6. Los nueve anillos

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By Daiani

¿Cómo que Rober es un cazador de demonios? ¿Qué está pasando? ¿Desde cuándo estoy en una película de Van Helsing? ¿Por qué el hombre más dulce y tierno que conozco parece estar desquiciado ahora mismo? ¿De dónde sacó esa cuerda asesina? ¿Dónde la tenía guardada? ¿Qué hago?

—De acuerdo, creo que todo esto se ha salido de control. Necesitamos calmarnos ya. —Matheo trata de convencer al hombre que ha sido mi tutor por años de que deje ir a Arioch.

No voy a mentir, en cierto modo, no me disgusta demasiado ver sufrir a ese traidor, pero recuerdo el discurso de Chloe como si lo hubiese escuchado hace medio segundo:

"¡QUERÉIS CERRAR LA PUTA BOCA TODOS! Parecéis niños de recreo. Didi, está claro que estás dolida; la traición de estos dos no es fácil de olvidar para nadie, pero con reproches y compitiendo por ver quién tiene más ego, no vamos a conseguir traer a Camila de vuelta. Nos guste o no, todos somos necesarios en esta misión. Así que o empezáis a comportaros como personas, o juro por Dios que me subo al cielo ahora mismo, arrastrando a Matheo conmigo, y mando una orden para desalojar a Arioch y Lilith al infierno. Así tú no los verás más, y seguiremos con nuestras vidas miserables, igual que este último año. ¿Queréis eso?"

El mundo y el universo bien saben que eso es lo último que quiero. Necesito traer de regreso a mi alma gemela, y tengo que hacerlo ya. Si permito que Rober haga carne picada con Arioch, mis posibilidades de lograrlo se reducirán drásticamente.

—Rober, tienes que dejarlo ir. —Digo casi sin aliento.

—¡ÉL ME ARREBATÓ A MI HIJA! Tú misma lo dijiste, ¡Os traicionaron! No te puedes fiar de un demonio. —Grita, iracundo.

Entiendo su furia, la comprendo demasiado bien. Me es familiar porque esa emoción destructiva vive en mí desde que la perdí a ella. Pero en este momento, necesito apartar todos esos sentimientos para hacer lo que debo hacer.

—Él es una de las llaves que me ayudarán a traer a nuestra chica de vuelta, Rober. —Susurro. Él me mira en silencio, con lágrimas de ira cayendo por sus mejillas. Sé bien que quiere hacerle pedazos. —Créeme, yo también deseo hacerles pagar, pero no a costa de perder la oportunidad de traerla a casa.

Finalmente, se rinde y baja las manos con debilidad. Arioch aprovecha para apartarse, llevándose las manos al cuello, tocando las ahora permanentes marcas que lo adornan. Lilith baja sus armas también; sabe que atacar en este momento no es la mejor opción.

—Entonces... ¿Es cierto? ¿Eres un cazador de demonios? —pregunta Chloe con voz queda y pausada. Él asiente brevemente. —¿Sabías que éramos seres no humanos? —Él niega con la cabeza.

—Llevo mucho tiempo sin ejercer esa parte de mi vida. El mundo ha estado en calma tanto tiempo que aprendí a confiar en los demás, un grave error, por lo que veo. —murmura, fulminando con la mirada a los dos demonios en la sala.

Arioch traga saliva, nervioso. Desde luego, su imagen ante Rober acaba de deteriorarse enormemente, aunque desconozco si Rober sabe siquiera que ostenta ese título. Con el libro en mis manos y ahora con la ayuda del padre de Camila para conseguir armas y todo lo que podamos necesitar, comenzamos a idear nuestra táctica ofensiva contra el infierno. Lo primero fue investigar al enemigo...

Primer círculo (Limbo)Segundo círculo (Lujuria)Tercer círculo (Gula)Cuarto círculo (Avaricia y Prodigalidad)Quinto círculo (Ira y Pereza)Sexto círculo (Herejía)Séptimo círculo (Violencia)Octavo círculo (Fraude)Noveno círculo (Traición)

—¿Es el noveno de donde venís vosotros? —escupo hacia Arioch y Lilith. Ellos no dicen nada, pero veo cómo el de ojos verdes murmura algo que hace que su hermana le dé un codazo.

—Dejad de molestaros —les regaña Chloe, que es como nuestra madre, realmente—. De acuerdo con la obra de Dante, el infierno está dividido en nueve círculos, cada uno contenido dentro del otro. A cada uno le corresponde un castigo de acuerdo con el tipo de pecado... —lee pausadamente.

—Contamos con los nueve príncipes del infierno, que lideran cada uno de estos anillos del castigo —añade Matheo.

Asmodeus, el demonio de la lujuria y general de los ejércitos del Infierno.

Astaroth, que tentaba a los hombres a dar falsos testimonios y se aprovechaba de los afligidos.

Azazel, teniente del Infierno y forjador de armas, es un príncipe del Infierno, solo superado por el mismo Lucifer.

Belfegor, príncipe de la pereza y de los embaucadores y vendedores de falsedades.

Belial, el demonio de la corrupción. Aquel que «no camina entre hombres», es descrito como príncipe de los nigromantes y brujos, y ladrón de reinos. Engendró a la raza de demonios conocida como Eidolon, que compartían su habilidad para el cambio de forma.

Leviatán, el monstruo bíblico del caos. Es, además, el demonio de la envidia y del mar, descrito como monstruoso; muy raramente invocado.

Lucifer, jefe de los ángeles caídos y principal demonio. Se le conoce también como "Estrella de la Mañana", y se le describe como el más bello de los príncipes.

Mammón, príncipe de la codicia y la riqueza, que podía ser sobornado con monedas y otros bienes.

Samael, creado al mismo tiempo que la Tierra y la humanidad. Fue el primero en liberar a los demonios en la Tierra.

—Bueno, al menos sabemos que uno ya no está... —comenta Matheo después de enumerarlos a todos.

—Lo que significa que es posible que encontremos a alguien en su lugar, preparado para comernos vivos, del que no sabremos nada. —interrumpe Lilith, nerviosa.

—¿Es ese el anillo que, se supone, debo dominar yo? —consulto con un susurro.

Los chicos asienten. Bien, en el anillo de la traición, leo lo que dice acerca de este...

—El noveno y último círculo del Infierno castiga a los culpables de malicia y fraude, pero esta vez contra quienes confiaron en ellos. El noveno círculo está materialmente separado del precedente por un inmenso pozo, y cuenta con cuatro zonas distintas, casi imposibles de franquear.

Genial, porque el mundo adora ponernos las cosas fáciles.

Un infierno tras de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora