capítulo 27

130 14 10
                                    

-Victoria!!- gritaba a pleno pulmón Alicia.
-mama ayudame- escuchaba el llanto de su hija mezclado con el sonido de las ramas moviéndose al compás del leve viento que hacía en aquel bosque.

-cielo no se donde estas no te veo....dime que ves a tu alrededor -gritó ella mientras giraba su cabeza mirando alrededor de tantos árboles.

Caminó hacia donde escuchaba el llanto de Victoria y en aquel momento sabía que por fin habia encontrado a su hija.

-aguanta cariño, mami ya esta aquí- dijo ella mientras corría y corría intentando llegar al llanto de su pequeña pero cada vez que se acercaba, el llanto de su hija parecía alejarse.

-Victoria, no te muevas de donde estas, yo voy a por ti- le ordenó a su hija.

- no me estoy moviendo, mama ven- le llamó su hija al otro lado de los árboles.

- ya voy, ya estoy cerca, háblame cariño, habla conmigo para poder encontrarte, ¿qué has hecho hoy?- le preguntó ella para conseguir que su hija hablara.

- hice un dibujo- contesto la niña con todavía llanto y miedo.

-muy bien mi amor ¿y qué dibujaste? - preguntaba la pelirroja mientras se acercaba a la voz de su hija.

-hice un dibujo de la playa, y yo y la abuela estábamos haciendo un castillo en la arena- dijo victoria para después empezar a llorar otra vez.

-ya no llores ya estoy aquí- le gritó Alicia escuchándola ya muy cerca mientras corría a través de los árboles.

-mi amor!!- gritó Alicia habiendo llegado a la voz de su hija pero su pequeña no estaba alli, lo único que sus ojos verdes veían eran altos árboles los cuales parecían crecer cada vez más.
Alicia cayó de rodillas al suelo y hundiendo su rostro en sus manos, lanzó al aire un grito descomunal y desesperado mientras sus lágrimas caían mojando sus pecas.

- ¿mamá?- dijo su hija desde la espalda de Alicia.

-Victoria- dijo ella mientras corría hacia su hija y dándose un fuerte abrazo, el corazón de Alicia parecía componerse de nuevo.

-¿estás bien cielo?-le preguntó su madre mientras inspeccionaba a su hija de arriba a abajo comprobando que estuviese bien y la volvió a abrazar.

- te he echado mucho de menos mi vida- le dijo su madre.

La niña correspondía a las muestras de cariño de su madre y al terminar el abrazo, Alicia palideció al ver cómo el rostro de su pequeña estaba lleno de cicatrices y heridas.

-¿Quién....quién te ha hecho esto cariño?- preguntó su madre espantada.

-¿No te acuerdas? fuiste tú mami,eres de los malos- contestó su hija.

Su corazón iba a mil pulsaciones por minuto, despertó repentinamente de aquel horroroso sueño, sintiéndose confusa, miró la hora en el despertador de la mesita, eran las tres de la madrugada. Sentándose en la cama se frotó la frente, el terrible dolor de cabeza que últimamente sentía todas las madrugadas, se extendía de una sien a otra. Se levantó a lavar su cara con agua helada, e intentando hacer los ejercicios de relajación que le había enseñado el profesor, consiguió que su corazón se tranquilizase.
Fue hasta la sala de estar y una leve luz alumbraba parte de la mesa la cual estaba llena de papeles y mapas. Pudo ver cómo el profesor estaba dormido encima de la mesa con un papel en la mano y quitándoselo de la misma, leyó el papel el cual parecía ser una tarjeta de empresa en la cual ponía:
Iván Márquez, detective privado.

Al ver eso, Alicia supo que la búsqueda de su hija estaba siendo más complicada de lo que le gustaría aceptar, y que si Sergio había acudido a un detective privado significaba que las cosas se pondrían más complicadas aún.
Intentando estar serena se preparó un té caliente, hacía tiempo que no pensaba, su mente estaba cansada y sentía que estaba al borde de un precipicio el cual al final de él había un vacío. Dando un sorbo al té, cogió el teléfono y volvió a marcar el número telefónico el cual ya había perdido la cuenta de las veces que lo había marcado sin obtener respuesta a la llamada. Llamó,puso el altavoz en manos libres y colocó el móvil encima de la encimera mientras seguía bebiendo su té. Ella no esperaba nada de aquella llamada pero la voz de su suegra sonó al quinto tono de llamada.

Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora