CAPITULO DIECINUEVE - NO ES SUFICIENTE

20 2 0
                                    

Sábado, 22 de diciembre del 2018

Pili y Lucía no pueden estar más decepcionadas con Cristina. Su hermano se ha portado genial con ella, incluso se ha quedado a estudiar en su casa mientras ella sale para cuidarle al niño y, a la primera de turno, lo engaña con un ricachón de esos que vienen solo por unos días al pueblo.

Lo peor es que su hermano estaba trabajando cuando pasó y eso, por alguna razón, a ellas les parece mucho peor. Isidro siendo responsable y la que se supone que es más adulta, tomándose una copa y besándose con un desconocido, a pesar de que Lucía estaba sentada a dos metros de donde se encontraba ella, porque habían salido con el mismo grupo.

—¿Se lo has contado? —le pregunta Pili a Cristina, cuando se encuentran en la cafetería.

—Sí, lo llamé antes de que empezara a trabajar —le hace saber Cristina, refiriéndose a que le había dicho a su ahora exnovio que se había enrollado con otro.

—¿Cómo se lo tomó? —se preocupa Lucía.

—Al principio pensó que le estaba tomando el pelo. Sin embargo, cuando se percató de que no estaba bromeando, se lo tomó bien. Ya conoces a tu hermano, es todo un caballero y nunca me faltaría al respeto, aunque me lo mereciese —les responde avergonzada.

—¿Por qué lo has hecho, Cristina? Supuse que mi hermano te gustaba. Sé que la diferencia de edad puede resultar un problema, pero él en ningún momento se portó como un niñato. Se preocupaba por ti y por tu hijo, nunca te montó una escena de celos como tu ex y a veces lo mirabas como si te gustase de verdad. ¿Tenías algún problema en la cama? —la riñe Pili.

—¿Estás loca? Tu hermano ha sido el mejor sexo que he tenido en la vida y eso que era virgen y no hemos podido acostarnos muchas veces. El problema es que Arnaldo, el chico con el que estuve anoche, puede ofrecerme mucho más. Tengo un hijo y debo pensar en su futuro. No quiero vivir en este pueblo en cinco años y tu hermano no puede darme lo que necesito —se sincera.

—Posiblemente, ese Arnaldo solo quiera pasar unas semanas contigo y luego se olvidará de ti. Ya eres mayorcita para saber lo que haces y si algo he aprendido de Isidro estas últimas semanas es que si te quieres ir de pueblo lo mejor es que lo consigas hacer por tu cuenta, no utilizando a un hombre —le responde Pili un poco molesta.

—Espero que esto no enturbie nuestra amistad —le dice Cristina a punto de llorar.

—Isidro no nos lo permitiría, ya lo conoces. Además, tendría razón. En las relaciones de dos no se pueden entrometer otras personas. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que la has cagado —interviene Lucía.

Cristina se siente fatal. No solo ha sido una infame, también ha estropeado para siempre lo que tenía con Isidro. Él le gusta de verdad, incluso puede admitir que se ha enamorado, pero tomó una decisión y tiene que actuar conforme a ella.

Isidro es trabajador y está muy comprometido con lo que quiere ser de mayor, no obstante, quiere ser mecánico. Como mecánico no va a poder darle la vida que ella quiere y, aunque se hiciese abogado, tardaría ocho o nueve años en poder trabajar y su hijo ya iría al colegio.

Es cierto que casi todas las tardes se pasa por su casa, se queda con su hijo, lo acuesta y él se queda leyendo esos libros que tiene de mecánica y escribiendo en esas libretas que siempre lleva consigo y que son imposibles de entender. En cambio, ella necesita más, necesita alguien que le ofrezca una estabilidad económica e Isidro es aún un crío, por muy maduro que parezca a veces y muy guapo que sea.

***

Isidro aún no ha podido procesar la información que le ha dado Cristina esta mañana. Está concentrado montando un motor con Manolo, no obstante, incluso así, está dándole vueltas a la cabeza a que Cristina lo haya dejado por un ricachón que apenas conoce con unas promesas de futuro que no tienen fundamento.

Como el agua y el aceite - TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora