Tres años después
-¿qué?¿satisfecho?- preguntó Alicia con cansancio mientras él miraba minuciosamente el pequeño diamante a contraluz.
-La verdad no, robar unos simples diamantes comparado con robar el oro de un país como ladrón no me llena- dijo él despreocupado mientras le daba un sorbo a su humectante café.
-¿estás de coña gafotas? Robas las siete lágrimas, los siete putos diamantes más valiosos que había en esa joyería ¿y tú dices que no te llena?, ¿es enserio?- dijo la pelirroja indignada.
El profesor se dedicó a mirarla fijamente y mientras se levantaba de la mesa, un efímero beso dejó en los labios de ella.
-entiéndeme, soy un ladrón ambicioso,estoy enamorado de los planes grandes y apoteósicos aunque no me llena ir robando cosas pequeñas, si qué me entretiene y es algo que me encanta y aunque lo niegues, a ti también.-
-Si claro, me encanta distraer a un guardia de seguridad mientras me pongo de lado para que se me vea bien el escote como hice anoche- dijo ella con cierto sarcasmo e ironía en sus palabras.
-Tampoco fue para tanto, además, todo plan necesita una maniobra de distracción- contestó mientras dibujada una sonrisa pícara en su rostro.
-No soporto cuando haces eso ¿sabes?
-¿el que?-preguntó el profesor como cara confusa.
-que presumas de lo bien que te salen todos los robos que planeas, me dan ganas de cruzarte la cara- dijo en una carcajada.
-¿eso ha sido una amenaza?
-Claro que no pero tómatelo como prefieras.- dijo mientras él se acercaba a la pelirroja.
Enredando sus manos en su pelo la besó de una forma agresiva y hasta cierto punto desesperante, ella correspondió el beso y colocando sus manos en el cuello de él su excitación iba en aumento. Fueron hasta el dormitorio dando tumbos mientras se besaban a la vez que tenían que separar sus labios unos breves segundos para tomar oxígeno. El le arrancó el pantalón negro que ella llevaba y colocándose encima de ella no pudo esperar más para hundirse en ella. Los gemidos de la pelirroja eran melodía para un ladrón obsesionado con la perfección y mientras la embestía con fuerza no podía dejar de mirar aquellos ojos verdosos los cuales en ese momento desprendían una lujuria intensa. Rodaron sobre la cama de modo que ella quedo encima de él y a Sergio le encantaba esa cara que ella ponía, era una cara satisfactoria por tener el control, por ser la que controlaba la situación en ese momento. Ella movía sus caderas con una celeridad sublime con el objetivo de aumentar su placer mientras gemía "Sergio" en un tono de voz ronca que a él le volvía loco y echando la cabeza hacia atrás ambos estallaron en mil placeres.
-Alicia...
-¿qué?- contestó ella mientras estaba recostada sobre el pecho de él.
-Jamás pensé conectar contigo de esta manera-confesó mientras acariciaba el largo y rojo cabello de ella.
-Ni yo tampoco, ni me caías bien- confesó ella lo que ocasionó risa en el profesor.
-¿entonces ahora te caigo bien?-preguntó él
-Por supuesto que no.- sentenció ella con una seriedad que hizo que él profesor volviese a reír.Desnuda se levantó de la cama hacia la ducha bajo la atenta mirada de él que no dejaba ningún rincón de su cuerpo sin mirar y mientras la pelirroja se duchaba él bajó hacia el buzón buscando la carta que recibía mediante un intermediario todos los veinte de cada mes. Abriendo la carta con emoción se dispuso a leerla con una gran sonrisa en el rostro.
-¿ya ha llegado?- preguntó la pelirroja mientras se secaba el pelo con una toalla.
-Si-
-¿y? ¿qué dicen? Por tu sonrisa deduzco que todo va perfecto- dijo ella.
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Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)
FanfictionDespués de cinco años del atraco al banco de España, Sergio Marquina sigue con su vida de ladrón en la cual dejar de planear nuevos robos es tarea imposible para él. Tras varios años y para sorpresa de él su camino se cruza nuevamente con Alicia Si...