capítulo 29

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Llevaba la bandeja en la mano con un equilibrio espectacular además de la dificultad de llevar tacones. Estaba harta de ponerse pelucas y maquillaje excesivo junto con lentillas que cambiaban el color de sus ojos pero le sorprendía la capacidad que habia adoptado para disfrazarse. Mirándose al espejo no se reconocía ni ella misma, andaba por todo el hall llena de invitados con seguridad y ganas de que todo saliese perfecto.

- ¿los ves?- le preguntó el profesor por el pinganillo de ultima generación que llevaba en el oído, el cual ocultaba con el pelo.

-todavía no- dijo susurrando al micrófono que llevaba por dentro del escote , justo debajo de su mentón.

Mientras Alicia estaba disimulando haciendo de camarera, Sergio se encontraba dentro de una furgoneta llena de comunicaciones cercana al club, mientras hablaba con Alicia, buscaba entre las cámaras de seguridad a los Allen pero todavía no habían llegado todos los invitados.

- ¿estás nervioso Sergio?- le preguntó el hombre al cual el profesor había ido a pedirle ayuda y al único en cual confiaba para dejarle a cargo de una tarea, a Palermo.

-un poco si, no sabes lo que quiero a esa pequeñaja - contesto sergio

-creeme Sergio, lo sé - contestó Palermo sin desviar su mirada de los monitores.

-espero que ellos aparezcan pronto, no pares el motor de la furgoneta por nada-ordenó el profesor.

-descuida- dijo palermo.

La pelirroja seguía con su trabajo mientras buscaba con su mirada entre los presentes. Había demasiada gente, empezó a sentirse un poco mareada de tanto girar su cabeza buscando a su objetivo y apoyándose en la pared pudo esperar a que el mareo se le pasase. El malestar se fue rápidamente y cuando alzó la cabeza hacia adelante pudo identificar perfectamente al padre de Germán, el cual en aquel momento ella odiaba con todas sus fuerzas. Al lado de él estaba su mujer, estaba algo más mayor pero con el porte elegante que siempre le caracterizó.
Se fijó en el dije que llevaba colgando en el cuello, lo llevaba desde que Germán murió y dentro de aquel dije colocó una foto de su difunto hijo.
Alicia humedeció sus labios ya que los tenía secos debido a los nervios  y buscando con la mirada no podía divisar a su pequeña.  Dándose la vuelta se dirigió hacia la cocina del catering y desde allí avisó al profesor a través del micrófono.

-estan aquí-

Ante el aviso de Alicia, Palermo y Sergio buscaron en las cámaras de seguridad, había demasiada gente y ellos no pudieron ver entrar a aquel matrimonio.

-esto llevará unos veinte minutos incluso más, hay demasiada gente- dijo Palermo mientras rebobinaba la cámara de seguridad hacia atrás.

-Alicia necesitamos tiempo, no te muevas de donde estás- avisó el profesor a la pelirroja.

Ella resopló y el sentía que el corazón se le saldría del pecho.

-necesito que cojas aquella bandeja- le dijo un compañero que trabajaba tambien de camarero.

Alicia asistió con la cabeza y tomando la bandeja con aperitivos se le secó la boca al ver a quien tenia que atender.
Con poca seguridad se acercó hacia aquellos hombres que estaban charlando sobre política y entre ellos se encontraba su suegro, no podía permitir que nada arruinara el plan y rezando para que no la reconociera se acercó a él.

-¿un canapé señor?- le preguntó ella agachando un poco la cabeza, él tomó un aperitivo de la bandeja y para suerte de ella, su suegro estaba muy concentrado en la charla que estaba teniendo con los demás hombres sin fijarse mucho en ella pasando completamente desapercibida.

Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora