CAPITULO UNO - A PESAR DE

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Lunes, 10 de septiembre del 2018

El primer día del instituto es siempre algo por lo cual la mayoría de los alumnos se alegra, aun sabiendo que en unas semanas echarán de menos las vacaciones de verano. Para Andrés es, además, un día muy esperado, su mejor amiga regresa después de que visitara a unas primas en Granada.

Lleva sin verla casi un mes, porque él se fue a recorrer Francia con sus padres a mediados de agosto y, cuando regresó, Victoria, su mejor amiga, se había ido también a hacer turismo.

Es extraño, porque ella no suele irse del pueblo en verano, ya que su padre trabaja en el campo cuando puede y en verano es la estación donde más peones se necesitan y tiene que aprovechar.

A pesar de que su madre es una simple trabajadora de limpieza en la fábrica donde el padre de Andrés tiene un puesto de directivo y que el padre de Victoria no tiene un trabajo fijo y la madre de Andrés es médico en el Hospital Universitario del Sureste, Vicky y él se llevan de maravilla, es más, se atreve a pensar que la mayoría de las personas que los conocen dan por sentado que en un futuro no muy lejano acabarán juntos, incluyendo a sus respectivos padres.

Andrés sabe que a su padre, normalmente bastante clasista, no le incomoda la idea, porque conoce a su amiga y sabe que es muy inteligente y que tendrá un futuro prometedor, ya que quiere estudiar Medicina y es la mejor alumna del instituto con diferencia.

Los abuelos maternos de Andrés también son personas humildes y trabajadoras y su padre supo ver, cuando se conocieron en la universidad, el brillante futuro que su madre tendría profesionalmente. Esa es una de las razones por las cuales se siente tan orgulloso de su amistad con Victoria.

En cambio, Isidro, su otro mejor amigo, no es santo de devoción en su casa y su padre le comenta casi todas las semanas que no debería pasar tanto tiempo con él. Pero Andrés, a pesar de que suele tomarse los consejos de su padre muy en serio, no puede dejar de ser amigo de Isidro. No solo lo defendió varias veces de pequeño, incluso arriesgando a llevarse algún golpe, sino que es como su hermano y aun lo ayuda mucho más de lo que le gusta admitir.

No le confiaría su vida a nadie con tanta confianza como a Isidro, excepto a Victoria, por supuesto.

—Te veo muy solito —lo saluda Isidro al encontrárselo a unos metros de la entrada del instituto.

—Victoria me escribió, después de que me despidiera de ti anoche, para decirme que hoy no asistirá a clases —le contesta Andrés.

—No sé cómo puedes tener tantas ganas de verla. Es increíble lo plasta que puede ser —se queja Isidro de la mejor amiga de Andrés.

—Es divertida, lista y me lo paso genial con ella. Si no fuese porque os odiáis desde primaria, también la apreciarías.

—Yo no la odio, simplemente no la aguanto. No me gusta que sea tan estirada y que no soporte una opinión diferente a la suya —le explica Isidro.

—¿Podrías intentar llevarte mejor con ella este curso? —le pide Andrés justo antes de entrar en el edificio.

—¿Te sentarás conmigo en clase esta vez? —lo coacciona Isidro.

—Si mi padre se enterase, me cortaría las pelotas.

—Solo te sientas con ella porque es la más lista de clase —le echa en cara su amigo.

—Es mi amiga desde siempre, vive en mi misma calle y nos llevamos bien desde antes de ir al colegio. No es mi culpa que se le den mejor los estudios que a mí —le explica mientras se encoge de hombros.

—Siempre me lías.

—¿Lo vas a intentar al menos?

—¿Por qué me pides un imposible? —protesta Isidro.

Como el agua y el aceite - TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora