Miércoles, 11 de octubre del 2028
Ocho años ha necesitado Victoria para acabar la carrera de Medicina, aprobar el MIR y empezar con su especialización y, aun así, todavía le quedan dos años para poder obtener la especialidad de Medicina Interna. Le gusta lo que hace, pero tanto estudiar y trabajar la está dejando agotada y desde hace unos meses ha considerado seriamente en tomarse unas semanas de vacaciones e irse a donde no la conozca nadie. En dos meses cumplirá veintiséis años y está hasta la coronilla.
—Hermana, ¿por qué tienes esa cara? —le pregunta Noelia al verla en la mesa de la cocina, mirando hacia la nada y con ganas de asesinar a alguien.
—Hoy trabajo hasta las cuatro, odio este turno —se queja Victoria.
—Peor sería, si no tuvieses trabajo —le dice su hermana, que ya acabó la carrera, aprobó las oposiciones y el año pasado por fin pasó el año de prácticas, por lo que este año es el primero que es funcionaria de carrera, pero le costó lo suyo aprobar las oposiciones a maestra de primaria.
—No te quejes, que trabajas en el mismo pueblo donde vives, al igual que tu marido, y ni siquiera pagas una hipoteca o un alquiler —la molesta Victoria.
—No pago alquiler porque Isidro es más terco que tú, aunque Patrick le dijo que si no nos cobra nada, ahora que nos lo podemos permitir, el uno de enero nos mudamos.
—¿Y os vais a ir de aquí? Adoro el jardín y mi habitación. Sé que últimamente no tengo mucho tiempo para pintar, pero cuando puedo, aún lo sigo haciendo.
—Es que no nos cobra por nada, nos manda regalos con Lucía antes de los Reyes Magos para que nosotros no le hagamos ninguno y, encima, todos estos años ha trabajado los veranos en la granja de los abuelos de Patrick. Si no fuese por él hubiesen perdido los viñedos.
—¿Ha ido a Francia en verano a trabajar? ¿Desde cuándo? —se sorprende Victoria.
—Desde que estaba embarazada de tu sobrina —contesta nerviosa Noelia, al darse cuenta del error tan garrafal que acaba de cometer porque Victoria no sabe nada sobre dónde trabaja Isidro al menos seis semanas todos los veranos para que su marido no tenga que ir.
—¿Y este año también fue?
—Sí —le contesta esperando que no pregunte por el verano antes de que comenzara su hermana en la universidad.
—¿También cuándo me dejó? —insiste Vicky.
—Sí, tuvo que ir a ayudar a Patrick —intenta excusarlo Noelia.
—¿Me dejó y se fue a Francia? —le pregunta enfadada.
—No lo sé, yo me enteré años después. Solo lo sabían Patrick y él.
—¿Cuándo comienza a trabajar hoy tu marido?
—A las doce, pero no creo que se levante ahora, porque anoche salió y llegó muy tarde —le explica Noelia para que su hermana se olvide de preguntarle a su marido sobre Isidro y sus viajes a Francia.
A Victoria le importa un bledo si su cuñado ha dormido lo suficiente o no, además, su hermana despertará a su sobrina de nueve años en unos minutos, por lo que toca la puerta de la habitación que comparte el matrimonio con fuerza.
—¿Qué pasa? —pregunta Patrick desorientado al escuchar el ruido.
—Puedes salir un momento. Tengo que preguntarte algo —le grita Victoria al otro lado de la puerta.
—¿Está bien la niña? ¿Y tu hermana? —se preocupa Patrick, cuando sale con una camiseta al revés y unos pantalones de hacer deporte.
—Todos están bien. Solo quería saber si Isidro ha estado yendo todos los veranos a ayudar a tus abuelos en los viñedos —le pregunta Victoria, intentando aparentar estar tranquila.
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Como el agua y el aceite - Terminado
Ficção AdolescenteVictoria y Andrés son mejores amigos, aunque todos los que los conocen, incluidos ellos mismos, esperan que se conviertan en algo más, porque están hechos el uno para el otro. Todo entre ellos es perfecto, excepto la relación de Victoria e Isidro, e...