Ya iba por su tercer café, eran más de las 11 de la noche y Alicia no podía dormir, buscando en los documentos que sergio le dió leía información sobre el pueblo donde iba a esconderse con su hija, no había mejor lugar que aquel, el pueblo se llamaba Orellón y consistía en adosados familiares todo de clase media a alta, sin duda era una urbanización preciosa donde sí podían pasar desapercibidas sin problemas. Dentro del pueblo había un colegio de bastante nivel, parques cercanos y varios lugares dedicados a los niños. Para ser un pueblo había demasiados jóvenes y eso a Alicia le encantó. Estaba deseando coger a su hija e irse de allí pero el lugar quedaba demasiado lejos y tendría que prepararse muy bien de antemano para hacer un viaje tan largo.
-pomme otro café por favor- le pidió Alicia al chico de la barra.
-vaya ¿Una noche larga? - escuchó la voz de Raúl justo en la mesa detrás de ella.
-sí, la verdad es que no voy a dormir nada-contestó ella mientras guardaba rápidamente los papeles en su bolso.
-ponme un té de manzanilla con leche por favor- pidió Raúl para después sentarse al lado de Alicia.
Ella se quedó mirándolo entrecerrando los ojos.
-te parecerá un asco echarle leche al té pero lo tomo como calmante para las molestias estomacales- explicó el hombre.
-si le añades canela estará mejor- le dijo ella mientras recordaba a Germán.
-vaya no lo había pensado, lo probaré- le dijo el atractivo hombre ofreciéndole una sonrisa.
Alicia luchaba contra sus recuerdos, no soportaba estar al lado de aquel hombre y oler ese perfume, le parecía curioso cómo a un persona un simple olor le pudiese traer tantos recuerdos. Ella resopló fuertemente intentando no derrumbarse, la ausencia de Germán no la tenía del todo superada y por más años que pasarán Alicia solo sentía empeorar respecto a eso. Observando al hombre, dió un sorbo a su café negro cargado y con la curiosidad detrás preguntó
-¿Y tú qué haces tan tarde por aquí?-bueno tengo algo de trabajo, ahora a las 12 va venir una empresa para colocar el hall para el evento de mañana- explicó el hombre el cual parecía estresado.
-¿Vendrás no?-
-ah, respecto a eso no lo sé, Victoria tuvo algo de fiebre anoche- mintió Alicia.
-entiendo, espero que no sea nada-contestó él.
Alicia le correspondió la sonrisa y siguió mirándolo fijamente.
-Perdona pero, ¿por qué me miras asi?- preguntó Raúl bajo la atenta mirada de Alicia.-Es que me recuerdas demasiado a alguien-le dijo ella sin apartar sus ojos de los ojos verdes de Raúl.
-¿Y a quien te recuerdo? Preguntó él.
-a alguien del pasado.
Raúl se acercó más a ella y apartando el pelo de Alicia de su cara dijo
-el pasado hay que dejarlo atrás- aconsejó él.-sí supongo que tienes razón- dijo ella luchando contra sus propios recuerdos, deseaba no sentirlos, no recordar nada, centrarse únicamente en su hija pero le era imposible.
-no estés triste- dijo acercando más su cara a la de Alicia.
-¿Qué te importa si yo estoy triste o no? Me conoces desde hace tres días- le dijo ella.
-no me gusta que la gente de mi alrededor esté triste, no lo soporto- le dijo el hombre mientras tomaba la mano de Alicia.
Ella desvío su mirada hacia la grande mano del hombre y le llamó la atención el reloj de pulsera que llevaba Raúl. Unas navidades ella le regaló a Germán un reloj cómo ese.
-no puede ser- dijo ella soltando un bufido de risa.
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Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)
Hayran KurguDespués de cinco años del atraco al banco de España, Sergio Marquina sigue con su vida de ladrón en la cual dejar de planear nuevos robos es tarea imposible para él. Tras varios años y para sorpresa de él su camino se cruza nuevamente con Alicia Si...