capítulo 32

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Hola- contestó ella desde la puerta mientras tiritaba de frio.

Sergio rápidamente la agarró del brazo de forma agresiva y la metió dentro de la casa. Empezó a registrarla hasta dejarla medio desnuda en pleno comedor.

-¿Que cojones haces aquí?- le preguntó él con furia mientras colocaba su cara a centímetros de la de ella con agresividad a modo de intimidarla.

-Necesito vuestra ayuda, porfavor- pidió ella mientras lloraba bajando su mirada hacia el suelo.

-¿Quién es este niño? -preguntó Alicia mientras el pequeño miraba la escena con cara de susto.

-Es mi sobrino, el hijo de Raúl- contestó Laura.

-¿Cómo sabías que estábamos aquí?- preguntó él profesor mientras seguía inspeccionando los bolsillos del pantalón que él le había arrancado.

-Bueno yo pude leer un mapa que Alicia tenía entre sus cosas cuando fuimos a rescatar a Victoria.- confesó Laura

-Voy a inspeccionar los alrededores, como vea algo sospechoso, estás jodida- amenazó el profesor mientras se ponía una chaqueta para la lluvia.

Él salió y Alicia sin quitar la mirada de Laura la observaba de arriba a abajo con su arma en la mano. Estaba empapada y le tendió una ropa para que se cubriese ya que el profesor la había desnudado para comprobar que no llevaba nada encima. La mujer estaba desarmada y Alicia pudo percibir los golpes y heridas que tenía en la cara y en el torso de su abdomen.

-¿Que cojones te ha pasado?- preguntó ella mirando el labio roto de la morena.

-Mi marido me ha echo esto- contestó mientras intentaba vestirse

-¿Desde cuándo estás casada?

-Desde hace tres años, él también es timador, y me convenció para hacer un robo pero ha salido mal y  la policía me está buscando.

La mano de Alicia cruzó fuertemente la mejilla de la mujer y sin dar cuartel a que Laura se defendiese la agarró del pelo para  intentar sacarla de la casa mientras le gritaba infinidades de insultos.
El pequeño Diego dio un respingo debido al susto y temblando de miedo corrió a esconderse detrás del sofá

-¿Alicia que ha pasado? Sueltala- le dijo el profesor entrando por la puerta e inmediatamente separó a ambas mujeres.

-la está buscando la policía y la zorra es capaz de presentarse aquí ¿Y si la han seguido?- dijo ella para después intentar volver a golpearla.

-acabo de revisar y no hay nadie, tranquila.- intentó calmar a la pelirroja mientras paraba su ansia de pegar a Laura.

-Solo quiero dejar aquí a mi sobrino, Sergio porfavor ayudame, yo me iré y no volveré- pidió con angustia la mujer.

-estas loca si te crees que te vamos a ayudar zorra, además que lo cuide Raúl ya que es su hijo - dijo Alicia adelantándose a la respuesta de Sergio.

-el no puede cuidarlo-

-ya claro, dile a ese pedazo de irresponsable que se haga cargo de sus obligaciones-

-no puede cuidar de su hijo porque Raúl ha muerto Alicia-

El rostro de la pelirroja se contrajo, su mandíbula se tensó por completo y una sed insaciable secó su boca.

-Pero si él estaba.... Dijo Alicia sin poder terminar la frase.

-le habían dado meses de vida, pero el cáncer de páncreas se le adelantó- contestó ella para después llorar desconsoladamente.

- ¿Qué pasa mami?- Dijo Victoria la cual bajaba por las escaleras mientras se frotaba los ojos.

-nada cariño, ¿Que haces despierta a estas horas?

-tengo sed mamá-

La pelirroja cargó a su hija y mientras el profesor hablaba con una desesperada Laura, ella pudo ver al pequeño hijo de Raúl acurrucado y temblando detrás del sillón. Se dirigió a la cocina e hizo una taza de chocolate caliente para Victoria y otro para Diego.

-toma cariño bebetelo y te vas a la cama ¿vale?-

La niña asintió con la cabeza mientras se sentaba en el sillón a beberlo.

La pelirroja resopló, nunca se le habían dado bien los niños y muchas veces dudaba de que estuviese siendo una buena madre. Acercándose al pequeño, el cual estaba temblando, intentó hablar con él.

-hola Diego, ¿Por qué tiemblas, tienes frío?

El niño se quedó en silencio pero ella pudo ver que en realidad temblaba de frio y que tenía la ropa empapada de caminar bajo la lluvia.

-¿Te gusta el chocolate? Te he echo uno- le dijo ella ofreciéndole el vaso.

El niño se quedo mirándola y tras pensarlo, tímidamente aceptó el chocolate. Mirando al pequeño pudo percatarse de que era igual a Raúl, sentía una lastima desmedida por aquel niño ya que de un día para otro su padre ya no estaba con él. Tomó una toalla grande y una camiseta de Victoria cuando vio al pequeño estornudar, le secó y colocándole una camiseta seca lo sentó en el sofá junto con Victoria y le tapó con una manta intentando que al pequeño se le fuese el temblor debido al frío.
Dejando a los niños en el sofá, su mirada se dirigió hacia la cocina en donde Sergio y Laura estaban discutiendo subiendo el tono de sus voces, Laura estaba muy distinta que unos meses atrás, había adelgazado demasiado y sus oscuras ojeras destacaban en su rostro pálido, ya no parecía a aquella mujer coqueta que ligaba con Sergio en aquel hotel en Estambul.

-te dejaré algo de dinero, no quiero verte nunca más en mi vida Laura- advirtió el profesor

-no puedo aceptar dinero, seguramente me encarcelen ya que a mi esposo ya lo han detenido, solo vine hasta aquí por qué me preocupaba mi sobrino no tenía con quién dejarlo- explicó ella mientras sus lagrimas rodaban por sus mejillas.

-nos quedaremos con el niño pero lárgate ya-dijo la pelirroja metiéndose en la conversación mientras le lanzaba su mochila de forma agresiva.

-gracias por cuidarlo- dijo ella mientras recogía su bolso del suelo.

-vete ya Laura- le dijo el profesor mirándola fijamente.

La mujer sintió con la cabeza, se dirigió hacia su sobrino el cual se quedó profundamente dormido en el sillón y dejando un beso en la frente del pequeño, le dolía el alma por tener que separarse de él.

Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora