Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)

capítulo 6

-gracias por esto Sergio- dijo Alicia mientras contaban el dinero
-no es nada tranquila, le daremos el dinero a ese hombre y todo estará bien- contestó el profesor
-estoy harta de esto Sergio, harta de tener que huir y dejar siempre la maleta hecha por si acaso- le dijo ella con semblante triste
-sé que es duro y sé perfectamente lo que es llevar una vida prófuga pero tú eres una mujer fuerte puedes con esto- le dijo él intentando calmarla
-ya pero no es una buena vida para Victoria, ayer le dije que nos teníamos que mudar otra vez y la cara de tristeza que puso me dolió muchísimo - contestó Alicia con lágrimas en los ojos.
-tranquila, mira ella es una niña fuerte como tú, además el mundo es muy grande, hay lugares maravillosos donde esconderse que seguro que a victoria le encantaran, también es una niña muy inteligente, se acabará acostumbrando-
-si, lo es, muchas veces pienso en que sería de mi vida sin ella, y la verdad que no podría vivir sin mi hija- dijo Alicia secándose las lágrimas con una leve sonrisa en sus labios

Sergio le sonrió y ambos estuvieron un rato en sin decir nada

-seguro que Palermo cuidará bien de victoria?- pregunto ella rompiendo el silencio
-sabes que sí, él es de mi confianza además no tiene problema en seguir mis instrucciones-
- ¿Como es que se escondió aquí en la  misma cuidad que tú?
-despues del atraco estuvimos un tiempo separados y después nos empecemos a ver pero está aquí de paso, puso una galería de arte en Paris, como un museo pero de cuadros, le va bien.- contestó Sergio y Alicia afirmó con la cabeza
-¿Donde podemos guardarlo para que no llame la atención? Preguntó ella
-bueno, en un maletín está claro que no- contestó el profesor y ambos rieron
Alicia fue a la habitación de Sergio buscando algo donde poder llevar el dinero sin levantar sospecha alguna.
-vaya, no sabía que fueses al gym- dijo ella de forma burlona sujetando una bolsa de ropa de gimnasio.
-no voy , lo tenía por ahi-contesto él sonrojado.

Prepararon el dinero y lo colocaron en la mochila del gimnasio

-bueno,creo que llegaré a tiempo- dijo ella agarrando la bolsa
-iré yo- impuso el profesor arrebatándole la bolsa con dinero a Alicia.
-¿Pero que dices? ¿Quieres que te descubran? ¿Que sepan que el ladrón más buscado sigue vivo? Iré yo- se opuso Alicia
-me da igual-
-¿Como dices?-
-que me da igual que me descubran, tú tienes que cuidar de victoria- le contesto el profesor
-Sergio, lo siento mucho- dijo Alicia con arrepentimiento en su voz
-¿Que? ¿Por qué?
-por esto- dijo después de golpear la cabeza de Sergio con la culata de su pistola.
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Los nervios no se calmaban, llevaba varias horas conduciendo y el camino se le hacía eterno, sólo quería que esto pasara rápido, dejar el dinero e irse con su hija lejos de donde fue descubierta. Siguiendo por el teléfono la ubicación que aquel hombre le dió llegó por fin al lugar, era una pequeña casa apartada en una zona de autopistas. Parecía estar habitada, había luz en las ventanas y al lado tenía un pequeño patio con un tobogán y unos columpios.
Alicia tocó la puerta y apareció aquel hombre que entró a su casa amenazándola
- deja despacio el dinero en el suelo- le ordenó el hombre mientras le apuntaba con una pistola-
Ella hizo lo que le pidió
-ahora muy despacio, ponte de pie, date la vuelta y ve hacia tu coche-

Alicia avanzó despacio hasta su coche mientras el hombre le seguía detrás con la pistola pegada a su espalda.
Ella hizo todo según le dijo el hombre intentando disimular lo nerviosa que estaba. Respiró cuando por fin entró en su coche y acelerando se alejó de allí.

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-Está loca, completamente loca-
-No te muevas,te haré daño-le dijo Palermo al profesor mientras le curaba la brecha de la cabeza
-Voy a llamarla otra vez
-ya la llamaste 20 veces y no lo coge, estará conduciendo
-Esque no entiendo cómo ha podido ir ella sola y encima teniendo una niña pequeña ,esque no me lo creo- dijo Sergio indignado.
Ambos se dieron cuenta de la atenta mirada de la pequeña Victoria, la cual  observaba desde el sofá la conversación entre los dos hombres.
Sergio intentó disimular la tensión que había y fingiendo una amplia sonrisa se acercó a la niña
-¿Tienes hambre victoria?
-No me gusta tu barba-le dijo victoria lo que ocasionó una carcajada fuerte en Palermo ante la divertida contestación de la niña.
-¿Cuando viene mi mamá?- preguntó la niña
Está al venir pero te tienes que comer todo el sándwich que te va hacer Palermo,¿vale?
Vale- dijo la pequeña sonriendo.

Palermo se quedó merendando con la niña mientras Sergio se dirigió hacia la entrada del hotel esperando a Alicia. Estaba muy inquieto e intentaba que ella cogiese sus llamadas aunque sin éxito Se dirigió al bar que estaba junto a la entrada del hotel y se encontró con Laura, la cual estaba tomándose un café en la barra

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Cansada por fin llegó al hotel donde está su hija, la fatiga se le notaba en la cara aún así venía contenta, de camino paró en una pastelería para comprarle la tarta favorita de su hija, le daría una sorpresa al llegar y estaba deseando quitarse las botas negras que llevaba ya que le dolían muchísimo los pies.
Al entrar vio desde lejos como Sergio hablaba de forma amena con aquella mujer morena de la piscina, derrepente Alicia enchinó sus ojos debido a su instinto de inspectora, no hacía falta ser muy inteligente para saber que tenía que tener en la mira a aquella guapa mujer, pensaba en tres opciones: la primera, ¿Sería policía? La segunda ¿Habría reconocido al profesor y quiere dinero? Y la tercera ¿Sería solamente una mujer ligando con Sergio? Alicia resopló por la última opción ¿Le gustaba Sergio? ¿Enserio? Pero si por las pintas que lleva parece un vagabundo y no hablar de su barba.. pensó Alicia para si misma.
Sea lo que sea ella la vigilaria de cerca.
Se dispuso a ir hacia ellos pero un hombre despistado chocó con Alicia haciendo que la tarta que llevaba en las manos cayera al suelo
-lo siento de verdad, que avergonzado estoy, iba hablando por teléfono y no la vi-se disculpó aquel hombre con traje el cual parecía estresado.

-pues mira por donde vas idiota, mira lo que has hecho- le dijo Alicia de malas maneras mientras señalaba el desastre de la tarta estampada contra el suelo.
-no hace falta que me insultes,ya te dije que fue porque hablaba por el teléfono-
-si vale como tú digas, pero has estropeado la tarta de mi hija, genial- contestó ella de forma molesta y a la vez un poco triste, de verdad que le hacía ilusión darle sorpresas a victoria, la sonrisa de su hija era lo único que le ayudaba a seguir adelante.

El hombre se quedó mirando fijamente a Alicia y ella agachó la cara rápidamente ¿La habría reconocido?  El miedo se apoderó de ella,ya no soportaba vivir escondiéndose de todos, la foto de su cara estaba en todas las estaciones de policía a nivel mundial y las cosas se estaban poniendo muy complicadas.
-apartate de mi camino - le ordenó Alicia de forma muy desagradable.
El hombre se apartó y ella comenzó a caminar hacia la habitación de Sergio
-tampoco es para ponerse así pecosa- le dijo el hombre

Pecosa, esa palabra le hizo que parara de caminar y en su cabeza pasaron millones de recuerdos por segundo, así es como la llamaba muchas veces su esposo Germán, pecosa. Los ojos de Alicia se aguaron y con mala cara se giró para mirar a aquel hombre que no desviaba la mirada de ella, se acercó a él y  muy seria le ordenó
-ni se te ocurra volver a llamarme pecosa imbécil-
-disculpame si te ha molestado, mira dejame comprarle otra tarta a tu hija

-tú a mí hija no le tienes que comprar nada

-es mi manera de disculparme por favor acéptalo, sé de una pastelería que está aquí al lado, no tardo nada -

Alicia resopló y no tuvo más remedio que aceptar, de verdad queria ver a su hija contenta.

-esta bien-
-vale espérame aquí no tardo nada- le dijo el hombre para después salir

Ella desvío la mirada hacia sergio y Laura y se acercó a ellos.