermano de Laura.
-Hola a todos - los saludó el hombre
-hola- contestaron ellos
-Vaya pero que guapa vas al cole, tengo una cosita para ti- dijo el hombre intentando ser amable con la pequeña.
Raúl le dió a la niña unas horquillas en forma de mariposa.
-que bonitas- exclamó la niña sorprendida
-¿Me las pones mamá?
-claro, ven- dijo ella mientras le colocaba las horquillas en el pelo de su hija.
-¿Cómo se dice?- dijo Alicia a su hija
-muchas gracias señor- le dijo la niña a Raúl.

Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora